"Omega por Accidente" Rubegetta-Omegaverse [REESCRIBIENDO]

10: "¿Pantalones?"

N/O

-Aaah~ aah~ aaaah~ - gemía aquel chico peliblanco bajo las sabanas de su grande cama mientras de deleitaba con su nuevo objeto que le hacia experimentar tantas cosas

Esto en parte apenaba al chico peliblanco por lo que estaba haciendo ahora mismo en su habitación, por aquellos pensamientos que invadían su mente, todos ellos relacionados de alguna manera con aquel chico ojimorado o incluso imaginando la misma situación que ocurria pero con el mismísimo triple 7 penetrándolo, pero por el otro lado, no quería reconocer del todo que estaba disfrutando mucho del momento, por lo que no dejaría que su estúpida mente que piensa demasiado las cosas que nunca lo abandona le arruinara el momento, por lo que aprovecharía el momento tanto como pueda... o al menos lo intentaría, porque nunca se sabe que puede pasar por su cabeza incluso en momentos como este, después de todo seria rapido y solo hacia eso por su celo... si, le gustaba Vegetta eso lo sabia ya lamentablemente, pero en el fondo el sabia que ninguna de sus imaginaciones se volvería real, además de que era inevitable el pensar en que hace apenas unas horas reprochaba porque no era gay, y ahora mismo estaba asi... tocándose pensando en un chicho... ¿Pero que vueltas da la vida no?, sin embargo a veces su propia mente lo sorprendía demasiado pues estaba pensando todas esas cosas mientras recibía con gusto unos de los mejores placeres que había sentido, pues esto era algo "nuevo" para el considerando lo que estaba usando, además solo su mejor amigo Mangel sabia que aun no había perdido su virginidad, lo cual lo avergonzaba en parte, debido a que todo su grupo de amigos ya lo había hecho, pero ¿Importa eso realmente? No todo tenia que ser sexo en una relación, simplemente no se había dado la oportunidad para el, pero eso no quiere decir que no haya "explorado" así por su cuenta antes.

- AAAAHH~ - gimió muy fuerte olvidando todos sus pensamientos de golpe cuando el objeto comenzó a vibrar, algo que ni el sabia que esa cosa podía hacer, y claro que le encantaba, en esos instantes a pesar de lo que hacia le rezo por sus adentros a los dioses para que su compañero no cruzara la puerta de aquella habitación... pero duro mucho cuando no pudo resistir mas todo lo que sentía y se vino con una imagen del ojimorado como ultima cosa que paso por su cabeza antes arquear su espalda cuando el orgasmo lo golpeo tan fuerte que se sintió mareado un segundo -AAAH~ VEEEG~ -exclamo para darle fin a su reciente sensación

- Fue mejor de lo que creí... - susurro para si mismo agitado mientras intentaba regular su respiración

Paso un par de minutos así, recostado cubierto por las sabanas de su cama, semi desnudo, tan solo observando el techo con mil emociones y solo un pensamiento "Vegetta"

Sin embargo en ese momento se dio cuenta de que no todo era placer, si no que también preocupación y problemas, empezando por el simple hecho de que se acababa de correr en la cama que compartía con su amigo manchando la en el acto, por lo que se levanto de un brinco de la cama, se limpio, puso ropa decente, tomo la sabana y a pasos apresurados se dirigió a la lavandería del hotel disimulando que nadie lo vea, ya se inventaría alguna excusa si alguien llegase a preguntarle.

Al llegar soltó un suspiro de alivio al no ver a nadie cerca de aquella lavandería, por lo que tomo su sabana y la hecho con el jabón suficiente para que esta quedara limpia, la metió a una lavadora, presiono un par de botones y se sentó en un pequeño banco a esperar a que terminara el ciclo de limpieza. Pasaron unos minutos cuando termino el ciclo y cuando estaba por cambiarla a una secadora sintió en el aire un aroma a uvas y a canela que solo indicaban que se estaban acercando cada vez mas, *mierda*  fue su único pensamiento antes de meter rápidamente la sabana en la secadora para ocultarla

Narra Rubius

Me volví a sentar en aquel banco intentando ocultar mi nerviosismo por la situación, que a pesar de que nadie sabia de lo ocurrido no podía evitar ponerme rojo con solo pensar lo que le sucedió a esa pobre sabana