Capitulo 1| Infierno Hunt.

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El sonido de los pasos de las pequeñas niñas resonando en el frio suelo, calaban las plantas de sus pies

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El sonido de los pasos de las pequeñas niñas resonando en el frio suelo, calaban las plantas de sus pies. El fuerte palpitar de sus corazones latían en sincronía y posiblemente; se podían escuchar a distancia.

Al ir bajando las escaleras, se detuvieron por un grito agónico que las aturdió durante segundos. Por el susto se paralizaron, y en eso presenciaron lo que seria la escena más traumática de sus cortas vidas.

Muchas personas se arremolinaban en un círculo alrededor de algo o alguien que no podían ver, eso, hasta que el circulo se disperso poco a poco, permitiéndoles ver al jefe de policía junto a una joven y hermosa chica, sujetándola por su cabello, mientras su rostro era mutilado en pequeñas partes. La chica no paraba de gritar y suplicar que se detuvieran y la dejasen ir. La sangre corría a borbotones por las cortadas de su piel antes inmaculada.

Las pequeñas niñas, escondidas detrás de las columnas de las escaleras, observaban el gran y horroroso espectáculo que se daba en esa supuesta fiesta de beneficencia, donde solo era una mascara de caridad ocultando un fin con motivos macabros.

El grito se hizo mas agudo y lastimero, la sangre manchaba la alfombra y el pulido piso antes blanco. Las risas llenaban la estancia y más gritos a lo largo de todos los recovecos de esa casa, que ocultaba grandes secretos y personas peligrosas. Un ultimo grito y un ultimo suspiro de esa chica, fue lo que dio fin a su corta y miserable vida.

* * *

En esa habitación oscura, solo siendo iluminada por la luz de la luna que se deslizaba entre las cortinas de la ventana, se escuchaban dos respiraciones apresuradas, al igual que los latidos de sus corazones tan sincronizados, que parecían una misma.
Ambas chicas que parecían tener la misma pesadilla, por sus gestos tan parecidos y las suplicas similares que escapaban de sus resecos labios, alertaron sus sentidos haciendo despertar a una de ellas. Trataba de recuperar su cordura y tranquilizar su respiración. Se acerco a donde se encontraba su hermana y la sacudió para que esta se despertase de su sueño carcelario y tortuoso.

La chica pelinegra le dio un abrazo a su hermana, agradeciéndole, como siempre, silenciosamente. No había manera de evitar esa horrible pesadilla, desde que eran pequeñas, a la edad de tan solo seis años perdieron a sus padres y esos sueños perturbadores las atormentaban aun si trataban de escapar de ellos.

Esa pesadilla era un verdadero infierno...su infierno.

Los terapeutas muchas veces mencionaron que esas pesadillas se manifiestan por el trauma de perder a sus padres siendo tan solo unas niñas, que era porque los extrañaban y aun no lograban superar ese trauma. Pero, la verdad era que no podían extrañarlos cuando ni siquiera recordaban su voz, su rostro o el calor de sus abrazos, no había nada en su memoria.
Su tío, hermano de su padre a intentado apoyarlas en cada instante de sus vidas, pero, aun así, están vacías. Siempre estarán vacías, al no saber quiénes son realmente.

𝗦𝗼𝗯𝗿𝗲 𝗟𝗼𝘀 𝗖𝗮𝗱𝗮́𝘃𝗲𝗿𝗲𝘀 ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora