Pasaron los días y conocí a un chico, un niño muy bien parecido y en extremo lindo, su nombre: Jan Carlo. Sin tardar demasiado los dos nos hicimos amigos y poco a poco en algo más.
Me la pasaba increíble con él, disfrutaba mucho de su compañía, me encantaba que me hablara pues su voz era la más hermosa del mundo, su voz era grave que cada vez que pronunciaba una palabra mi corazón latía más fuerte; sus caricias eran únicas y la calidez de su personalidad hacían que disfrutara al máximo cada segundo que pasaba con él. Su mirada era la más dulce, su musculoso cuerpo hacia que te sintieras protegida y sus brazos eran lo suficientemente grandes para que te pudieras perder mientras fueses abrazada por ellos. Todo él era perfecto, todo el me hacía olvidar que los dos probablemente moriríamos juntos a causa del Covid, pues era de esas cosas que compartes con la persona que amas, por más horrible que está fuera, coincidíamos con la muerte prematura, coincidíamos en no poder soñar, imaginar ni lograr una vida juntos. Maldito Covid.
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No Me Hables de COVID-19
Historia CortaNo es la misma historia de COVID-19 que te han contado.