- 19 - ¿Sabes cuanto me gustas?

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Era sábado por la tarde y el sol caía lentamente. Jae movió sus manos con nerviosismo, estando junto al mayor sentía que cada acción debía ser medida, pensada, temía equivocarse y alejarlo. Sus piernas separadas, sus manos en el regazo, una tierna mueca en su rostro con la mirada puesta en ellas.

Jaebum sonrió viéndolo de lado, el menor era la cosa más tierna que alguna vez había visto, y ahora que lo había notado no podía dejar de pensarlo. Alzo su brazo derecho pasándolo por el respaldo de aquel largo banco, convenientemente tocando la espalda del menor. Jae se sobresaltó haciéndose hacia adelante, observo sobre su hombro quedando rojo al comprender lo que pasaba.

- ¿Qué haces hyung?

- ¿Yo? Nada- abrió su palma hacia arriba mientras tiraba la cabeza hacia atrás, observo el cielo con una brillante sonrisa en su rostro- ¿Sabes? No soy fanático de la naturaleza, pero este paseo en el parque me agrada.

- ¿Y por qué no lo sos?- JB bajo la mirada viéndolo de lado – quiero decir ¿Por qué no te gusta estar en la naturaleza?- lo vio cuadrar los hombros y se mordió el labio.

- Creo que encuentro mejores cosas que hacer, solo eso.

- ¿Y ahora, no tenes otra cosa mejor que hacer?- El mayor puso su rostro de lado viéndolo como si no comprendiera, su brazo cayó sobre el hombro del menor presionando con su palma ligeramente.

- ¿Qué puede ser mejor que estar con vos?

El rostro de Jae se acaloro aún más, las palabras de su hyung eran hermosas y aceleraban su corazón. Soltó una baja risa sintiendo como la presión abandonaba su cuerpo. Lentamente se dejó caer hacia atrás, una cómoda alegría embargándolo, sintió el brazo pegarse más a él y se giró a verlo – en verdad sos... - sus palabras fueron interrumpidas cuando Jaebum se inclinó hacia él y beso sus labios, los ojos del menor ampliándose incrédulo. Luego de unos instantes se calmó, dejo que sus ojos se cierren lentamente mientras se dejaba embargar por la sensación.

El beso termino muy rápido- al menos así lo vio- dejándolos agitados y con poco aire en sus pulmones. Abrió sus labios para hablar pero el mayor volvió a interrumpirlo inclinándose hacia él y besándolo con intensidad. Cuando sus labios se separaron tenían sus ojos empeñados, las palabras habían abandonado al menor.

-sé que puede sonar tonto, pero siento la necesidad de besarte todo el tiempo, puede ser porque pase mucho tiempo queriéndolo y negándome. Pero ahora que estamos juntos voy a besarte, tantas veces como pueda, si no queres que lo haga o si te molesta, por favor decímelo.

Jae pestañeo varias veces enmudecido, una tierna sonrisa se posó en sus labios pocos después, estiro sus brazos hacia el mayor pegándolas a su remera para tirar ligeramente de él.

-quiero que me veces tanto como quieras hyung- JB sonrió inclinándose- pero...- lo detuvo- tendrás que dejarme terminar las frases, sino todas nuestras charlas estarán incompletas- escucho reír al mayor y lo imito.

-creo que puedo vivir con eso.

Tras unos segundos se volvió a inclinar, Jae no intento volver a hablar entonces, sabía que era innecesario.

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Nayeon estaba tirada en su cama con la vista puesta en el teléfono, jugaba al Candy Crush mientras escuchaba música. Era un sábado aburrido, sus amigas estaban ocupadas y los mayores que solía molestar estaban de novios o eran Mark, lo que era igual dado que no le daba tiempo por jugar sus tontos videojuegos. Su teléfono comenzó a vibrar en sus manos y la imagen en pantalla cambio cuando una llamada entrante comenzó a mostrarse.

Seras mio hyung...Donde viven las historias. Descúbrelo ahora