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Estupido clima frío. En momentos como este, de verdad que lo odió. Quería ponerme un vestido o una falda para este día, pero debido al clima no me era posible.

Lydia me ayudo a elegir lo que me pondría hoy después de las mil preguntas que hizo al enterarse que iría a conocer a la familia de un chico.

Opte por algo más formal. Deje tomarle importancia al frío, tome una falda blanca que llegaba a la mitad de mis muslos, una blusa negra de tirantes y unos botines también blancos con un poco de dorado. Para no morir tanto del frío coloqué una sudadera con el cierre habierto y unas medias altas.

Edward me recogió poco antes de medio día. Llegamos a su casa, no creí que fuera tan grande y hermosa. Pensé que sería algo que no llamará la atención.

Bajé del auto, sin dejar de mirar la casa.

──── Que linda.──── alague. Es mucho mejor que las casas en donde e vivido.

──── ¿Esperabas ataúdes o cosas tetricas?.──── preguntó, mientras entrabamos a su casa.

Todo esta perfectamente ordenado, los diferentes tonos, los muebles, los almohadones, las sillas combinaban. Seguramente la casa la decoro Alice.

Un exquisito olor llego a mi nariz, dándome a entender que estaban cocinando. No olía a nada que haya provado antes.

──── ¿Que cocinan? ────. pregunté, mientras subíamos las escaleras al segundo piso.──── Se me abrió el apetito con solo el olor.

──── Les dije que no hicieran esto, pero no me escucharon.

Llegamos a la cocina, donde la familia preparaba la comida. La única mujer que no conocía se aserco a mi. A primera vista, pude ver a alguien con un corazón inmenso y mucho amor para dar. Nadie creería que su especie fue creada para matar.

──── Tara, escuché que vienes de Francia, así que preparamos comída francesa.──── habló dulcemente.

──── Tara, ella es Esme, prácticamente mi madre.──── la presentó Edward, deteniendose a mi lado.

Ella me regaló una sonrisa la cual correspondí.

──── Bonjour, tout a l'air exquis. Merci beaucoup. ──── hablé, con un francés muy bien fluido.

Hola, todo de ve exquisito. Muchas gracias.

──── Il n'y a pas de quoi. Je suis heureux de vous rencontrer enfin. Edward a fait l'éloge de vous.──── contó, sonriente.

No hay de que. Me alegra por fin conocerte. Edward hablo maravillas de ti.

Mire al chico a mi lado, tenía una sonrisa vergonzosa en su rostro.

──── Nos diste una razón para usar la cocina por primera vez.──── comentó, el doctor.

──── Espero que tengas hambre.

──── Mucha.──── asentí.

──── Ya comió.──── habló Edward ignorando lo que dije. Golpeé su abdomen con el codo y mirandolo reproché.

𝑻𝒉𝒆 𝑨𝒓𝒈𝒆𝒏𝒕 || Crepúsculo ᵉᵈʷᵃʳᵈ ᶜᵘˡˡᵉⁿ Donde viven las historias. Descúbrelo ahora