⠀⊱30 Days ➫ YeonBin⸙͎

Día 5. MIMOS

ᴬ ˢᵒⁿᵍ ʷʳᶦᵗᵗᵉⁿ ᵉᵃˢᶦˡʸ ʷʰᵉⁿ ᴵ ᵗʰᶦⁿᵏ ᵒᶠ ʸᵒᵘ
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Una pareja se mantenía estable si ambas partes se apoyaban el uno al otro y en la relación de Soobin y Yeonjun eso estaba presente.

Ambos trabajaban teniendo Soobin el turno más largo, Yeonjun trabajaba solo en las mañanas por lo tanto era quien le ponía más atención a el mantenimiento de la casa.

La casa se mantenía limpia y ordenada gracias a Yeonjun.

La comida siempre estaba servida en los tres tiempos gracias a Yeonjun.

Los trajes de Soobin siempre estaban ordenados y pulcros gracias a Yeonjun.

- Despiertaaa... Amorcito despierta, ya son las ocho. - Sintió unos labios posarse sobre su mejilla. - Soobin, arriba... Dame mi besito de buenos días así te puedes ir a bañar.

Soobin ni siquiera necesitaba colocar una alarma para despertarse, Yeonjun se me encargaba de levantarlo ya fuera con un dulce beso o un tierno abrazo. Soobin amaba cada mañana, amaba despertar así, amaba a Yeonjun.

- Ve al baño, yo iré a preparar el desayuno ¿Si?

Dejó un pequeño beso sobre los labios de su empalagoso novio. Yeonjun era un romántico total y Soobin sabía que si no le daba aquél beso de buenos días Yeonjun no se movería de la cama.

- Buenos días.

Yeonjun correspondió a su saludo con una linda sonrisa, sonrisa la cual le iluminó el día a Soobin.

Cuando Soobin entró al baño se fijó que la toalla ya estaba en su lugar lista para que el la tomara con facilidad.

Lo mismo sucedió cuando regresó a la habitación, todo estaba colocando en la cama. Su camisa, corbata y saco estaba extendido sobre el colchón de la manera más elegante posible. Soobin no necesitó buscar nada, todo estaba a su alcance y eso era gracias a Yeonjun.

No necesitaba más pruebas para saber que Yeonjun lo amaba así como él lo hacía.

Terminó de vestirse para ir a tomar ese delicioso desayuno que Yeonjun le tendría preparado seguramente tal y como lo hacía todos los días pero conforme iba llegando al final de la escalera pudo escuchar con más claridad un par de quejidos y unas cuantas maldiciones.

La única persona que estaba en la casa aparte de el era Yeonjun por lo tanto algo le tendría que haber pasado para que se estuviera quejando de aquella forma.

El olor a quemado inundó toda la sala terminando de asustar a Soobin.

- ¿Yeonjun?... ¡¿Yeonjun que haces?!

Tomó el sartén que estaba en llamas llevándolo hasta el fregadero para acabar con aquella llamarada. La cocina estaba envuelta de humo, apenas y podía ver.

- ¡Yeonjun!. - El había escuchado sus quejidos desde la cocina pero no había señales de su novio ahí adentro.

- ¿Que pasó?, ¿Por qué estás gritando?

Soobin tomó a Yeonjun entre sus brazos al verlo a salvo. Sus ojos estaban llorosos, rojos e hinchados y sus mejillas estaban húmedas.

Yeonjun había estado llorando.

- ¿Por qué estás llorando?

Yeonjun intentó sonreír pero sus labios temblaron al hacerlo. - Es que me quemé pero fué solo un poquito.