DÍA 2900

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Es hora de sacar un poco los recueros del baúl y ponerlos al sol para que se desempolven un poco mientras recordamos en corazón en mano aquellos bellos momentos que quedaron plasmados en recuerdos y que en su gran mayoría muchos de ellos ya se olvidaron y hoy en día solo pasen aquellos recuerdos más fuertes que solo no deciden marcharse al igual que los físicos que se conservan y se cuidan con mucha delicadeza para evitar algún daño y en caso de que se presente sufrirlo porque los recuerdos valen oro, los momentos que no se intercambian por otros momentos de felicidad.

Pido disculpas por mi ausencia, así como también me disculpo por no comunicarme, no es para tanto, pero me costaron varios metros de distancia los cuales sin querer nos alejan cada vez más, pero que hay de aquel beso de abril cuyo significado me sigue abatiendo el alma hasta el día de hoy.

Atiendo a tu llamado, mi voz que desespera a gritos tu anhelo entre el viento se vieron pausadas a causa de la interrupción de las brisas de noviembre.

Si tan solo las personas fuéramos más consientes e inteligentes creo que el mundo sería un lugar más bonito y tranquilo, solo bastaría saber que te encuentras bien con tu entorno entonces, solo entonces sabrás que estas rodeado de personas que forman parte de tu felicidad sin siquiera saber el nombre o parentesco de cada uno de ellos, a causas de esta mala racha sabríamos en quienes confiar y cuando hacerlo.

No sé si volver a confiar en las personas, el corazón me grita que vuela a buscar mi felicidad en ti, pero la mente me dice que ya es hora y debo marcharme, las altas horas de la madrugada me confunden cada vez más, sé que nos vuelve diferentes un tanto, pero de cierto modo nos hace más verdaderos a diferencia de cualquier momento del día, aún tenemos tiempo de cambiar el rumbo de nuestra historia saber que ya no dependemos de uno ni del otro que a estas alturas del juego cada quien sabe lo que quiere y sabemos bien que ya no debemos de estar juntos que nuestro momento de partir a llegado a su punto más alto que ya sobrepasamos el límite y no podemos seguir esperando un resultado diferente en cada intento hacemos siempre lo mismo, ya nadie y ninguno de los dos pone el empeño de su parte, que para que seguir con esta gran mentira si al final sabemos que esto no nos llevara a ninguna parte, solo prolongamos nuestro sufrimiento con cada intento y por más que tratemos de buscar una solución, una salida jamás la encontraremos si no disponemos de nuestros propios sentimientos que si no queremos volver a fallar debemos escuchar los gritos del corazón para dejar de sufrir.

Sin más por el momento nos halamos envueltos en nuestro propio mundo.

NOCHES DE INSOMNIODonde viven las historias. Descúbrelo ahora