Entre el frío y la oscuridad de la noche acercándose el castaño corría hacia la casa de su mejor amigo, sentía un ataque de ansiedad a punto de empezar, la desesperación, el temblor en sus manos y lo mucho que le costaba respirar le advertía aquello, sin embargo no dejaría que tal cosa sucediera si eso ponía en peligro a su bebé; exhausto y lo suficientemente alterado como para tener rasguños y marcas de sus uñas clavadas en los brazos fue para él todo un alivio ver el conjunto de departamentos donde vivía Aleix al fin.
Sus crisis de ansiedad están volviéndose cada vez más frecuentes y su preocupación ante aquel hecho es algo que no puede evitar.
La puerta fue tocada con desespero y el peliazul supo que algo debía ir realmente mal si Damián estaba frente a su puerta en ese estado y a esas horas donde la noche ya había caído.
-toma a Jaymi por favor – le pidió con un nudo en la garganta-
-¿Qué ocurrió?-cuestionó un confundido Aleix-
-primero toma a Jaymi, v-voy a la-astimarlo-sollozó-
El mayor tomó al pequeño envuelto en aquellas suaves mantas, notando como el infante tenía rastros de lágrimas en sus regordetas mejillas. Tras tocar el rostro de Jaymi su preocupación sólo aumentó.
-tiene fiebre – dijo, terminando de abrir la puerta enseguida para dejar pasar al castaño-
-Está enfermo – contó Damián, lastimando con mayor ímpetu su brazo derecho-
-Joder, deja de hacer eso – el más alto le regañó- ya está sangrando, Damián
-no puedo, no puedo, no puedo– negó el ojiazul rompiendo en llanto-
-sí puedes y lo vas a hacer. Tu hijo tiene fiebre y te necesita tranquilo y sereno ahora
Damián lloró otro rato más y el peliazul simplemente lo dejó ser a sabiendas de que lo necesita para tranquilizarse. Mientras, se encargó de su sobrino, pasando pañitos fríos -pero no demasiado- por su rostro, bracitos y piernitas.
-¿Mejor?-le cuestionó el mayor después de casi veinte minutos-
Damián asintió.
-¿Traes sus medicinas?
-en la pañalera-indicó-pero falta un jarabe y una crema que le envió el pediatra
-bien, tómalo, iré a la farmacia – le dijo, pero su menor le miró con temor y duda – hazlo, no le harás nada. Confía en mí
Damián asintió, levantándose del sofá donde había estado para cargar a su niño en brazos.
-Jaymi...-murmuró bajito, besando las mejillas del infante que ahora estaba más tranquilo y pronto a caer dormido – lo siento, bebé. Papi lo siente tanto
-los dejaré un momento – indicó Aleix luego de hallar la receta en la pañalera-si te sientes mal recuesta a Darien en mi cama y espérame
-se llama Jaymi – reprochó –eres el único que lo llama por su segundo nombre
-lo que sea, ya vuelvo
El peliazul salió de casa enseguida, caminando a paso apresurado hacia la farmacia más cercana. Suspiró al sentir vibrar su celular como por millonésima vez y volvió a hacerlo cuando comprobó las veinte llamadas perdidas de Dexter.
-¿Qué quieres O'Brien?-dijo tras marcar el número y la llamada fuese abierta tras la primera tonada-
-escuchó un sollozo y lo que creía el sonido de pañuelos-¿Da-amián es-stá contigo?
-sí-respondió-él y Darien están en mi departamento. Voy a la farmacia y regreso con ellos
Aleix de alguna manera pudo sentir el alivio por parte del pelirrojo.
-¿Por qué discutieron ahora? Esto se está volviendo demasiado frecuente para mi gusto
Silencio.
-son un caos, O'Brien-reprochó el mayor-están discutiendo por cosas que no deberían. Hay quienes viven con menos de lo que ustedes tienen, deberían sentirse agradecidos
-lo sé, lo sé-el ojiverde aguantaba las ganas de llorar. Ya era suficiente-no me gusta pelear con él. Estoy asustado, no quiero que las cosas sigan así
-pues dejen de hacerlo. Entiendo que están asustados, que temores es lo que más los llena, es decir, son unos niños criando a un bebé, pero al menos tú estás olvidando por qué jodidos empezó todo
-porque nos amamos, porque amo a Damián...-musitó contra su celular-porque habría hecho cualquier cosa por él
-¿es suficiente eso para ti?
-sí-respondió con una seguridad que no tenía hace mucho-yo...yo no quiero una vida sin ellos en ella y ya no quiero hacernos esto. Es cierto que tengo mucho miedo...tengo miedo de ser un mal padre...
-no lo eres-Aleix llegó a la farmacia y entregó la receta indicando con una seña que le dieran lo que ponía en ella-que tu padre lo haya sido no significa que tú también ¿Bien? Madura un poco, por ti, por Damián y por ese bebé que tienen juntos
-gracias, Aleix. Yo nunca creí que nos ayudarías tanto como lo haces
-no te pongas sentimental, O'Brien-bufó-no trabajo de a gratis además. Por ahora ve a mi departamento y habla con Damián.
-sí, sí. Iré enseguida
La llamada se cortó y Aleix se sintió un poco más tranquilo.
-son unos completos tontos
Pero como dice el dicho después de la tormenta llega la calma, sólo había que ser paciente, y en nombre de ese amor que se profesaban ambos jóvenes, Aleix podía afirmar que ellos saldrían adelante juntos.
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Dulce y Tierno
Romance-Te amo, cariño... El menor volteó a verlo con la emoción brillando en sus ojos. -¡Usaste un mote cursi! -¿Sí?-sonrió feliz de sí mismo- Chilló de forma nada masculina obteniendo varias miradas y contrario a Dexter que empezaba a querer huir de allí...