Dust And Gold [FINALIZADO]

capitulo 2 noche de pesadilla

Nishinoya dio un salto a su cama y se acurrucó, tomó el control y prendió la televisión.

-el clima de hoy no es muy favorable para los que viven en el campo, tengan cuidado- noya apagó la televisión y tomo su celular, pero algo lo interrumpió.

Escuchaba pasos... Eran pesados, el observó con cuidado la habitación y no dudó en levantarse corriendo y ponerle seguro a la puerta.

Estaba seguro que había cerrado bien la casa... De pronto los pasos se detuvieron y el silencio reinó la casa por unos minutos.

Me pareció ver pasar a una enfermera....

Yuu recordó esas palabras, quizá solo era la imaginación de la señora Azumane.

Decidió bajar a investigar, entró a las tres habitaciones de la planta  superior y las cerró con seguro por si al ladrón se le ocurría entrar a una, bajo las escaleras sin antes tomar un bate de metal.

Todo se veía oscuro, despacio y en silencio llegó al primer piso, camino hacia la cocina y no vio nada raro, cruzo por el pasillo hasta la sala, todo se veía normal, paso por debajo de la escalera para entrar al cuarto de lavado... Pero no había nada, solo quedaba revisar el baño, el garage, el sótano y el cobertizo... Pero el miedo invadió a nishinoya que tomó la decisión de irse a dormir.

Escuchó un ruido familiar... Una pelota de voleibol cayó por las escaleras y al mismo tiempo cayó un rayo haciendo gritar a nishinoya.

No quiso subir, el miedo le había ganado.

No pasa nada yuu, seguro que dejaste el balón arrumbado y por eso cayó.

Se dirigió a la cocina, encendió la luz y se tomó un gran vaso de agua.

Jalo la silla del comedor y se sentó.

Mierda.... No temas yuu solo es una noche de rayos, es normal... Ojalá mi bro estuviera aquí, estuviéramos riendo de la situación.

Una sonrisa se dibujo en el rostro de nishinoya, una sonrisa que se hubiera borrado si hubiera visto lo que lo veía....

Miró el reloj, ya era algo tarde, tenía que ir a trabajar por la mañana y no quería que le descontaran el día.

Soltó un suspiro.

12:55 AM

El reloj se había detenido.

Pero el jamás lo notó.

Un ruido interrumpió sus pensamientos, un ratón se había logrado escabullir entre las escaleras.

Ah... Algún día de estos me llevaré un gran susto.

Para cuándo noya regreso a su cama escuchó ruidos afuera, decidió mirar por la venta y frente a la casa había alguien.

Era un hombre.

Rápidamente cerró la cortina y corrió a ponerle seguro a la habitación pero fue tarde, la perilla de la puerta giró.

Noya con el corazón de fuera se recargo en la puerta para que fuera lo que fuera no entrara, logro cerrarla y ponerle seguro.

Se agachó para observar por la ranura entre el piso y la puerta.... Y lo vio, unos pies por fuera, noya se congeló.

Se tapó la boca.

Cerró fuertemente los ojos.

Y la puerta comenzó a sacudirse que cualquiera que lo viera diría que estaba a punto de caerse.

Nishinoya sabía que alguien quería entrar a su habitación.

En silencio y con prisa caminó para tomar una silla y atrancar la puerta.

Tomó su teléfono, un bate y no supo de donde pero un cuchillo, se encerró en el baño.

Escuchaba la puerta pero de pronto, todo de quedó en silencio.

Quizá logró entrar.... Dios se que no soy muy creyente pero ayúdame.

Observó su teléfono y ya daban las 2;45 de la madrugada, llevaba casi dos horas en el baño y no había señales del ladrón o asesino.

Decidio por fin salir, tenía miedo pero lo hizo, la silla no había Sido movida, cerró la puerta del baño y registró la habitación, no había nadie.

Se acostó y trató de dormir pero le era imposible.

A las 4 de la mañana logro conciliar el sueño y en la mañana llamó a su trabajo y se reportó enfermó, la secretaria le creyó, ya que noya no era de los que faltaban.

A las 12 del día se levantó algo cansado.

Se alegró de estar con vida por primera vez.

Reviso la puerta pero estaba como nueva, como si alguien jamás la hubiera tratado de forzar.

Soltó un suspiro, quizá fue una pesadilla... Y así se conformó.

Bajó las escaleras y fue a preparar su desayuno, mientras el arroz se cocía observó a la señora Azumane regar sus flores y por la puerta salió Asahi con una sonrisa, Nishinoya lo siguió con la mirada hasta que sintió una respiración detrás de él.

Se giró rápidamente pero no había nadie.

Soltó un suspiro, había perdido de vista al chico.

Se veía joven... Quizá de unos 20 años.

Un escalofrío recorrió su espalda.

El timbre sonó, noya le apagó al arroz y fue a abrir.

-buenos días nishinoya- era el chico, se veía algo serio, su sonrisa era un tanto forzada.

-buenos días Asahi, adelante- el chico entro y se quitó los zapatos.

-estaba a punto de desayunar, por qué no desayunamos juntos?- Asahi solo le sonrió.

-ya desayuné, gracias... Pero me quedaré a hacerte compañía- nishinoya cerró la puerta y los dos se dirigieron hacia el comedor que estaba junto con la cocina.

-oye Asahi cuántos años tienes?- el chico tomó asiento frente a noya.

-cuantos crees?- noya se quedó pensando mientras Asahi esbozaba una sonrisa.

-20- la expresión del castaño cambio.

-jajaja tengo 18- noya se sintió mal.

-lo siento si te ofendí- el de la mecha rubia bajo la cabeza.

-no te preocupes, estoy acostumbrado a que me digan eso.... Por qué lo preguntas?- nishinoya desvío la mirada.

Por nada...- mentía.

-sabes? No me importaría salir con alguien mayor- nishinoya se puso rojo y Asahi comenzó a reír a carcajadas.

-estoy bromeando....- de pronto nishinoya sospecho algo...

Si Asahi tiene 18.... Por qué no está en la escuela? Se supone que están a mediados de clases de otoño.. Puede ser que... No, no creo pero... Y si si?

-realmente no me apeteció ir a la escuela... Me levanté algo tarde pero... Oye por cierto en tres días es Halloween... Bueno... Te gustaría ir a pasear? Digo... Para mostrarte el vecindario... Claro si no tienes nada que hacer- nishinoya sonrió.

-claro que me gustaría.... Por cierto, por qué venías tan serio en la mañana?- Asahi cambio su feliz rostro a uno melancólico.

Bueno.... Es que hoy se cumple otro año de... Lo que dijiste ayer- noya le miró triste.

-lo siento mucho-.

- está bien- fue lo que dijo Asahi pero... Habían más cosas que quería decirle, sentía... Culpabilidad