Capítulo 14

1K 103 38
                                    

Ben's point of view.

Liberty estaba boca abajo, con la ropa mojada y tenía una seria herida en la pierna que no paraba de sangrar. Sin pensármelo dos veces la giré boca arriba y revisé si tenía pulso, éste era muy débil y seguramente tendría que ir a un hospital.

O Slender nos podría ayudar...

No estaba al cien por cien seguro de aquella idea, ya que Jeff siempre estaría rondando por el campamento... Su cara era la de siempre, eso era buena señal, significaba que Zalgo había abandonado su cuerpo. Supuse que Slender le debía un favor por habernos ayudado.

¡Estúpido Ben, Liberty se está desangrando y tú te pones a pensar en los favores de Slender!

La cargué en mis brazos y casi nos caemos los dos, pesaba más de lo que parecía, su peso comparado con el de una ballena era el mismo. Dejando ya las bromas, caminé durante varias horas hasta la casa de su hermano. Cuando estaba subiendo el primer escalón, oí como se despertaba.

-¿Ben? - su voz apenas era un susurro.- ¿Eres tú?

-Sí, tonta.- murmuré sonriendo de lado.

- Me salvaste...

- Eso es lo que hacen los amigos, ¿no?

- Tú eres mi mejor amigo.- sonrió y noté lo agotada que estaba.

- ¿Y Matthew? - ¿se había olvidado ya de mi antiguo yo?

- Desde el día que te conocí -bostezó.- supe que tenías parte de él.

- ¿Era tan guapo como yo? ¿O tan inteligente?

Puso los ojos en blanco.- Supongo que os parecéis porque los dos hubierais intentado salvarme la vida.

- Algún día te mataré, y lo sabes. - torcí la mirada al suelo.

- No si yo me adelanto, maldito elfo-demonio del infiern...- en ese instante se quedó dormida de nuevo.

Sonreí de nuevo, creo que me iban a acabar gustando sus insultos.

Liberty's point of view.

En cuanto abrí los ojos y vi que estaba en mi habitación, tumbada en mi cama y sin ninguna cámara que me vigilara las veinticuatro horas del día salvo cuando iba al baño, suspiré de alivio. Me sentía libre y podía hacer lo que quisiera. El dolor de la pierna se había esfumado y no pude evitar levantarme la parte de la pantorrilla de las mallas para comprobar mis sospechas, la herida había desaparecido. No quedaba marca de que se hubiera producido. Debería estar como una loca chillando que esto era pura brujería, pero no. Me mantuve tranquila todo el tiempo porque desde que conocí a Ben nada era normal en mi vida. 

Lo segundo que hice en mis momentos de libertad fue tomarme una ducha, no porque me apeteciera, sino porque olía a cadáver putrefacto en plena descomposición, y eso no era para nada agradable.

-¿A dónde vas? - al oír eso di un repigno a la vez que soltaba un gritito de niña asustada. Maldito Ben...

- A ducharme, que huelo a zombie después de haber corrido los cien metros lisos a la pata coja...

- ¡Eso suena divertido! ¿Puedo ir yo también? - soltó una carcajada y yo me quedé mirándole incrédula.

- Estás de coña, ¿no? - esta conversación se estaba volviendo absurda, como todas las que tenía con el maldito elfo.

- ¿Por qué? Solo hay que tener un poco de imaginación... - mis mejillas se encendieron con sus palabras.- ¡Mente sucia!

- ¡Yo no estaba pensando en nada raro!

-Hombre que no...

-Pues no.- puse los ojos en blanco y suspiré.

- Lo que tú digas. -oí como suspiraba.

- Pues sí.

- Pues no.

- Que sí.

- Que no.

-¡Qué sí!

- ¡Qué no!

Llevé las manos al cielo mientras emitía un ruido de desesperación. Sin pensarlo dos veces fui al baño y cerré la puerta tras de mí con un portazo.

- ¡Qué no! - oí la irritable voz de Ben detrás de la puerta y me pareció que se comportaba como un crío. Me apoyé contra la pared y di una patada con la suela del zapato lo más fuerte que pude, entonces Ben se alejó mientras se reía a carcajada suelta.

- Maldito elfo oxigenado del infierno.- murmuré.

- ¡Te he oído, zanahoria!- gritó desde mi habitación.

Decidí ignorarle de momento y ducharme. Tuve que enjabonarme ocho veces, cubrirme de tres botecitos de aceite aromático porque mi piel parecía papel de lija... Si Carrie hubiera visto en las condiciones en las que me encontraba, ya estaría derechita al spa.

Sabía que Ben estaría cotilleando cada rincón de mi cuarto y agradecí mi buena costumbre de llevar ropa al baño antes de ducharme, me vestí y me sequé parte de la humedad de mi pelo con una toalla.

- ¿No tienes casa o qué? - solté cuando entré en mi habitación y le vi tumbado leyendo un libro.

-Soy una granada...- murmuró él ignorando mi comentario.

-...Un día voy a explotar y voy a destruir todo a mi paso, y no quiero herirte.- continué la frase.-¿Bajo la misma estrella?- Ben levantó la cabeza del libro y miró la portada, después volvió con la lectura.

-Ajá. - dijo sin despegar la mirada del libro.

- Te lo puedo dejar si quieres...- me miré las manos, necesitaba una buena manicura cuanto antes.

Entonces, por primera vez me miró y me dedicó una sonrisa.- No me gustan los libros de chicas.

- ¡Pues bien que los lees! - grité desesperada mientras ponía los ojos en blanco.

- Eh, tranquila... Contaminas mi aura luminosa con tu estrés.- Ben puso sus manos en mis hombros.

- Maldito el...

-...fo del infierno- sonrió mucho más que antes.

- Eres... -comencé buscando la palabra idónea.

- Idiota, tonto, estúpido, oxigenado, rubio de bote, Peter Pan, Periwinkle... ¿Quieres que siga?

- Subnormal, sí, esa es la palabra que estaba buscando.- entonces ese fue mi turno de sonreír.

- No te pases de lista, porque como te diga lo que eres tú...

- Ya sé lo que soy, no hace falta que me lo digas.

- Por supuesto, sigue soñando.

- Tú eres el que sueña conmigo.

-Sí, sueño con...- en ese momento se detuvo.

-¿Con qué? Y oye, podrías quitarme las manos de los hombros que voy a acabar encogiendo.

- ¿Es que te molesta tenerme cerca? - alzó una ceja sorprendido.

Suspiré.- Sí, por favor. ¿Le importaría a su vuecencia quitarme las zarpas de encima?

Entonces fue cuando lo hizo, me besó. Y no fue de esos besos donde en una película los protagonistas se meten la legua hasta la garganta, apenas fue un roce. Pero fue suficiente para quedarme en shock y no poderme mover del sitio.

- ¡Adios, Liv! Nos vemos mañana.-se dirigió a la ventana, se despidió con la mano acompañado con una sonrisa y saltó.

En cuanto desapareció yo me senté en el borde de mi cama, aun asimilando lo que acababa de pasar.

Aaaaaaw que bonito, Benenjena besó a Liv, muero de lof.
No tengo mucho que decir de este capítulo, meh.
¡Un saludo!
Sam.

[Daylight in Darkness] Ben Drowned (Green Book) #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora