Epílogo

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La luna brillaba intensamente esa noche, haciendo destellar las hebras carmesí entre los arboles. Katarina había decidido tomarse un descanso por la abrumadora carrera que había hecho nomas despertar del tranquilo sueño que Garen había logrado hacerle desear.

Su pecho subía y bajaba a un ritmo tranquilo, mientras que sus piernas una vez con el mismo sentimiento se removían incomodas sobre la madera del árbol pues, ella no estaba al tanto de que dormir sin su ropa interior sería algo tan incomodo para ella.

Sus ojos se abrieron lentamente, despertando de la pequeña siesta que se había tomado. Por un momento deseó haberse quedado disfrutando del aroma y cuerpo de Garen toda la noche, aunque ella sabía perfectamente que eso era algo imposible incluso para ella, mucho menos ahora que todos querían su cabeza de regalo de navidad.

Sacudió su cabeza lentamente intentando despejar su mente de esos pensamientos estúpidos que tenía, ella sabía perfectamente que su amo no estaría contento con las barbaridades que sentía y mucho menos de saber que había entregado su cuerpo al hombre que le gusta, pero de todos modos ella no tiene intención de entregarle su alma a Garen, ella entendía y sabía que, si no lo hacía en ese momento, nunca volvería a tener la misma oportunidad, pues en el momento en el que él se enterará del destino de su hermana a manos de ella, la odiaría por y para siempre.

Sus ojos miraron tristemente hacía el suelo, deseaba poder pensar por si misma, pero a veces, su mente se llenaba de pensamientos horrorosos incluso dándole mucho más placer que antes al realizarlos.

Al levantar la vista, pudo sentir como esas horribles cosas regresaban desde el lugar más oscuro de su cabeza, pero, esta vez fueron claras, muy claras, su amo exigía su presencia.

Un ruido se origino a su izquierda, en otra rama del mismo árbol en el que ella residía. Katarina movió sus manos para poder inclinarse y recoger sus dagas que estaban al lado derecho de su cuerpo, la tela de sus pantalones se pego a su cuerpo y ella maldijo por el tonto Garen que había desechado su ropa por la habitación en el acto. El ruido volvió esta vez un poco más fuerte, y Katarina dirigió toda su atención nuevamente allí, el provocador del ruido se acercaba poco a poco.

Unas patas rositas y pequeñas aparecieron lentamente desde la oscuridad, poco a poco también pudo divisar un pelaje marrón junto con algunos mechones blancos y negros y sus ojos dorados y increíblemente grandes que eran fácil reconocer. La criatura giró su cuello al ver como la pelirroja soltaba un suspiró al verlo bien.

Katarina volvió a sentarse poco después de ver al pequeño pero sabio búho, pues el pequeño había podido descifrar los sentimientos de Garen antes de que él mismo pudiera, y esta completamente seguro de que esta era la muchacha que atormentaba la mente del intrépido comandante de la vanguardia.

El búho de ojos dorados se quedó observando a Katarina fijamente, lo que hizo que la pelirroja resoplara molesta por su intensa mirada.

- ¿Que? - preguntó bruscamente al ave.

Este solo giró nuevamente su cabeza hacía un lado, eso hizo que la otra se cabreara lo suficiente como para levantarse y pisotear hacia el pájaro, solo logro arrancarle unas plumas antes de que el pequeño búho asustado saliera volando hacia otra rama en la oscuridad.

El búho se paró sobre el final de la rama del otro árbol, considerándose fuera de peligro del ogro humano que acababa de presenciar, algunas plumas habían sido arrancadas de su pobre cola y esta sangraba por la fuerza inhumana que las había arrancado con su pie. Solo movió sus ojitos dorados antes de que un grito saliera de su pico, el búho cayo del árbol y rompió su pequeño cuerpo al chocar con el suelo, matándolo al instante.

La Pelirroja De Mis Sueños (Garen x katarina) EN PROCESO DE EDICIÓNDonde viven las historias. Descúbrelo ahora