Jodie, Harry y el pequeño Tom habían ido a casa de Jordan, donde aún vivía Romie. Gracias a su nieto, el señor Tannen conseguía distraerse y en el fondo lo agradecía.
-Papá –llamó su atención–, Harry y yo estábamos pensando que quizás te vendrían bien unas vacaciones, irte un par de días a otro sitio.
Jordan dejó caer el tenedor, arqueó una ceja ante la estúpida propuesta, así creía él, de su hija. Se mantenía en silencio, su hija y Harry se miraban desconcertados.
-¿A otro sitio? –comenzó tras recoger el cubierto– ¿A dónde?
-Conozco a los dueños de un hotel del sur de Inglaterra, está en la costa –explicó Harry, Jordan le miraba con el rostro serio mientras masticaba unas pastas –. He ido allí muchas veces, el servicio es muy amable, es un buen lugar para relajarse. Puedo hablar con ellos para que te hagan un buen descuento.
-Ah –soltó–, qué encima tengo que pagar –arqueó las cejas incrédulo–. ¿Tenéis alguna otra propuesta? –miró a su hija–.
-Papá, por favor... –le riñó–.
-Pagádmelo vosotros que sois los que queréis que me vaya de aquí.
-No queremos que te vayas –explicó con sosiego–, nosotros pensamos que con toda esta situación lo mejor es que te tomes un respiro, que te relajes. Nada más.
Jordan asentía cada palabra con indignación. Jodie resopló al ver las caras que ponía su padre, estaba claro que la proposición le había molestado más de lo que pensaban.
-Muchas gracias por recomendarme el hotel, Harry –le sonrió irónico, Jodie rodó los ojos al ver el gesto–. Os agradezco vuestra preocupación, pero de momento puedo pensar, hacer cosas y tomar decisiones por mí mismo así que si ¡yo! –remarcó– creo que necesito irme, me iré, y lo haré cuando ¡yo! –volvió a remarcar– crea oportuno.
Mientras tanto, Sophie llamó a Darren para preguntar sobre el estado de su amiga a la que no pudo ir a ver debido al preparatorio del campeonato.
-¿Todo sigue igual, entonces? Hablé con su hermana hace unos días.
-Sí, hija, sí –contestó alicaído–. Todo igual, no hay ninguna evolución. No sé si la conocerás cuando la veas.
-¿Lev? ¿Me oyes?
-Sí, ¿y tú?
-Lev, ¿estás ahí? ¡Lev!
-¿Ahora mejor? –preguntó tras una larga pausa– Tenía puesto el "manos libres" –se recolocó el teléfono entre el cuello y el hombro–.
-Sí –aclaró la garganta–, vaya cobertura tan mala tienes, ¿no?
-Perdona pero no –repuso–, que tú estés en la cochinchina compitiendo y no haya antenas no es mi problema –ambos rieron, Sophie sabía que ese tipo de comentarios le molestaban–. ¿Te puedo llamar más tarde? He de irme al aeropuerto a por mi madre, llegará en un par de horas.
Dos horas más tarde, mientras que Harry y Tom se marcharon a casa ya que el pequeño tenía colegio al día siguiente, Jodie se quedó con su padre.
-¿Qué estás viendo? –preguntaba Jodie con interés tras dejar la pizza sobre la mesa–.
-Nada, unas fotografías –cerró al álbum con rapidez–. Esto tiene muy buena pinta, ¿eh?
Se arrimó y abrió la caja haciendo desprender ese aroma tan delicioso a cuatro quesos, ya venía cortada así que sin más dilación la inauguraron.
-Me encanta –comentó Jordan gustoso–, es de la mejores de la zona.
-Desde luego, hacía tiempo que no pedíamos, deberíamos hacerlo más –cogió una servilleta y se limpió–. Perdóname –se disculpó de repente, Jordan dejó el trozo que iba a llevarse a la boca y la miró extrañado–.
-¿Por qué?
-Por lo de antes –comenzó tras coger aire–, siento que te haya molestado porque no era nuestra intención. Es que te veo y apenas te reconozco, papá. Sé que es complicado de llevar y mucho más después de lo de mamá –tragó saliva– y créeme que lo entiendo porque para mí tampoco está siendo fácil.
-Jodie, cariño –cogió su mano–, yo no puedo irme y dejar a tu hermana sola en ese frío hospital porque si la llegara a pasar algo y yo no estuviera con ella no sería capaz de soportarlo, otra vez no –terminó entre lágrimas–.
-Harry y yo solo queremos ayudarte, pero nos lo pones muy difícil si no te dejas.
-Me prometí a mí mismo que después de lo de vuestra madre nunca os dejaría solas,
-¿Y crees que ella estará orgullosa viéndote como te vas consumiendo? No estás bien y tú lo sabes. Has vuelto a fumar y a beber, te tiras días enteros en el hospital, apenas comes... –le reprochó–. Me duele verte así, papá –ambos se miraron–. No quiero perderte.
Se mantuvieron en silencio por un momento.
-Quizás la palabra "vacaciones" no es la más adecuada y te pido perdón por ello.
-Si tienes toda la razón –dio un trago de agua–, pe...
-Para ayudar a Romie primero tienes que estar bien, aparentar no sirve de nada –le interrumpió–. Si no te quieres ir a otra ciudad no pasa nada, siempre puedes salir por aquí, vete dar una vuelta o a ver un partido de fútbol con Harry si quieres, también puedes ir al teatro, ¿cuánto hace que no vas a uno?
-Mucho –suspiró Jordan–, mucho tiempo, sí.
-Tienes que despejarte, no puedes tirarte siete horas en el hospital y hacer lo mismo al día siguiente porque es inviable. Hazlo por mamá y por Romie –le miró con dulzura–, por favor.
-Lo intentaré, ¿vale? –se secó las lágrimas–.
-Eso ya me gusta más –regaló una de sus bonitas sonrisas–.
Los pasajeros con destino Mánchester procedentes del aeropuerto de Charles de Gaulle desembarcaban a las 20:13 por la terminal 1. Algunos salieron en busca de sus familiares y otros directamente de un taxi que los llevará a casa, Darren hizo tanto de familiar como de taxista.
-¡Darren, querido! –se abrazaron–, ¿cómo estás?
-Bien, ¿y tú cómo estás? ¿Qué tal por Francia? ¿La familia bien? –cogió su maleta–.
-Sí, cariño –acarició su rostro–. Cuánto te he echado de menos, mi vida. Por cierto, tenga una noticia que darte –dijo ansiosa–, te presento a Fernando Desplat, es un... un amigo –tosió–.
-¿A-amigo? –se quedó boquiabierto, de seguido miró al acompañante de su madre–.
-Encantado, chavo –se dieron la mano–.
-Igualmente, Fer-Fernando –volvió a mirar a su madre–. Pensé que ibas a un entierro, mamá.
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Cave Canem
RomanceUn accidente pondrá patas arriba la vida de los Tannen y de Darren Lèvac; un joven informático que hará pagar al culpable, si es que lo hubiera, del trágico revés. Para ello contará con la ayuda de Grace Lanier y Sophie Guennes; las únicas personas...