— Esto es absurdo. Nos están siguiendo. — exclamó la de cabellos blancos.
— A este paso nos podemos proclamar ganadores. — le siguió Jyugo, de acuerdo con esta.
Un suspiro salió de los labios de la de ojos rojos, estaba tan aburrida que no tuvo mucha opción, además, estaba formando lazos con los chicos... O eso se hacía pensar.
— Qué absurdo. Un Shinobi debe vivir en las sombras y comportarse como ellas.
— Puedo escuchar tu respiración, eres ruidoso. Inclusive, tus pasos, y eso que estás medio descalzo. — señaló sus pies la única chica entre el grupo. — Así que tu "plan" de ser una sombra no está funcionando.
— No ha visto todas mis habilidades aprendidas a lo largo de los años, señorita. La sorprenderé.
— Claro.
— Vamos, Mitsuki, lleguemos a la puerta y acabemos con esto. — expresó el heterocromático empezando a caminar, siendo seguido por la albina.
— Ustedes, no se queden atrás, "jueces". — le dijo a los tres chicos que estaban de "jueces". Por si llegaba a haber un empate. O eso decían ellos.
— ¡Hai! — pronunciaron los tres, viendo embelesados a Tsukumo.
— Turistas. — murmuró la albina, aunque luego un sonido llegó a sus oídos, al igual que un olor a cigarro. — Oh, oh.
— Qué interesante... Sabía que sucedería algo como esto. Siempre lo hacen.
— Oh, hola, Hajime. Bella noche, ¿no? — habló nerviosa Mitsuki, tratando de distraer al mayor.
— ¡Espera, Hajime! No es capamos de nuestra celda. — expresó nervioso Uno.
— ¡Es cierto! ¡Mediamos las habilidades de estos tres! — excusó Rock.
— ¡Hey! ¡No me metan es esto! Yo solo estaba haciendo lo que Hajime dijo. — murmuró Mitsuki.
— ¡A ti no te va a pegar tan fuerte!
— ¡Pero me pegará de cualquier manera!
Se quedaron callados al escuchar los nudillos del mayor sonar. Tenía una mirada de infierno.
— Se considera una fuga de igual forma si están fuera de su celda y sin ningún permiso de un guardia. — sonrió sádico.
— Nos van a pegar. — musitó Mitsuki, temblando pero conservando su mirada neutra.
— ¡No se preocupe, señorita! ¡Utilizaré mi ninpou!
Sacó una clase de tela a la vez que se ponía en una pared. No tardaron las exclamaciones de Nico, Uno y Rock.
— ¡No funciona si ya te vieron, imbécil! ¡No te burles de Japón! — exclamaron Hajime y Mitsuki.
Aunque Hajime le dio un puñetazo que lo mandó a volar.
— ¡Oh! ¡Puño de Hierro Japonés! — bautizaron los tres extranjeros.
— Propio de un Guardia de Nanba... — escupió sangre Tsukumo.
— Guácala, Tsukumo.
Hajime se acercó a Jyugo y lo tomó de la ropa, diciendo su "Número 15, ¡Infeliz!"
— Ahí si lo defiendo, fue culpa del rarito. — señaló la chica a el peli-rosa. El cual empezó a reír a carcajadas. — ¿Ven? Es medio rarito.

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Little Thief - Nanbaka -
Fiksyen Peminat- "¿Quién lo diría? No sólo robas cosas, también corazones." Una chica de diez y seis años es llevada a la Prisión de alta seguridad: Nanba, gracias a sus crímenes y varios problemas en otras prisiones. Se verá sumida en la gran aventura con cuatro...