La respiración parecía escapar de tus labios en una exhalación rápida, captando la atención de varios en la habitación, ansiosos por saber quién estaría atrapado contigo durante siete minutos.
Tras un breve silencio, tu rostro se prendió en fuego, rojo y ardiente. Volvías a mirar el papel sólo para asegurarte de no haber leído mal; efectivamente, el nombre era el mismo.
—Ah –Fue el único sonido que emitieron tus labios. Elevaste la mirada con una expresión llena de ansiedad, nervios–. Er... Um, ah... ¿Marco?
Algunas risas resonaron en la habitación. El propio Marco se miraba tenso y su cuerpo se puso rígido cual piedra cuando la mayoría de los cadetes se volvieron para mirarlo. Un ardiente rubor se cernía sobre su faz; evocó un suspiro, casi imperceptible y se levantó de su asiento. Media docena de miradas seguía el paso del chico que claramente, iba hacia ti.
Ofreció su mano apenas llegó. Todo un caballero, como siempre.
Dubitativa, contemplaste la mano que se te era tendida antes de inhalar y tomarla mientras el varón te sacaba de tu asiento.
—¿Vamos? –cuestionó el azabache con una risita nerviosa, una que traicionó su ansiedad oculta.
Una mirada rápida y volvías a mirar tus botas, arrastrándolas nerviosamente.
—Claro –respondiste, permitiéndole guiarte hacia el armario de suministros.
Tan pronto pronunciaron aquellas palabras fueron obligados a entrar en la pequeña habitación. Marco cerró la puerta con un "clic" en el pestillo y la oscuridad se hizo presente.
Cruzaste las manos tras la espalda, recargando el cuerpo en la pared ubicada a tu lado, observando la vaga forma de Marco en la oscuridad. Por su quietud y modo en el que se encontraba, pudiste notar que estaba haciendo lo mismo.
Un completo silencio hubo entre ustedes mientras pasaba el tiempo. Finalmente, y armado de un enorme valor, Marco lanzó un pequeño murmullo y se volvió hacia tí.
—(Nombre), no voy a obligarte a hacer algo que no deseas –susurró. Su voz un poco más inestable–, pero quiero decirte ahora... Que...
Lo observaste en silencio a través de la oscuridad.
—¿Qué...? –emitiste de manera baja.
La mano del chico te buscó entre oscuridad y tinieblas. Parpadeaste, sintiendo rígido el cuerpo al notar el aliento de su boca descender sobre el dorso de tú mano. Menuda sorpresa.
—Que eres hermosa, (Nombre). Eres inteligente, divertida, hábil y sorprendente.
Tuviste que taparte la boca para silenciar la brusca inhalación mientras él hablaba.
—Marco... –Susurraste–. Marco, no sé qué decir.
Imaginabas la incertidumbre esperanzadora en los ojos del pecoso.
—Dí... Que me dejarás besarte, (Nombre).
La sangre rápidamente subió a tu cabeza y, luego de un breve silencio, asentiste.
Los labios de Marco eran cálidos, pudiste notarlo al sentir como éstos se presionaban contra tu frente. Una mano apartó, suavemente, algunos mechones de tu cabello, permitiendo al chico acomodarse mejor.
Temblaste. Tu cuerpo anhelaba algo más que un simple beso en la frente. En un momento de osadía, tus manos buscaron las del chico en la oscuridad, logrando que éste dejase escapar un pequeño grito. Sus labios y los tuyos encontrándose en un sutil beso.
Notaste un pequeño escalofrío recorrer tu columna con el movimiento, y aprovechaste ese instante para envolver tus brazos alrededor del cuello de Marco, acercando sus labios a los tuyos
El pecoso se apartó después de un momento, y de repente, pudiste sentir el calor irradiando de su rostro.
— (Nombre) —suspiró, su voz sonaba un poco tensa pero extrañamente sorprendida.
Sonreíste, consciente de que él no podía ver tu expresión en la oscuridad. Se notaba que no esperaba esto de ti. ¿Quizás todavía tenía la impresión de que eras una chica amable e ingenua?
Reíste entre dientes ante la idea, finalizando en un susurro:
—No soy tan inocente.
Su cuerpo se estremeció, sus manos descansando en tu cintura, mientras te apretaba contra él. Presionó sus labios entre tu hombro y el cuello, respirando con profundidad.
—Pruébalo —fue lo que se pudo escuchar en un tono bastante bajo.
Las manos en el cuello de su chaqueta se tensaron en respuesta, dejaste escapar un suspiro tembloroso. Reuniste todo tu coraje y jugueteaste con el botón superior de la camisa de Marco, dejando que se abriera y expusiera la caliente piel que yacía por debajo.
Marco contuvo el aliento, sorprendido e incapaz de hablar. Estiraste un poco el cuello, lo que le dio acceso a la suave carne de dicho lugar, sus cálidos labios depositaron un suave pero prolongado beso.—Eres hermosa —volvía a susurrar con vehemencia contra tu piel, haciendo que se te pusiera la piel de gallina. Sus labios trazaron lo largo de tu clavícula, provocando un jadeo agudo de tu parte.
—Marco... —Soltaste en un suspiro. Sus manos se deslizaron por tu espalda, haciéndote presionar más cerca de él. Se enredaron en tu cabello y presionaron tu rostro contra su hombro.
—Te amo, (Nombre).Susurró finalmente contra tu cabello, sus palabras levemente amortiguadas.
Una sonrisa amplia se dibujó en tu rostro mientras tus dedos se presionaban contra el pecho de Marco. Suspiraste casi agradecida de sus palabras. Tragaste saliva con dificultad, pero las palabras aún lograron salir tranquilas y compuestas.
—Yo también te amo, Marco.
El varón se quedó estoico por un momento, pero pronto sus manos volaron a tu cara y acunaron tus mejillas, llevando sus labios a los tuyos para un beso apasionado y ferviente.
Sólo entonces se abrió la puerta. Ambos saltaron, sorprendidos cuando la luz inundó el pequeño espacio.
Sasha se paró triunfalmente en el marco de la puerta, con las manos en las caderas y una sonrisa en los labios.
—Bueno ~~ —intervino—. No sabía que te estabas divirtiendo, Marco. Tú también, (Nombre).
Podías ver que el rostro de Marco estaba horriblemente sonrojado, al igual que el tuyo.
Marco tosió y se enderezó, abotonándose la camisa de nuevo. Sasha te miró enarcando una ceja, mientras evitabas su mirada.
Los dedos de Marco se entrelazaron con los tuyos y sonreíste suavemente. Te llevó más allá de Sasha, hasta una mesa cercana, donde se sentó y te indicó que te unieras a él.
Pasaste el resto de la noche descansando silenciosamente tu cabeza en su hombro, Marco brindando besos en tu cabello y en el dorso de tu mano.
Al final, cerraste los ojos en un tranquilo sueño.
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Sigo viva, pero había olvidado mi contraseña de wattpad JAJAJA. Perdón, no me maten, ya me pongo al corriente con esto. Los amo -cry-
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Seven Minutes in Heaven | SnK x Reader | Traducción.
Fiksi PenggemarVolvemos con las traducciones. ⚠️ ATENCIÓN: Ninguna de las historias dentro de este libro me pertenece, al igual que los personajes, yo sólo me encargo de traducir con el único propósito de que los hablantes de lengua hispana lo disfruten. Esto por...