Capitulo 6 La celda
- Desnúdate. - Un tipo de dos metros de estatura y más de cien kilos de
puro músculo, da la bienvenida a Juan.- En esta bandeja va la ropa, y en
esta otra, el resto de tus pertenencias. Incluyendo el cinturón y tu
cartera.
Juan estaba ruborizado.
-Date la vuelta e inclínate sobre la mesa.- El hombre musculoso, da un paso
delante y se cruza de brazos, al ver que se negaba. - No me hagas forzarte.
El miedo que Juan sentía ante tal monstruo, rebasaba sus limites, no podía
dejar de pensar en el tamaño que podría tener su cosa.
- Me llamo Mitchel. - Ese hombre intenta tranquilizarlo. - Hubiera sido
mejor invitarte un café antes de tenerte desnudo frente a mi. - Decía
mientras se agachaba para examinarlo.
Alan contrajo los músculos instantáneamente.
- Jajajajajajajajajajaja. - Mitchel soltó a reír. - Es una revisión de
rutina, tengo que evaluar que no escondes armas o drogas en tu recto. Por
favor intenta toser.
- ¿Que?
En seguida Mitchel sujetó a Juan por el cuello evitando que pudiese moverse
de aquella posición tan comprometedora, y le arrojó un polvo en la nariz.
este polvo altamente aromático hizo que Juan estallara en estornudos.
- Perfecto, estas limpio. - dijo después de mirar su asterisco.
Después de haber pasado por todos los requisitos dignos de ir al espacio
exterior, fue llevado hasta una celda donde solo había un WC, un lavamanos
y una litera ocupada por otros dos presos. Juan miró extrañado invitando al
oficial que se diera cuenta de que no había una cama para él.
-Lamentablemente tenemos sobre población, tendrán que compartir la cama.-
Se alejó con una sonrisa maliciosa. - Regreso en media hora, para entonces
ya se habrán puesto de acuerdo.
Juan los miró esperando lo peor. Estaban con los ojos casi desorbitados de
rabia. El tipo aparentemente el dominante bajó de la litera, cayendo a un
lado del rostro del de abajo. "hazle un espacio" - le dijo.
-¿Por que?- se levantó de golpe. - Fue tu idea la que nos trajo este
estorbo.
-¿Que no olvidas que tu fuiste el que no realizó correctamente su labor?-
lo agarra de la ropa empujándolo. - Estuviste de acuerdo desde el inicio,
así que no te rajes.
Esa pequeña riña tranquilizó a Juan, Sabía que él mismo no era bienvenido
en esa celda y por ende, no era deseado.
-Blanquito, tu te quedas en la cama de abajo, no le des la espalda, porque
es bien pinche joto.
El de abajo no dijo nada, pero parecía desaprobar las palabras del
dominante.
-Tu cabeza irá de el lado mas cercano a los barrotes. - El de abajo le dice
con un tono monótono, mientras se recuesta de su lado.- La única almohada
es mía, tendrás que pedir la tuya.
-Ni quien quiera tu apestoso cojín. - El de arriba, asomó su rostro, le
colgaban los cachetes y se le caía un hilo de baba en el intento de dejar
de reír.- Cuando no viene su mujer por que se la tira su mejor amigo. Él se
consuela con su costal de plumas.
-¡Ya cállate!- gritó sofocadamente, parcialmente su boca era tapada por su
almohada.- Pinche mentiroso.
-¿Cual mentiroso? Si tu te reúnes con los frikis a intercambiar métodos de
auto-placer. - dice mofándose. - Ya todos lo saben, ya no es sociedad
secreta, es tu sociedad chaqueta. Jajajajajaja,- Suelta una carcajada
altamente sonora.
Juan no pudo contener su risa.
-¿Que, tu también?- El de abajo se incorpora agresivamente.- ¿Te vas a
llevar puto?
-¿Chencho, por que tan molesto por tu nueva almohada de carne fresca?- El
oficial regresó de su rondín.- ¿Como se lo ganaste al Caníbal?
-No lo queremos aquí. Si lo subastas en el resto de las celdas, podrías
conseguir muchas cajetillas de cigarros.
-Yo no fumo sus porquerías importadas. Además, son ordenes del director.
Está mas allá de mi alcance.
- ¡Huuuuuuuy! Entonces tenemos a un protegido. -El caníbal canta desde
arriba.- Entonces tendráz que abstenerte pinche Chencho.
Con su almohada apretada en sus brazos, Chencho responde una patada al
colchon con todas sus fuerzas. por lo que el Caníbal fue impulsado dando un
saltito hacia arriba.
-Lo cierto es, que él está aquí para que se les dificulte intentar escapar
de nuevo.- El oficial se burla mientras se aleja.- Lo que hagan con su
trasero, no importa.
-¿Intentaron escapar? - Juan pregunta una vez que dejó pasar un tiempo en
silencio.
-Si, pero este pendejo no cerró la tapa del túnel.
-La cerré, solo que tu chingadera no sirve.- Chencho suelta su cojín, y se
incorpora para hablar mas bajo.- Y ahora tuvimos que empezar de cer....
-¡Shhhhh!- El canival no pudo callarlo con anticipación suficiente. y Juan
se acercó preocupado.
-Ustedes pueden hacer como que yo no existo, no interferiré con sus planes.
Por lo que el caníbal le pide que a Juan acerque su oído.- Tu escaparás con migo,
ese pendejo del Chencho se queda aquí.

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El sanatorio
SeramUn joven estudiante de artes de la comunicacion, pasa de ser un sipmple periodista a un investigador. Su unica mision es descubrir si el crimen fué un acto ritual o si realmente se abrió una puerta al infierno.