Pasaron un par de días después de imaginarnos como serían nuestras vidas fuera del hospital, llegó el día en que debía de cumplir la promesa que le hice a Kristen en la que debía de estar feliz a pesar de la despedida, llegó el día en el que mi mejor amiga se iba pues ella venció a su enfermedad.
- Llegó el día querida - me dice mientras va entrando a mi habitación
- Si, por fin, lo que queríamos las dos - traté de sonreírle a pesar de mi tristeza
- Ven, acompáñame al lobby, ya están mis cosas allí - me jaló con fuerza del brazoLlegamos a la recepción, había muchísima más luz de la que solía haber en el lugar en el que estábamos, todos los días eran soleados pero nuestra sección siempre estaba obscura y húmeda, siempre la veía como un rincón abandonado del hospital. Pero este día en lo absoluto era como los otros, por fin pude ver la cara de Kristen con claridad, pude ver qué ya estaba muchísimo mejor, su cara desbordaba alegría, gratitud y salud, tuve la oportunidad de ver su cara como nunca debió de cambiar, vi a la verdadera Kristen.
- Pero antes de irme, Adri, nunca imaginé que podría encontrar a mi mejor amiga aquí, no pensé que podría encontrar a un ser tan gentil y bello en la persona que al principio me dediqué en hacerle la vida imposible - me sonrió divertida - Adriana, te has convertido en una persona muy especial e importante para mi, te quiero muchísimo - para este momento ya se le estaba empezando a cortar la voz - no sabes lo mucho que te voy a extrañar.
Las dos estábamos llorando pero queríamos escuchar todo lo que teníamos preparando para la otra.
- Kristen - empecé, tratando de que la emoción no me impidiera hablar - tampoco imaginé que encontraría a un ser tan parecido a mí en ti, no pensé que la persona que aborrecía al principio se convertiría en la mujer que más adoro en el mundo, gracias por estar conmigo cuando creía que estaba sola y que ya no sería capaz de volver a sonreír, gracias por convertirte en mi luz, te adoro muchísimo - terminé dejando salir mis lágrimas de alegría y tristeza.
Nos quedamos calladas por unos segundos, agachamos la cabeza, sabíamos que lo que estaba pasando era lo que alguna vez nos imaginamos, pero nunca pensamos que está despedida sería tan dolorosa, pues ni siquiera nos podíamos dar un abrazo de despedida.
Estaba tan metida en mis pensamientos que no vi como Kristen de armó de valor, alzó la cabeza, me miró y se acercó a mi para darme un abrazo. Obviamente me puse nerviosa al principio, pues sabía que esta acción tendría consecuencias, al apenas sentir los dedos de Kristen en mis brazos respingué del susto pero en seguida le correspondí el abrazo.
- ¡Ew! SUDOR - las dos gritamos y nos separamos al mismo tiempo, en seguida nos reímos.
Ese abrazo y esa última risa con ella fue lo suficientemente fuerte para que tuviera las fuerzas necesarias para afrontar lo que se venía, es como si me hubiera llenado mi tanque de puro amor y energía positiva pero ahora, es tiempo de verla caminar a través de esa puerta de cristal.
- ¡Hey! Nos vemos allá fuera - puso su mano sobre mi pierna apretándola con gentileza
- Así es, nos veremos allá fuera - Le respondí sonriendoVolteé a ver a la enfermera que estaba en la recepción y lo único que conseguí de ella fue una sonrisa fingida, pues ella sabía que probablemente mis esperanzas de salir del hospital no serían cumplidas.
Regresé a ver a Kristen, me lanzó una sonrisa de despedida y caminó hacia la puerta, fue la última vez que la vi.
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No Me Hables de COVID-19
Kort verhaalNo es la misma historia de COVID-19 que te han contado.