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Hogar

Finalmente volvían a Italia después de que Squalo fuera dado de alta para recuperarse en casa. Bel se sorprendió cuando su celular vibró minutos antes del abordaje y tuviera que incomunicarlo, sacó su celular y observó en la pantalla un simple mensaje que rezaba:

"Buen viaje y trata de no romper algo con tus cuchillos friki de la realeza, o podrías quedarte sordo por los gritos del tiburón."

Se rió de lo último y apagó su celular sin contestar, ya era hora de abordar en el jet privado de su familia.

—Vooooii, yo me iré a dormir un rato. Recuerden dormir también o parecerán mapaches. —Se despidió Squalo mientras se iba a su habitación.

Las medicinas que tomaba le provocaban sueño y a duras penas se mantenía despierto.

—Dulces sueños maestro Squalo.

—Shishishi, no grites mucho en sueños papá gritón. —El albino solo le mostró el dedo medio antes de entrar al cuarto—. ¿Hay mucho trabajo? —Le preguntó a Romario mientras caminaban en dirección contraria de las habitaciones.

—El jefe quería que le mandáramos menos, pero como confío en el joven amo me tomé la libertad de solicitar casi todo su papeleo pendiente. —Explicó abriendo una puerta para que el menor entrara.

—Kaching, pues sí que se acumuló bastante...

Ni ganas de reír le quedaban tras ver la montaña de papeles que lo recibieron en la oficina del avión, oficina que solía ocupar su padre para trabajar mientras se trasladaba.

—Y eso que no es ni la mitad de lo que debería haber tenido, el jefe se encargó personalmente de mucho de su trabajo para no tener que interrumpirlo en su labor como miembro de Varia.

—Shishishi, siempre metiéndose donde no lo llaman. —Comentó con una sonrisa mientras se sentaba—. ¿Los clasificaste como te dije?

Tras recibir la respuesta afirmativa de Romario, Bel recogió su flequillo con una diadema y comenzó a encargarse del papeleo, aquél que le correspondía como heredero Cavallone y que había descuidado por su labor de asesino desde que su jefe volvió. Xanxus no les dejaba tiempo libre, por lo que Squalo y Bel habían tenido que dejar todos sus deberes Cavallone de lado, Dino no se quejó de esto ni una vez. Incluso les decía que olvidaran el trabajo para pasar tiempo juntos las pocas veces que lograban volver a casa, siempre les dijo que Cavallone era su responsabilidad y que ellos no debían limitarse por la famiglia.

Bel le agradecía que le diera alas para probar lo que le gustaba y vivir como quisiera, pero él era un príncipe, y Cavallone era el reino que con gusto heredaría y protegería en nombre de su padre, además, igual podía seguir matando a todo aquel que se opusiera a su famiglia.

Dino lo había nombrado su heredero universal desde el día que lo adoptó y no planeaba tener hijos biológicos, una vez Bel fue consciente de esto y de que todos en la famiglia lo aceptaban como su futuro jefe, le exigió a Dino que le enseñara a dirigir la familia con la temprana edad de casi 10 años.

Logró terminar el papeleo dos horas antes de aterrizar gracias a la ayuda de Romario, echo que decidió aprovechar para dormir un poco antes de llegar, encontrándose de camino al dormitorio con su padre.

—¡Voooooii! ¡Les dije que durmieran o parecerían mapaches! —Efectivamente, Bel tenía ojeras y sus ojos algo irritados por haber estado casi diez horas leyendo y firmando papeles—. Dejé gotas para tus ojos en tu cuarto, así que echatelas y duerme de una vez mocoso. —Le dijo dándole una palmada en la espalda antes de irse, no alcanzaba su cabeza desde la silla de ruedas.

—Shishishi, sí mamá~.

—¡Vooooooooooooiii! ¿¡A quién le dices mamá mocoso de mierda!? —Bel solo se metió a su cuarto y dejó que Romario se encargara de la furia de Squalo.