Capítulo IX: ''Batalla en el coliseo''

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-Un opaco y desolado horizonte puede verse en las penumbras y tinieblas de Sodomah, lleno de dolor y olvido para aquellos condenados que deambulan sin sentido. Los cambiones se encuentran en aquellos tétricos caminos, intentando llegar al centro de la cuidad en busca de más pistas para encontrar a sus seres amados. Inoportunamente llegan a Aaren recuerdos de Nikolay, cuando estaban en la academia, dándose cuenta de lo tranquila que era su vida en aquel entonces, a comparación de los angustiantes momentos que ahora acontecen. Vienen a él intempestivos sentimientos de culpa y arrepentimiento por haber entrado al Seol, aunque un imprevisto suceso estaría a punto de cambiar esos malos pensamientos en el cambión.

Anette: ¿Aaren?, ¿estás bien?

Aaren: sí, disculpen. Solo estaba deteniéndome a pensar por un momento.

Keahi: chicos, no quiero apresurarlos, pero no podemos quedarnos en el mismo sitio tanto tiempo. Ellos pueden sentirnos, debemos ir al centro de Sodomah y buscar a Mammon. La intención del ejército que creamos era robarle a él una especie de llave, que puede servir para liberar a las almas que tomaron prisioneras.

Aaren: ¿Mammon?

Keahi: Sí, el regente de Sodomah.

Aaren: sé quién es, de hecho, he tenido visiones que pelearemos con él muy pronto.

Keahi: por favor no me hagas hacerme en mi pantalones, que ni siquiera tengo un cuerpo para hacer eso.

Anette: ¿A qué te refieres?, ¿que no iban a pelear contra él tú y tu antiguo grupito de cambiones?

Keahi: sí, pero éramos más y aun así nos detuvieron. Si vamos tras de él, es muy probable que nos descubran y nos linchen antes de siquiera intentarlo. Necesitamos más, pues solo nosotros tres, es imposible. Tiene legiones enteras a su disposición, terminaríamos muertos, bueno ya lo estamos.

Aaren: en teoría no estamos muertos, solo estamos en una especie de tribulación espiritual. Lo que tenemos que hacer es reunir nuevamente a algunos cambiones. Con mis poderes puedo predecir un ataque antes de que ocurra o a alguien que esté tras nosotros, eso nos dará cierta ventaja.

Keahi: hagámoslo. Si tenemos eso a nuestro favor, creo que será menos difícil.

Anette: ¿Y dónde podemos encontrar a Mammon?

-Súbitamente llegan unas visiones al cambión, acerca de unos aposentos dorados e inusualmente lujosos, donde se encuentra un anciano vestido en túnicas y sentado en un trono, rodeado de demonios de gran poder.

Aaren: puedo ver que está en una especie de aposento, dentro de una estatua. Suena extraño, pero es como si dentro de esta hubiera como un portal hacia sus aposentos.

Keahi: así que ahí es donde se encontraba, con razón nunca lo hayamos.

Anette: debe ocultarse allí para que nadie lo encuentre.

Keahi: pero ahora ya sabemos cómo entrar, sólo debemos buscar algunos cambiones que se nos unan.

Aaren: veo que alguien se nos unirá muy pronto.

Keahi: no basta solo con uno más, tendrían que ser muchos más.

Anette: siquiera tuviéramos a los chicos que petrificó Abaddón, pero no sé dónde se los pudieron haber llevado.

Aaren: están en una torre antigua, junto con tu hermano, dónde los tienen como una colección. No sé a dónde podrá estar esa torre, me imagino que cuando encontremos a Mammon tendremos algunas respuestas.

Anette: vayamos.

Keahi: ¿Y dónde encontraremos la estatua que nos llevará a Mammon?

Aaren: puedo ver que la estatua portal está en el centro de la ciudad, tiene la forma de Satán, con sangre en lugar de agua.

Incubus - El Origen de los CambionesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora