Aniversario

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        Angel movió el interruptor de la limusina subiendo y bajando el vidrio polarizado de la ventana extasiado.
        —Angel basta, lo romperás—lo reprendió a Alastor sentado a su lado. Dejó la ventana baja hasta la mitad.
        —Solo estoy emocionado—confesó recostandose en su hombro.
        El aire sacudió la seda rosada de su vestido enmarcando su cuerpo. Alastor sonrió ofreciéndole una copa de vino.
        —También yo.
        Disfrutaron el resto del camino acurrucados en la limusina de la familia de Charlie. Después de formalizar su relación Angel se mudó junto a Alastor a su mansión en área caníbal; tras varios años de relación decidieron pasar su aniversario en el hotel donde se conocieron.
        Sus amigos los recibieron en la entrada al llegar. Charlie se lanzó sobre ellos abrazándolos con fuerza.
        —Es un gusto verlos.
        Angel sonrió radiante.
        —Lo mismo digo preciosa.
        Sin demora cargaron las maletas dentro del Hotel después de saludar a todos, Angel arrastró a Alastor piso arriba hasta la ​suite ​donde dormirían. Cenaron en el mejor restaurante, disfrutaron de una excelente función en el teatro terminando la noche en la mejor habitación del hotel.
        Alastor caminó hasta el tocadiscos viendo a Angel arrojarse sobre la cama king size estirándose con placer sobre las sábanas. Una suave melodía de jazz llenó el aire . Angel se incorporó aceptando la mano de su novio meciéndose al ritmo de la música.
        —Eres un romántico.—apuntó Angel encantado con una sonrisa llena de amor.
        —Feliz aniversario mi amor. — Alastor alzó el rostro besándolo.
        Angel sintió el familiar toque de sus labios calentar el centro de su pecho. Una tersa intromisión en su boca lo hizo saltar sorprendido. Espero que el gentil rose terminará mirando a Alastor con las mejillas encendidas.
        —Al, tú...
        El demonio de la radio sonrió genuinamente , satisfecho.
        —Es un día especial.
        Angel esperó años por un beso, Alastor lo trataba bien, llenándolo de cariño y
detalles, nunca se sintió insatisfecho en su relación no carnal. Aquel inesperado movimiento lo asombró, definitivamente era un momento especial.
        —Pensé que no te interesaba esto— rodeo su cuello ansioso por otro beso.
        —¡Oh! Yo siento libido, querido— apretó la mano en su cintura acercándolo a él—solo no tenía interes de compartirlo con alguien.
        Con cuidado lo condujo hasta la cama colocándose sobre él. Unieron sus labios en otro beso apasionado, se desvistió con lentitud bajo la mirada deseosa de Angel, aunque era posible simplemente desaparecer sus ropas Alastor quería un momento inolvidable.
        Disfruto la exquisita imagen del blanco pelaje de Angel contra las sábanas antes de besarlo de nuevo. Con calma desabotono su vestido marcando sus curvas sobre la tela deslizando su lengua por su delgado cuello.
        —Parece que esperabas algo—ronroneo admirando su lencería de encaje.
         Tentó los olanes blancos, abarcando la concavidad de la prenda con su mano presionando su pecho.
        —Quería verme bien—jadeo Angel temblando ansioso.
        Alastor separó sus piernas colocandose entre ellas.
        —Te felicito—rozó su erección contra su húmeda entrepierna— siempre luces espléndido querido.
        Angel sollozo ahogado en placer. Llevaba años sin más contacto que el suyo tras dejar su trabajo.
        —Espera—pidió débilmente poniendo un par de manos en su torso desnudo y caliente—quiero...—mordió su labio con deseo.
        Comprensivo, Alastor se sentó a la orilla de la cama con las piernas ligeramente abiertas.
        Angel dejó caer su vestido frente a él arrodillándose entre sus muslos. Desabrochó el pantalón expectante. Sintió el aire huir de su pecho al bajar la ropa interior liberando el impresionante miembro. Tragó empezando a salivar. Sujetó el largo de su miembro respirando pesadamente grabando la imagen en su mente antes de engullir la cabeza hambriento.
        La saliva desbordó volviendo el avance más fluido. Llevo sus manos atrás separando sus nalgas abriéndose paso preparando su trasero.
        Alastor echó la cabeza hacia atrás disfrutando el masaje en sus testículos. Llevaba meses deseando ese momento, pero el romance era lo primero.
        Angel separó más sus piernas quitándose el sostén, soltando su miembro, envolviéndolo entre su pecho sobandolo de arriba a abajo cerrando lo más posible el espacio con sus manos.
        Alastor gruño ante la imagen. Frunció el ceño frustrado cargando a Angel colocándolo boca abajo sobre la cama.
        Angel mordió su labio impaciente separando sus nalgas.
        —Eres bueno seduciéndome.
        Bajó, lamiendo la división de sus blancas y redondas bolas hacia arriba
introduciendo su lengua un par de veces haciéndolo gritar.
        —¡No juegues!
        Alastor sonrió con malicia.
        —No hay prisa amor mio— cantó profundo en su oído colocando la punta—tenemos toda la noche.
        Angel gritó al sentirse completo. Alastor lo penetró lento y profundo perdiendo el control sujetandolo de lado alzando su pierna arremetiendolo con frenesí. Angel gemía desesperado sumido en el placer con la mente sin nada más que el calor abrumador sofocando su cuerpo.
        La cama se sacudía violentamente golpeando la cabecera contra la pared. Alastor gruño mordiendo el vértice del cuello de Angel liberándose dentro de él estremeciéndolo. Angel jadeo agotado con la garganta cansada tras gritar por tanto tiempo. Alastor lo arrastró por las sábanas hasta él sujetando sus piernas.
        —Aún no terminamos ​mon amour.
        Angel temblo excitado.

Chalie, Vaggie, Nifty y Husk jugaban cartas en el bar tranquilos. Desalojaron las dos primeras plantas previniendo lo que podrían escuchar.

Rosa pálido Donde viven las historias. Descúbrelo ahora