Rosa pálido

Piezas

        Charlie camina de un lado a otro por la habitación mordisqueando su uña preocupada. Cada medio minuto echa una mirada de Angel siendo vendado cuidadosamente por Nifty al reloj de pared marcando el tiempo dolorosamente lento.
        La puerta crujió tras de ella atrayendo la atención de todos en la habitación, Cherry entró sin cuidado corriendo directamente al lado de Angel.
        —¿Y?—Preguntó Vaggie.
        Cherry sacudió la cabeza arrastrando un banco a la cama de su amigo.
        —Todos los hospitales fueron sobornados por Valentino y los clandestinos se niegan a cooperar con el demonio de la radio.
        —Ese bastardo — maldijo Husk.
        El rostro blanco de Charlie palideció aún más, miró el débil cuerpo de Angel respirar con dificultad soltando la última pizca de resistencia en su interior.
        —Vaggie—llamó.
        Su novia la observó ,encontrando la respuesta a la pregunta que no formuló, en sus ojos. Saboreo su paladar, era una situación crítica pero necesitaba corroborar su decisión.
        —¿Estas segura, amor?
        Charlie asintió.
        —Husk, ayuda a Razzle y Dazzle con Alastor. Nifty vigila la puerta.—ordenó .
        Echaron el cerrojo. Solas en la habitación Charle se colocó al lado de Angel inspirando con profundidad. Sintió el reconfortante calor de las manos de Vaggie en sus hombros soltando el aire y su temor.
        Con lentitud se inclinó frente a Angel tomando su lastimado rostro entre sus manos con gentileza bajo la mirada confundida y esperanzada de Cherry.
        Menos de un puñado del infierno la respetaba pues a diferencia de otros Overlords, Charlie se rehusaba a usar sus poderes. Además de su gusto musical no disfrutaba lastimar o asesinar sumándole más debilidad a los ojos de su futuro reino sin importar lo poderosa que en realidad era. Como demonio le era muy fácil destruir, a pesar de su mitad angelical curar requería un precio injusto de pagar. Los demonios dentro de los nueve círculos eran almas sin cuerpo con la forma de su personalidad, al curarlos debía invadirlo, despedazando sus cualidades una por una conociendo sus debilidades y deseos apoderándose de sus recuerdos.Un engaño disfrazado de ayuda.
        Su cabello rubio floto desordenado. Los moretones por presión en las extremidades de Angel comenzaron a desvanecerse hasta desaparecer. Al terminar Charlie abre los ojos asustada contemplando el renovado semblante dormido de Angel.
        —¿Qué pasa?—Vaggie tocó su hombro preocupada.
        Procesando lo que había visto balbuceo sin control.
        —Necesito decirle a Alastor.
        Una mano la detuvo al pararse, Charlie bajó la vista viendo a Angel retenerla.
        —No...—rogó en un suspiro respirando con dificultad.
        —Esto es un malentendido—intento razonar desesperada.
        —Porfavor...
        Angel gimió adolorido girando en su costado atendido al instante por Cherry.
        Chalie apretó los labios impotente saliendo irritada de la habitación. Sabía que era lo correcto pero respetaría su decisión aun si era un error.
        Vaggie la persiguió hasta la terraza viendola apretando la orilla con rabia
        —¿Qué sucede, cielo?
        Charlie se arrojó a sus brazos con los ojos brillantes de enfado acariciando su cabeza con cariño confortandola.

        Vaggie inhalo calmando su temperamento. Tranquila, entró a la habitación donde custodiaban a Alastor firme como un soldado. Movió la cabeza sacando a todos ante su expresión seria dejandola sola el estupido demonio.
        Alastor estrecho los ojos al verla, cruzó las piernas con confianza, indiferente al estar atado.
        —Debes sonreir mas querida.
        —Callate— arrastró una silla sentándose frente a él—Vine a hablar de Angel.
        Los ojos de Alastor comenzaron a brillar. La correa que lo rodeaba se encendió en fuego verde conteniéndolo.
        —Ese pequeño insecto se acercó a mí intentando traicionarme de nuevo y cuando me libere de estas patéticas cadenas conocerá lo que es realmente el infierno.
        Todos sabían que su relación para él significaba demasiado y solo por eso su furia lo cegó permitiéndoles noquearlo con facilidad.
        —Cálmate , por eso he venido. Charlie prometió no contarlo pero creo que necesitas saberlo.
        Alastor se acomodo dispuesto a escucharla. Un par de minutos no cambiarán sus destinos.