10: The End

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CINCO AÑOS DESPUÉS...

Damián miraba divertido la escena que sucedía en su jardín, su esposo intentaba preparar un par de hamburguesas caseras mientras un Jaymi pre-adolescente discutía con Aleix sobre quién era más bonito si Cian de cinco años o Theodor de cuatro. Realmente le causaba mucha gracia pues a estas alturas, de doce años de convivencia con su tío, Jaymi ya debería haber aprendido que el peliazul gusta de llevarle la contraria y hacerlo enojar.

Además ambos niños eran unos encantos, su pequeño Cian era tan tierno, una bolita esponjosa y adorable de ojitos azules y pucheros que lo derretían; Damián se sentía realmente orgulloso de ver que al menos Cian se parecía a él aunque no perdía ciertas facciones heredadas de su esposo. Pero, su sobrino también era todo un amor –una revelación considerando sus padres- todo un caballerito de abundante cabellera oscura y sonrisitas de gomita. El castaño aún puede recordar lo impresionado que estuvo cuando Aleix le confesó que sería papá ¡Él ni siquiera estaba casado! (Sigue sin estarlo, son una pareja rara, pero que se ama mucho), para Dexter y él fue todo un shock pues no pensaban que la relación que tenía fuese tan enserio.

-es un mocoso al igual que tú-le dijo el peliazul desinteresadamente-aunque tú eras más irritante a esa edad

-¡Retráctate!-chilló Jaymi, mirándole mal-mi Cian es un encanto

-¡Ja! ¿Ya no quieres que lo devuelvan?-se burló Aleix-

-¡No te burles! ¡Era sólo un niño!

-un celoso impulsivo. Te pusiste igual cuando te dije que tendría a Theodor

-ya dejen de discutir-intervino Damián-Dexter se sofoca escuchándolos

-llevan conviviendo tanto tiempo y no pueden dejar de hacerlo-se quejó el irlandés, acercándose a su esposo para besar su mejilla-¿Les sirvo a los niños?

El ojiazul asintió.

-Cian, Theo, vamos-se agachó un poco para tomar la mano de los niños que jugaban en el césped ajenos a todo-dejemos discutir a los Jaymis

-está bien, papi

-Oh ¿Y a qué hora llegará tu mami, Theo?-le cuestionó el ojiazul al pequeño-

Theodor parpadeó y buscó la mirada de su padre.

-¿Mami?-preguntó hacia su progenitor-

-en diez minutos-respondió Aleix-está con tu tía

-¡Yo también quiero comer!-se quejó Darien-¡Y dejen de llamarnos Jaymis!

-son sus nombres-Dex se encogió de hombros-y la culpa es de Damián

El mencionado volteó a verlo mostrándose ofendido.

-¿Qué? ¡Es un lindo nombre!

Sin duda si tenían una niña no le dejaría escoger el nombre a Dexter.

Se lo tenía merecido.

Dulce y TiernoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora