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Se encontraba sentado en aquella silla, sus ojos observaban con atención como aquel hombre mordía la porción correspondiente de su comida, estaba tan embobado, apareciendo cada rasgo que tenía, aquellos ojos verdes que bajo estos había unas grandes ojeras, amaba simplemente todo de él,aunque su mirada se dirigió a aquellos labios.
—¿No planeas comer?
—Oh si, si peldon me distlaje —decía para comenzar a comer—
—¿En que pensabas chaval?
—En nada impoltante, pelo sigamos comiendo
—Vale, vale
Entre risas continuaron aquella comida, se encontraban cenando como los buenos amigos que eran, para muchos había algo más y el pelirrojo esperaba que pudieran tener algo mas, le gustaba completamente Armando , desde su físico hasta su forma de ser, estaba bastante enamorado y le daba tanta pena decirle lo que sentía, sólo le había podido contar a una persona sobre el amor que le teniay el tema surgió por algo curioso. Todo pasó en una tarde bastante tranquila, se encontraba sentado comiendo frituras de una bolsa mientras observaba el televisor, no tenía nada de que hacer, hizo unos tratos para finalmente regresar a la mansión, pero estando en esta ya no supo que hacer, pensó unos segundos en el taller pero terminó por sacar esa idea, vería el televisor todo el día hasta que sus compañeros llegaran. Aunque escucho el sonido de como una puerta se abría, cosa que le sorprendió ya que los esperaba ya en la tarde-noche.
—Jodel Tonet, ¿qué haces aquí?
—Puees salí antes, Armando me dio permiso
—Jodel, bueno en ese caso ¿quieles vel la tele conmigo?, solo te dile que si quieles papitas no te dale ninguna
—Vale,vale y te quería decir algo
—¿Qué es lo que sucede?
—Es que bueno...ya desde hace un tiempo me gustas
—Oh jodel, pelo es que a mi ya me gusta Almando y... —se quedo callado después de soltar aquello—
—Así que te gusta Armando he, no lo esperaba
—Callate, callate que no es cielto
—Claro, claro
Aquel día siguieron hablando sobre un rato y Yun se pudo abrir más con una persona sobre lo sentía.
—Yun ¿nos vamos?
La voz de Armando lo sacó de sus pensamientos así que sólo terminó por asentir, ni cuenta se dio cuando la cuenta ya había sido pagada, le sorprendió pero no soltó palabra alguna. Subieron al automóvil con el que había llegado y sin mas partieron, Yun creyó que irían a la sede pero eso no sucedió.
—Almandito ¿a donde es que vamos?
—Quiero ir a la playa
—Pelo Almando podrías ir mañana
—Me gusta mas en la noche y quería que alguien me acompañara
—Ay Almando, te acompañale solo pol que me caes bien
—Gracias chaval
Ninguno soltó palabra alguna hasta que llegaron a aquella playa, bajaron del automóvil y caminaron lentamente para después bajar aquellas escaleras de madera que llevaban a la arena, se quedaron sentados en esta por un buen rato hasta que Armando se levantó rápidamente y comenzó a quitarse sus prendas cosa que tomó bastante por sorpresa al pelirrojo, ya que al ver aquello sus mejillas se pintaron del mismo color de su cabello.
—Pelo ¿qué es lo que haces Almando? Ay pol Dios
—Tengo ganas de nadar por un rato chaval
—Pelo si el agua debe de estal flia
—Supongo que no entraras conmigo, así que te encargaré mi ropa
El asiático sólo observó como aquel hombre se encontraba entrando al agua, sólo mordió su labio y se terminó por levantar para hacer lo mismo que su compañero, quedó solo en ropa interior y se sintió extraño pero rápidamente entró al agua.
—¿No que no ibas a entrar? —decía Armando mientras lo observaba—
Estaban en una zona donde el agua al pelirrojo le llegaba a la cintura y al pelinegro le llegaba abajo de esta. Armando sólo sonrió al ver a Yun y tomó la mano de éste.
—Joder Yun si no te gusta esto porque lo haces
—Pol que quelia
Yun se puso más nervioso cuando su compañero le dio un pequeño beso en la mejilla, después se separaron un poco, se quedaron viendo por un rato el asiático se encontraba bastante nervioso, no sabía que hacer o que pensar hasta que sintió como los labios de Armando rozaban los suyos, sin dudar aceptó aquello, simplemente no imagino que besaría al hombre que tanto amaba en el lugar que más detestaba, pero lo disfruto demasiado.
