Capitulo 3

34 0 0
                                    


Me desperté con la imagen mas perfecta que podía recordar. Amanda se encontraba durmiendo a centímetros de mi cara, tan hermosa, tan calma. Lucía como un ángel terrenal.
Le acaricié los hombros y las espalda. Moría por besarla, por volver a sentir esos labios posándose en los míos. Pero no podía aprovecharme de su estado de sueño, no sería lo correcto. Tendría que esperar, como todo lo bueno en la vida.

Me levanté de la cama intentando hacer el menor movimiento posible. Calenté la pava para hacer café mientras tomaba una ducha rápida. Puse música al compás que danzaba por la cocina recogiendo los envases que habían quedado reposando sobre la mesa y logré hacer una leve mejoría sobre el estado en que se encontraba mi casa.

Fue en el momento en que cantaba un tema de los Beatles, bastante desacertada y desafinada, mientras preparaba mezcla para waffles, que Amanda irrumpió en la cocina frotándose los ojos y soltando un bostezo. Realmente era una imagen digna de contemplar. Así, desarreglada y despeinada se veía  preciosa.

- Buen día, bella durmiente- Me acerqué a ella y le propine un beso en la mejilla.
- Primero, no te copies de mis frases, y segundo, yo diría que luzco mas similar a la bestia durmiente que a una bella doncella- Soltó una carcajada y luego observó la mejoría de mi hogar. - Te esmeraste.
- No podía permitir que la bestia doncella se encontrara en un palacio tan desarreglado.
- Siempre tan dulce- dijo metiendo un dedo en mi mezcla de waffles y llevándoselo a la boca con un gesto sexy.

Resistí la tentación de tirarme sobre ella y tumbarla contra la mesa.

Se sirvió café y le dió dos sorbos.

- Tengo que irme.

Pudo notar mi cara de decepción cuando me di vuelta en seco.

- Es que debo ir a trabajar, hoy me toca atender el local de mi mamá.
- Pensé que podríamos desayunar juntas, tranquilas ¿De verdad tenes que irte tan pronto?
- Lo que mas desearía es poder quedarme acá con vos. Si fuese posible para siempre, pero el mundo real no es tan perfecto.

Me acerqué a ella lentamente.

- ¿Cuando voy a poder volverte a ver?- apoyé mi mano en su mejilla.
- Te voy a prometer algo. No vamos a distanciarnos nunca más, hagamos espacio en nuestras agendas.
- No vuelvas a irte de mi vida... es muy extraño que hayas vuelto a aparecer así y es mas extraño el sentimiento que me provoca sentir que puedo volver a perderte de nuevo.
- Siempre voy a estar para vos, pase lo que pase. Cuando menos te lo esperes vas a volver a tener mi fea cara enfrente tuyo.

No sonreí. La miré con seriedad.

- Tu rostro es el mas lindo que alguna vez pude presenciar- me sonrojé al pronunciar estas palabras- manteen tu promesa.

Me abrazó.

- Prometido.

Y salió por la puerta dejándome toda la casa repleta de su perfume y ahora de su ausencia. Su fantasma terminó por enloquecerme, pero plantándome en una sensación de placidez. En tan solo tres días veía la realidad y el mundo desde otra perspectiva. Llenó  mi cabeza de nuevos y renovados momentos y aplastó el dolor que venía acompañándome con un simple y dulce abrazo. En ese instante le agradecí mil veces por eso y decidí salir con mis amigos y demostrarles a ellos y a mí misma que mi yo positiva y carismática había regresado.

Gris Arcoíris, un triángulo peligrosoWhere stories live. Discover now