Acto 17

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Abro los ojos con pesadez.
Me alegra haberme despertado por mi misma, ¿razón?
Debido a que ayer besé a un tipo que recién conozco. ¿Por qué hice eso?
Tocan la puerta haciendo que saliera de mis pensamientos.

—¡Adelante! —grito desde mi cómoda cama.

Aunque odio estar aquí, la cama es muy cómoda.

—Pensé que no estaría despierta —visualizo a la chica de cabello negro; la chica con la que estaba en la biblioteca y la chica que estaba con daiki.

—¿Tu nombre es Natsuki, cierto? —cuestiono a la chica mirándola detalladamente—. ¿Tú y Daiki tienen una relación?

—¿Qué? —me mira con duda y sorpresa—. No realmente, no le he dicho mis sentimientos y dudo que me acepté

—Oh ya veo —una parte de mi se sentía alegre y otra triste. Pasar tiempo en este lugar me está convirtiendo en alguien que no soy—. Bueno, tal vez si le dices la verdad él te acepté

—Tal vez, olvidando eso, el señor la busca —añade mirándome fijamente.

—suspiro con pesadez para levantarme de la cama—. Bien —me acerco a ella para caminar hacia las escaleras y luego al comedor.

En la mesa se encontraba Miguel y a sus costados se encontraban aquel chico de cabello negro que no podía evitar verlo y el chico de cabello blanco.

—¡Buenos días, Alejandra! Pensé que tardarias más en bajar —añade, me mira con una sonrisa de oreja a oreja.

—No quería venir —lo miro fijamente —. ¿Qué es lo que quieres?

—Cariño, ¿puedes ser más educada? Tenemos invitados —sonrie mirando hacía un asiento.

En aquel asiento se encontraba un chico de cabello negro y ojos azules.
Nada mal, su vestimenta consistía en un traje, pero sin corbata. Algo extraño, en fin, en sus orejas se encontraban algunos pendientes.
Cálculo que el chico debe de tener como los veinte años o menos.

—¿Él es? —fijo mi vista en Miguel.

—Ahiro Akiito —responde el susodicho con la acción de levantarse de su lugar y hacer una leve reverencia—. Soy el mejor amigo de Miguel —sonrie.

¿Cómo un tipo con el, puede ser amigo de ese sujeto?
Sonrio cordialmente al sujeto.

—Bueno, Alejandra, ¿quieres desayunar? —añade Miguel mirándome fijamente.

—Mmm no lo sé —respondo frívola.

—Señor, permítame, iré a la cocina —habla el chico de cabello negro y ojos inusuales.

Lo miro de reojo, mirando detalladamente cada uno de sus movimientos.

—De acuerdo Daiki, no tardes —habla el sujeto de melena un poco castaña y negra.

—Está bien —responde con la acción de alejarse de la mesa para caminar hacia la cocina.

—Bueno, si me permites, también iré a la cocina —añade el sujeto que se encontraba con Miguel cuado baje por las escaleras.

—Oh no, ¿por qué no le pides algo a las empleadas? —interfiere Miguel mirando al chico de cabello negro y ojos azules.

—No quiero causarles problemas. ¿Qué tal si ellas están ocupadas? —se levanta de su asiento.

—Como digas —responde Miguel.

El chico de ojos azules se había ido.....los unicos que nos quedamos éramos: el chico de cabello blanco, el tipo que prácticamente me secuestró y yo.
No fue un secuestro así, tipo: "aparecen unos chicos con capucha negra y máscara, me toman desprevenida tapando mi boca y cargandome como si yo fuera un saco de papas. Para luego subirme a una camioneta de color blanco polarizado".
Fue más tipo:
"Ahora eres mía y me perteneces, si intentas huir pagarás muy caro".
Siento que ese tipo de secuestro fue más decente y planeado.

Estaremos juntos de nuevo ♡Donde viven las historias. Descúbrelo ahora