GIRASOLES (TOURNESOLS)
II
-"Vamos,"- susurró en mi oído, acercando mi rostro. -"Quiero llevarte al único lugar de todo París en el que me siento más cómodo."-
Imágenes de grandeza pasaron por mi mente, pero hubo una ternura en la forma en que dijo sus palabras que sofocó mis pensamientos. Ese lugar era donde se sentía cómodo, donde podía ser él mismo, completa y absolutamente. Eso sólo significaba una cosa: era ahí donde creaba su arte. Eso lo convertía en el corazón de París para mí y estaba listo para ir.
Su apartamento estaba al final de una calle muy estrecha, lejos del centro de la ciudad, y no tan brillante y fluorescente como el orbe ardiente de luz en la distancia; la torre Eiffel no era más que una pequeña mancha de una estrella de imitación en el horizonte. Aquí abajo, la única luz entraba por las ventanas altas y se filtraba a través de las cortinas. Era ámbar; un color naranjado en algunas áreas, que Gerard me explicó que era el color de las lámparas de aceite o de las velas.
-"¿De verdad?"-
Él asintió con la cabeza, buscando sus llaves. -"Mucha gente no tiene electricidad durante algunos meses, dependiendo de si pueden pagar sus facturas. Incluso si tienen el dinero para ello, no muchos quieren gastarlo."- Gerard se rió para sí mismo. -"Prefieren comprar alcohol."- Abrió la puerta de un golpe con la rodilla y el rostro tenso. La madera estaba gastada y de color castaño, dañada por años de negligencia y la lluvia que se derramaba por las artesas de los aleros y se acumulaba al pie de las escaleras. Se dio cuenta de mi ojo errante mientras mantenía la puerta abierta para mí. -"Espero que no hayas esperado algo lujoso. No vivo en una mansión, pero me gusta el lugar donde vivo."-
Realmente no sabía lo que esperaba cuando llegué ahí. Realmente no había conceptualizado París más allá de las postales y los íconos culturales que había visto en televisión y películas románticas. La única parte personal de París que tenía en mi memoria colectiva era Gerard. Como él estaba a mi lado, aunque se veía diferente y bastante mayor, tenía todo lo que quería. Estaba en París y había visto la Torre Eiffel desde la cafetería con Gerard. Estaba completa y absolutamente satisfecho; su apartamento no era más que un edificio, uno de los cuales albergaría grandes ideas en su interior. Y me recibió con los brazos abiertos.
Gerard no tenía lámpara de aceite porque dijo que lo ponía nervioso. Pero tenía muchas velas y una estufa de gas que iluminaba la casa. Habíamos estado caminando de regreso a su casa al atardecer, ahora estábamos completamente cubiertos por el cielo nocturno. No podían ser más de las siete u ocho de la noche, pero ambos bostezamos por el esfuerzo.
-"Te cuesta mucho hablar de los últimos siete años"-, comentó, llevando una vela a la pequeña silla en la que me había colocado. El apartamento de Gerard, esta vez, incluso con la luz apagada de la habitación, era tan vibrante como el de Nueva Jersey. Era mucho más pequeño, consistía sólo en una pequeña cocina, un baño adyacente y una habitación más grande donde estaba la silla en la que me senté. También había un pequeño colchón en una esquina de la habitación que formaba un dormitorio improvisado. Había estantes hechos con tablas de madera y ladrillos que contenían sus materiales de arte y libros. Era simple y carecía del color al que estaba acostumbrado, pero gritaba Gerard desde cada superficie, cada pared, cada rincón y grieta. Pequeño y estrecho, era una versión concentrada del hombre y cómo siete años lo habían moldeado.
Asentí con la cabeza a su comentario. -"Y aún no hemos llegado ni a la mitad."-
Arrugó la cara y luego se sentó a mi lado, en el suelo. -"Ya no tengo muchas ganas de hablar, ¿verdad? El pasado tiene mucho peso. Las palabras se enredan. Con el tiempo surgirá. Ahora mismo, todo lo que quiero es esto."-
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2. The Epilogue (frerard) *traducción*
FanfictionSiete años después, Frank y Gerard finalmente se reencuentran en París. Este es el epílogo que ellos habían estado esperando, pero el sueño que han compartido se hará realidad de diferentes maneras. De Nueva Jersey a París, y de regreso, su final de...