Capítulo VIII: ''El Preludio''

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-Amanece en la academia. A diferencia del día anterior, hoy los pájaros cantan y los rayos de sol desbordan su brillo sobre la habitación de Aaren. Sin embargo, este no ha despertado aún y ya se le ha hecho tarde para ir a sus clases. Poco antes de despertar, recurre a un sueño en donde Belaam trata de comunicarse con él. En este, el cambión se encuentra dentro de un gran reloj de arena, flotando sobre unas abominables tinieblas de las que emergen estruendosos rayos. Se encuentra en la parte de abajo del reloj y de la parte de arriba, la arena parece caer y cada vez hay más que cubre su cuerpo.

Belaam: Aaren...

Aaren: ¿Belaam?, ¿eres tú?

Belaam: no tengo mucha energía. Aaren, no vayas al Seol, por favor. Sigue con tu vida, créeme que es lo mejor que puedes hacer.

Aaren: no me digas... mira quien me lo dice, el que siempre huye de sus problemas.

Belaam: Aaren, me tienen prisionero en el Seol, no podré ayudarte encerrado aquí. Uso toda mi energía para comunicarme contigo.

Aaren: voy a rescatar a Nikolay, no puedo permitir que un alma inocente pague por mí.

Belaam: eso es lo que ellos quieren que hagas, por favor, escúchame.

Aaren: lo siento Belaam, no es tu decisión. Si vas a hacer algo, mejor ayúdame, porque no me detendré.

Belaam: traté de advertirte, que no te metieras con ellos y mira lo que pasó. Ahora estoy advirtiéndote de nuevo, hazme caso esta vez.

Aaren: tú no lo entiendes, siento la culpa de ver a la familia de ese pobre chico sufriendo. Él es la única persona que me ha tratado bien en toda mi vida. No puedo dejarlo en el infierno y que ellos se salgan con la suya, alguien tiene que hacer algo. En lugar de detenerme, mejor trata de comprenderme.

Belaam: (suspira) supongo que no puedo detenerte. Te advierto desde ya, que lo que verás allá abajo puede estar fuera de tu comprensión. Es un lugar retorcido y tan lleno de maldad, más de lo que te puedas imaginar. Está lejos de toda comprensión humana.

Aaren: no creo que sea tan diferente al mundo.

Belaam: lo es, Aaren. Te sugiero que antes de comenzar el viaje, vayas a ver a Phillipe Magnus. Él viajó al infierno y regresó, pero ahora está en el manicomio de Superbia. Así como él, muchos han venido a las tinieblas y han logrado escapar, pero ya nunca volviendo a ser los mismos. Puede darte su testimonio de cómo es el infierno, verás que es muy diferente a lo que te imaginas.

-La cápsula superior del reloj se ha vaciado casi por completo, estando la parte donde el cambión se encuentra llena de arena, cubriéndolo totalmente. A partir de aquí, Aaren siente que ya no puede respirar y el sueño termina. Despierta un tanto asustado y ve la hora, faltando tan solo unos minutos para las ocho, así que decide ya no ir a clases y en su lugar va al hospital psiquiátrico de Superbia. Este se encuentra un poco más lejos, casi llegando al sector Invidia. El cambión se da una ducha y se pone unas ropas azules, para emprender su viaje.

-Aaren sale de la academia y tras unas calles llega al hospital. Debido a la naturaleza de los pacientes en este lugar, la seguridad es más estricta y no dejarán pasar fácilmente. Idea un plan para acceder por la parte de atrás, entrando por una de las bodegas, la cual estaba solo asediada por androides de cargamento. El cambión logra pasar desapercibido hasta el sótano del hospital, ahí ve a un androide vigilante que cuida la entrada hacia el primer piso, tras unos escalones. Sabe que el androide lo atacará si intenta pasar, así que, con sus poderes mentales, gira la cabeza del androide desde lejos, para que su cámara frontal no lo enfoque. Con un tanto de esmero, consigue su cometido y logra pasar al primer piso, allí ve desolados pasillos que lo conducen a unos escalones y un ascensor. Aaren sabe que los ascensores tienen cámaras, así que trata de pasar lo más desapercibido posible. Vienen a él visiones de una habitación con el número trescientos setenta y ocho y un anciano que parece ser Phillipe, rápidamente decide a ir en busca de dicha habitación. Llega al tercer piso, encontrando en el pasillo una puerta con el número que vio en su premonición.

Incubus - El Origen de los CambionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora