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Bad Match

Jim Hopper estaba harto de tener que soportar al menor de los Wheeler entrando en su casa solo para poner sus feos labios sobre su hija Eleven, quien se rehusaba a obedecer la estricta regla de dejar entre abierta la puerta de su habitación. Como para que su estupido y delincuente hermano menor le deje la tutela de su única hija. Jessy, su sobrina

Y la pelinegra estaba harta de tener que estar viviendo en una pequeña cabaña en medio de la nada. Apenas llevaba una semana en ese lugar y ya quería arrancarse el cabello del estrés. Sobre todo porque estaba demasiado confundida al tener que vivir con su nueva prima

Pero no iba entrar en detalles sobre ella, le daba igual si su tio había querido adoptar estando tan viejo

—me voy— dice tomando su bolso de diseñador encima del sofa

—¿con permiso de quien?— pregunta Hopper con tono serio

—no eres mi padre, no te preocupes, no actúes como uno— dijo moviendo su cabello de lado a lado e ignorando las palabras de su tío, para salir por la puerta de madera y encontrarse el auto de Tommy H y su novia, quienes la esperaban con sonrisas hipocritas

Pará la suerte de Jessy, hace unos meses habían terminado Starcourt. El único edificio en todo Hawkins que le recordaba su antigua vida en la ciudad

—al menos este horrible lugar tiene algo bueno— dijo la chica rodando los ojos con desprecio, aunque en el fondo estaba entusiasmada por entrar y ver lo que tenía el lugar para ofrecerle

Lleno de luces, música, gente hablando y comprando cosas que quizá no necesitaban. Es el ambiente ideal de la pelinegra. A excepción de un sujeto extraño con un carrito con baratijas viejas al lado de las puertas, lo cual quitaba el encanto 

Entrando se sentaron en alguna banca cercana a esperar al resto de su grupo. A Jessy poco le importaban los demás. Recargada viendo en qué tienda debería entrar primero. Sus ojos de inmediato detectaron por la escalera eléctrica, bajando, al californiano al lado de otros desconocidos. Podía ver como su presencia destacaba entre los demás, y no sabía si lo hacía apropósito pero sonreia de manera encantadora que incluso le robaba secretamente suspiros

Movió su mirada en cuanto el rubio la detectó también, hiendo hacia ella y los demás

—no sabía que señorita perfección vendría con ustedes— días anteriores así habían ido las cosas con ellos dos

—¿esa es tu manera de cautivar chicas?— movió su cabello cual diva —lamentablemente el ambiente mediocre de los chicos de aquí, se te pego— rodó los ojos

—y es por eso que no dejabas de verme mientras bajaba por las escaleras— sonrió al acercarse a ella y tratar de sentarse en la misma banca

—¿qu-que vamos hacer primero?— se levantó nerviosa ocultando qué el rubio tenía toda la razón

—podríamos ir a comprar helado— Dijo Vicki, una de las chicas con las que se juntaba Carol

—no somos niños Victoria— la voz déspota que utilizaba para humillar resonaba en la cabeza de su compañera

—Steve trabaja ahí— remato la chica

Los ojos azules de Jenny se iluminaron, dejando salir una leve sonrisa maliciosa y liderando al grupo solo movió su dedo índice señalando el camino

—vamos— dio la orden y todos la siguieron

—no me dirás que le gusta el imbecil de Harrigton— gruñó Billy al lado de Tommy

—Steve Harrigton es su ex— el pecoso río al ver la cara de asombro que puso el rubio

Pero realmente no debería asombrarle. Ambos salieron antes de Nancy, cuando aún era el rey Steve. Muchos decían que sólo salían por estatus social, pero otros decían que realmente se querían. Cuando el rumor de que su relación termino toda la escuela estaba asombrada, muchos dicen que fue gracias a Nancy, y otros tantos a que Jessy se había aburrido de Steve

El grupo de amigos cruzó las puertas de Scoops Ahoy, mientras la gente alrededor susurraba al ver pasar a Jessy

Con sus delicadas y cuidadas manos tocó el timbre del establecimiento. Y casi al instante Steve salió por la puerta principal, con una sonrisa que se desvaneció al ver el rostro de su ex frente a él

La había visto a lo lejos el día de la graduación y esperaba encontrarsela tarde o temprano en el lugar. Pero esperaba que fuera tarde

—¿trabajas aquí Steve?— pregunta la pelinegra fingiendo asombro

—¿que quieres Jessica?— el chico actúa abrasivo desde el comienzo

—esa no es la manera de hablarme Stevy solo venía por un helado— sonrie sin dejar de verlo

—bien, ¿de que lo quieres?— no podía fingir felicidad aunque fuera un cliente

La chica finge estar pensando, viendo a su ex, moviéndose de manera sensual mientras observa los sabores de helado, siendo tan cautelosa en cada uno de sus movimientos, dejando ver su escote de vez en cuando

—¡quiero el de chocolate!— se muerde los labios

Steve tan solo aprieta los puños en impotencia sabiendo que Jenny lo hace a propósito, seduciendolo para el momento en que él caiga, rechazarlo de la manera más humillante posible. Lo peor de la situación es que Jenny era una mujer que sabía jugar muy bien sus cartas, y eso hacía que fuese difícil de resistir

—yo quiero de limon— dijo Carol, mientras las demás pedían su orden

—jessy continuó comiendo su helado de manera un tanto libinidosa, viendo a Steve y por un momento recordó a Billy. Quien efectivamente la estába viendo también

—dame la cuenta— dijo la pelinegra

—son....

—yo pagaré el de Jessy y el mio— lo interrumpió el rubio posando al lado de la chica poniendo una mano sobre el

Steve volteo a ver ambos y entre dientes se rio burlon del rubio

—gracias Billy— dijo la chica moviendo su escote para el disfrute del chico malo, dándose la vuelta y alcanzando a los demás

Steve se volvió a reír un poco

—¿de que te ríes Harrington?— gruñó el rubio

—no se si sepas esto, pero deberías cuidarte de Jessica, ella solo te seduce y en cuanto te vea seguro, te humillara sin darte nada— era una advertencia de hombre a hombre. Apesar de que se odiaban

—¿te rompió el corazón? ¿Con quien crees que hablas idiota?— tomó su cambio y se fue creyéndose victorioso

Harrigton solo podía pensar que, quizá Billy tenía razón. Jessy y Billy eran exactamente iguales, y nada bueno podía salir de una combinación tan horrible como ellos dos.

LOVING HELL [ Billy Hargrove] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora