En la vida de un ser humano hay tanto días que no queremos olvidar y tatuarlo en nuestra mente para conservarlos por siempre, como los que simplemente queremos olvidar en un segundo. Pero bueno, hoy es uno de esos días que no quiero olvidar, quiero que este día quede tatuado en mi memoria, quiero que sea un hermoso recuerdo.
El día comenzó tranquilo, me desperté en mi habitación del hotel, la luz se filtraba por las cortinas obscuras de la ventana, estire mis brazos y deje escapar un bostezo, dejé que la felicidad de aquel día recorriera como electricidad todo mi cuerpo, me senté en la orilla de la cama, mis pies quedaban colgando, los moví frenéticamente, el sonido distantes de golpes en la puerta me aparto de mis pensamientos, me puse de pie y camine descalza por el piso helado de la habitación; al abrir la puerta me encontré con Clark, estaba viéndome con el ceño fruncido.
-Te acabas de despertar?- dijo el recorriéndome con la mirada.
-Si, lo siento, estaba cansada.
-En treinta y cinco minutos vendrán la maquillista y el estilista a alistarte para irnos al lugar, báñate rápido y en lo que te bañas te voy a traer algo para desayunar ¿está bien?- dijo el con la vista fija en su teléfono.
-Está bien jefe, pareciera que tú eres el que se va a casar- dije y después le di un beso en la mejilla, él se sonrojo.
-Bueno, me voy para que te bañes a gusto- se dio vuelta y caminó a través del pasillo .
Me encaminé rápidamente al baño y deje caer mi pijama al piso, entre en el cubículo y abrí la llave del agua caliente, dejé que el agua recorriera mi cuerpo, una vez que terminé me puse la ropa interior y una bata de baño ya que pensaba esperar hasta que ya nos fuéramos a ir, golpes en la puerta atraparon mi atención, me encaminé a la puerta y estaba Clark con un carrito de comida y dos chicos atrás de él, un chico y una chica con tres maletines enormes, supongo que ellos son los que me van a arreglar para la boda; me hice a un lado para que pasaran.
-Al ellos son Noel y Lucia, te van a maquillar y peinar- dijo Clark con una gran sonrisa en su rostro.
-Mucho gusto, yo soy Alaska, pero me pueden decir Al- extendí mi mano y la estreché primero con Noel y después con Lucia, los guie hasta el peinador de la habitación y colocaron todas sus cosas y me sentaron en una silla, Clark me dio unos panques, fruta y un jugo de naranja, mientras tanto platicamos y me comenzaron a secar el cabello.
.-Al me iré a bañar y luego me iré abajo a cuidar a Nicole- dijo Clark a mi lado.
-Muy bien- le dije poniendo mi mano en su rodilla, al salir entró otra chica llamada Rocío, yo la había llamado, para que me hiciera las uñas, hace semanas que no me las hacía porque no había tenido tiempo.
Termine de desayunar y le dije a los chicos que me dejaran lavarme los dientes, me lavé los dientes y enseguida Lucía comenzó a maquillarme, rocío comenzó a ponerme las uñas de acrílico y Noel me estaba peinando; el diseño de las uñas llevaba tiempo queriendo usarlo, quise llevar las uñas transparentes con algunas estrellitas blancas, el peinado era una media coleta con el pelo ondulado y trenzas por los lados y el maquillaje era sencillo, no quería nada demasiado cargado, basto con una sombra rosa clarito con brillos y delineado negro, pestañas postizas, labial rosa mate y listo, solo faltaba el vestido, se llegó la hora del vestido blanco con brillantes por doquier y los zapatos que mi papá escogió y decidí bajar, tome una bolsa de mano blanca que combinaba con el vestido y metí un labial, pegamento de pestañas, mi teléfono, cargador, la tarjeta del hotel y mi cartera de dinero.
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El dueño de mi tiempo
RomanceAl era una chica introvertida, callada, concentrada y solitaria; pero cuando Romeo llego a hablarle su soledad cambia ya que Romeo es un chico sociable, desordenado, carismático y sobre todo... rompe corazones. ¿Será el capaz de hacerla creer en el...