II. Fin de la búsqueda

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"¿Qué es el bien? No es más que amor."

León Tolstoi


Después de un tormentoso mes, en el que sentía que se moría, Yuta volvía a ver a su querido Si Cheng. Pero no era el encuentro que él había imaginado durante sus noches en vela, mientras se encontraba solo en la isla, esperando por el que debería ser su eterno amor.

—¿No te da gusto verme? —el ángel de ojos rasgados preguntó en un tono casi burlón.

—¿Qué estás haciendo aquí, Si Cheng? —Yuta preguntó angustiado y en susurros —tienes que volver conmigo, me dieron tres días para buscarte y...

Antes de que Yuta siguiera hablando, Si Cheng juntó sus labios con los del otro. Lo besó de una manera tan necesitada y casi desesperada. El castaño en un inicio siguió el beso, que no pudo mantener cuando el ritmo de este se intensificó casi de manera forzada.

—Espera, Si Cheng... —Yuta apartó a su novio precipitadamente, y habló entre respiraciones —estoy diciéndote algo importante.

—Estoy seguro de que puede esperar... —con más desesperación y una sonrisa ladina, Si Cheng atrajo a Yuta desde la cadera, y con insistencia buscó sus labios una vez más.

—¡Si Cheng, basta! —el castaño empujó a su novio con mas fuerza de la que usualmente usaba —¡tenemos que regresar ahora!

—¿Cuál es la prisa? —Si Cheng respondió en un tono que Yuta desconocía, era como si no le importara en lo absoluto.

—Si Cheng, reacciona —en un acto desesperado, el ángel castaño tomó ambas mejillas de su novio, para que no pudiera escapar de su mirada —en la isla creen que no quieres regresar por algún motivo, y me enviaron a buscarte antes de que algo malo pase. Tenemos que volver para demostrar que...

El ángel de ojos astutos frunció ligeramente el ceño, y observó el suelo analíticamente. Parecía como si estuviera armando el rompecabezas en su mente, era como si él supiera algo que Yuta no: —Tenemos que demostrar que no soy un ángel corrompido... -Si Cheng terminó la oración, al mismo tiempo que retrocedía con lentitud.

—Eso no va a ser difícil, sólo tienes que regresar conmigo —el castaño le sonrió con calidez a su novio, quien lo observó con frialdad. Aquel pequeño instante le heló la sangre a Yuta, y de pronto tuvo el ridículo pensamiento de que ese no era el Si Cheng que conocía.

—¿Qué pasa si no regresamos? —por más que intentó disfrazarla, la voz de Si Cheng se escuchó insegura y hasta asustada.

—El Superior Moon vendrá a buscarnos él mismo —Yuta respondió cauteloso, no le daba crédito a lo que sus oídos acababan de escuchar, era simplemente imposible que su novio pensara en quedarse, no lo iba a permitir —pero no va a ser necesario, ¿verdad, amor?

Si Cheng meditó en silenció por unos segundos su siguiente movimiento, nunca creyó que Yuta arruinaría sus planes: —Necesito hacer algunas cosas antes de irme, así que tendrás que esperarme.

—¡¿Esperar dos días?! —Yuta preguntó más ofendido que asombrado —Ni de broma, iré contigo.

Contrario de lo que pensó Yuta, su novio reaccionó de manera altanera y molesta. Definitivamente algo no estaba bien.

—No vas a ir conmigo, vas a esperarme tal y como dije, ¿entendiste? —Si Cheng se aproximó a su novio, provocando que el otro retrocediera confundido hasta encontrarse con la pared.

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