Otra perspectiva. Parte I

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9 años y de ahí parte esta historia

Tenía la tibia edad de un inocente cuando perdí a mis padres terrenales

Me quedé solo con mi abuelo, tuve una vida muy tranquila, tenía lo suficiente para vivir y no podía pedir más

Empecé a sentir el llamado de Dios a la edad de 12 años, que fue cuando también perdi a mi abuelo

Para ese momento yo tenía una gran amistad con Ricardo Dazza así que al quedar huérfano fui adoptado por su familia

Desde esa edad yo sabía cual era mi propósito en la vida, sabía que era un ángel de luz, por lo cual empecé mi camino esperitual oyendo y obedeciendo la palabra de mi creedor

Un año después de saber quien era yo, de haber perdido a mi abuelo y de haber sido adoptado, justo cuando cumpliamos 13 años (Ricardo y yo) sus padres quisieron enviarnos a estudiar al extranjero, según decían habían más posibilidades de tener un mejor futuro profesional, yo no acepté.

Las instrucciones de Dios eran muy claras, habían personas que me necesitaban, debía cumplir mi misión en el mundo

Ricardo se fue y yo me quedé pero seguí estudiando en aquel pueblecillo

Desde que tengo uso de razón siempre fuimos amigos Ricardo, Jade y yo, desde muy pequeños

Cuando fuimos creciendo, Jade empezó a sentir curiosidad por el mundo del espiritualismo, su camino se iba haciendo más oscuro y he ahí mi misión

Ricardo se fue y yo continúe mi amistad con Jade aconsejandole, alejándola de ese mundo de tinieblas y parecía que lo estaba logrando aunque en cierto modo pasar tanto tiempo con ella y oyendo sus historias me inquietaba mucho, esa curiosidad que despertaba en mi no debía ser más fuerte que el mandato de Dios

Aveces sentia el deseo de experimentar esas emociones y sentimientos que afloraban con tantas historias que oia de Jade

Al poco tiempo, un par de semanas aproximadamente después del viaje de mi hermano (Ricardo) llegó al pueblo la niña que cambiaría todo mi mundo

El haber prestado atención a las historias de Jade me jugó en contra, mi mente voló al conocer a Marcela Jonz, una hermosa niña de hermosos ojos color café, de cabello castaño muy claro que brillaba bajo los rayos del sol

No sé si fue amor lo que sentí cuando la vi pero me perdí en su sonrisa tierna, dulce e inocente

Yo sabía que debía mantenerme puro sin ceder ante las tentaciones pero desgraciadamente no veía como maldad o pecado el estar cerca de Marcela

Poco a poco fui alejándome de Jade, quien siempre fue mi mejor amiga y mi misión en el mundo

Nunca me di cuenta lo que ella sentía por mí, yo solo la veía como una amiga y como el alma que debía salvar, ella era una de ellas, pues ayudé a muchas personas a encontrar el camino correcto

Me alejé de mi propósito y mi misión por frecuentar a Marcela

Recuerdo que luché con todas mis fuerzas para negarme a lo que sentia pero poco a poco fui cayendo en ese abismo, en ese vórtice de piel blanca, de ojos hermosos, de labios delicados, de rostro angelical

Una tarde durante el festival de la uva la más famosa celebración en la región, la mayoría de chicas salian disfrazadas como motivo de fiesta vitivinicola, en esos tiempos era muy original celebrar la cosecha y el momento más grato para el pueblo 

Durante la noche la vi entre el tumulto de gente, estaba vestida de gitana, con su cabello suelto, tan largo y perfecto y con esa sonrisa capaz de robarte el alma, la vi y no pude evitar ser hechizado por su belleza, no hay más explicación, eso sentí, me hechizó

La única razón®                                      #Wattys2020Donde viven las historias. Descúbrelo ahora