Lazos

Plan capítulo 25

Su cuerpo cada día se sentía más extraño, como si no fuera suyo, perdía energía, en ocasiones podía escuchar voces del exterior, los cuales la habían ayudado a ser más consiente, para después caer de nuevo

Pero no luchaba, se dejaba abrazar por esa oscuridad, la cual era la única que la hacía olvidar todo ese dolor que su corazón había embargado durante años, tanto dolor que no podía soportarlo más

El embriagador de esa oscuridad era reconfortante, tenía bajas y altas, había momentos en los que era capaz de escuchar esa vos que la llamaba, la cual siempre la animaba a seguir, a no rendirse, pero después estaba los recuerdos el dolor y al fin el olvido en la oscuridad, no sabía qué hacer, ¿luchar o dejar todo?

Era lo que siempre se preguntaba, pero prefería olvidar sus problemas, por unos segundos, pero era casi imposible, lo era cuando aún era capaz de la energía que embargaba cada habitante de su clan

El dolor que todos sentían, el vacío, la impotencia, sentía cada emoción de todo, pero entre todos ellos, logro identificar uno de ellos, el más fuerte de todos, ese mostraba miedo, dolor, tristeza y el más fuerte de todo, era la traición

Logro descifrar de quien era, no podía olvidar, la energía era tan parecida a la suya, le dolía sentir como su magia se había corrompido, al igual que la suya, cuando quiso ayudarla, se dio cuenta que estaba enlazada con otra energía

Pero no era una desconocida, después de tanto tiempo, al fin volvía a sentir esa esencia, sintió cada musculo de su cuerpo contraerse, su corazón comenzó a latir rápido, estaba pasando, su mayor miedo se había vuelto real

--¡Rápido traigan el desfibrilador!—todos iban de un lado a otro –La estamos perdiendo—colocaron el aparato en su pecho, dieron una descarga –De nuevo—La enfermera se alejó, volvió a recibir una descarga, la enfermera volvió a presionar el tanque bomba oxigeno

Cinco minutos intentando reanimarla, sin tener éxito alguno, el doctor negaba, se negaba a dejarla morir, siguió dando RPC, las enfermeras y doctores de ayuda, se alejaron, sabiendo que ya no podían hacer nada, uno de ellos se acercó al doctor tratar de alejarlo, pero él se negaba

--Se ha ido—dijo su compañero, el negó

--No...No ella no...

--Hora de pérdida, tres de la mañana—sollozo el doctor al escuchar

--Amigo, vamos, tienes que descansar—negó

--Ella no se fue—susurro sollozando –Ella no me dejo de nuevo, no lo hizo—dijo sintiendo un vacío

--Dejémoslo unos minutos, Alan encárgate de contactar con su familia—dijo en un susurro

Todos miraron con pena al hombre antes de salir, seguía negando, se acercó la miro, espero más de cien años por ella, tanto años sufriendo en el silencio, sin poder reclamarla, odiándose por no lograr decirle la verdad

Con cuidado sujeto su cabeza y cintura, la acerco a su pecho, aún sigue igual que hace años, la primera vez que la vio, siendo una niña de diez años, sabía que no podría reclamarla, espero a que fuera mayor, pero arruinaron sus planes, cuando anunciaron que se casaría con su primo

Trato de que no se realizara la ceremonia, pero no fue posible, ni siquiera pudo acercarse, su corazón termino de romperse cuando le anunciaban su primer hijo, pero lo que acabo con él, fue que la tenían bajo su control

--Perdóname amor—susurro, acomodo uno de sus mechones –Te falle, falle a la promesa—sollozo –Te perdí y esta vez para siempre—beso su frente, la dejo de nevó en la cama –Te amo—beso sus labios, sintió sus lágrimas filtrarse entre ellos