Capítulo I: ''El origen''

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-En una fría y nublada tarde, en la que solo se escucha el murmullo de la gran ciudad de Adlucem. Las opacas y grises nubes soplan gráciles brisas que llegan hasta el solitario Aaren. Este se encuentra observando desde un balcón de un orfanato llamado Relicta, mirando hacia el opaco horizonte. Sopesando si la vida se trata de hechos predestinados o van desencadenándose por sí solos.

Aaren: hay días en los que la vida me parece tan absurda, puedo saber lo que está por ocurrir. Sé cómo ocurrirá, cuando ocurrirá y quienes estarán involucrados. Aunque hay una sola pregunta que no puedo responderme... ¿Por qué? ¿Será que estamos atados a hechos predestinados? ¿O hay un ser que los guía y desencadena? No lo sé...

En un melancólico crepúsculo, ya casi a las seis de la tarde, llega aquel sentimiento de soledad que invade todos los días a Aaren, cuando ve la puesta de sol llegar; pero súbitamente este tiene visiones de hechos que están por ocurrir. En estas ve a un frágil anciano que está a punto de sufrir un trágico y devastador accidente que acabará con su vida.

Aaren: (...) ¿Cómo podría ocurrir semejante cosa?

-Aaren observa la calle de la esquina con atención. De forma repentina, el anciano de sus visiones cruza la calle con su escandalosa andadera. Rápidamente, en aquella calle se acerca una vistosa y futurista motocicleta, a muy alta velocidad. El motociclista, distraído por la música que escuchaba, no consigue frenar a tiempo. Hace un fuerte y ruidoso derrape, con el que enviste al frágil anciano, matándolo de inmediato y su ensangrentada mano cae al pavimento. Muchas personas alrededor se acercan a observar el suceso, mirando el sangriento cadáver con mucha lástima. Luego miran despectivamente al conductor temerario, el cual queda anonadado por el hecho ocurrido. Con una expresión de angustia, baja a ver lo que ha pasado, mientras la gente murmura. De forma oportuna, un agente civil llega, el cual se encontraba casualmente a unos metros del accidente. Este estaba aplicando una multa de tránsito a una persona por manejar ebria. El agente se introduce con una actitud consternada por la gran aglomeración de personas alrededor del siniestro.

Agente: ¿Qué rayos ha sucedido aquí?

Mujer: ese tipo arroyó a nuestro vecino.

Conductor: ¡No fue mi intención! Fue un accidente ¡Lo juro!

Agente: manos arriba, está bajo arresto.

Muchedumbre: ¡Que se lo lleven! (¡Desgraciado!).

-Aaren observó lo ocurrido desde la ventana, el cual estaba a unos cien metros del accidente y mira con clemencia lo ocurrido. En unos minutos llega Sor Ann, sorprendida a querer observar los hechos desde la ventana del orfanato, donde Aaren se encontraba.

Aaren: predije lo que iba a ocurrir y a pesar de ello no pude hacer nada para evitarlo. Si tan solo mis visiones pudieran aparecer un poco antes.

Sor Ann: ¡Dios mío! ¿Qué ha ocurrido aquí?

Aaren: ocurrió un accidente en la calle de la esquina.

Sor Ann: esto es terrible, iré a ver si puedo ayudar.

Aaren: no servirá de nada, el anciano está muerto y el conductor está detenido.

Sor Ann: ¿Cómo lo sabes?

Aaren: (...) escuche a unas personas hablando del accidente, pasando por aquí.

Sor Ann: (Mira hacia el cielo) mi señor, apiádate de su alma. Bueno, baja pronto, hace mucho frío aquí y cierra las puertas y ventanas para dormirte temprano. Mañana tendremos un día muy ocupado.

Aaren: en seguida.

-Aaren Fervore tiene diecisiete años, posee un lacio cabello color mostaza que le llega hasta el cuello. Tiene unos ojos color índigo, es de mediana estatura y con un cierto porte andrógino. Quedó huérfano de madre apenas nació, quien murió trágicamente después de un traumático parto. Como consecuencia creció en un orfanato con Sor Ann. Esta es una monja encargada del orfanato Relicta y tiene bajo su cargo a todos los niños que allí viven. Su aspecto es el de una señora de mediana edad, con cabellos color castaño oscuro llevando algunas canas y de baja estatura. Se hizo cargo de Aaren desde que era un bebé. La vida de este no ha sido fácil, ya que creció con muchas limitaciones, debido al poco presupuesto que el gobierno de Adlucem brinda a los orfanatos. A pesar de esto, el joven desarrollaría un gran intelecto muy por encima de otros niños, como un don sobrenatural. Como resultado, pudo acceder a una beca en una de las instituciones de educación superior más prestigiosas de la ciudad: la academia Canitiemterra.

Incubus - El Origen de los CambionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora