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Hefesto

El joven marido del emperador de Roma disfrutaba de la compañía de su hermana, hablando de todo lo que había sucedido en el transcurso de los 5 años sin verse. Poniéndose al día las carcajadas de ambos hermanos retumbaban por los pasillos del palacio.

  —¿Y ya tienes a alguien especial Jennie? —cuestiono el menor colocando sus manos bajo su barbilla.

La pelinegra hizo una mueca antes de responder —No —menciono al aire— aún sigo con la misma persona en mi corazón.

  —Seguiras con tu misterio Jennie —bufo echándose a la cama— ¡ya dime quién es! -rio apuntando al techo— tengo que decirle a ese tonto de lo que se pierde.

  —Ya te dije que no Jimin, deja de ser tan terco —le acompaño acomodándose en la cama— él es un buen hombre sí; es de buena familia y es caballeroso, aparte de que es súper guapo.

  —Hablas cómo adolescente —se burló el castaño acomodándose sobre su estómago en la cama.

  —Deja mi vida amorosa en paz Jimin —le recriminó sin dejar de mirar al techo— te juro que algún día el se fijara en mi, porque sabes Jimin no eres el único bonito en esta familia yo también tengo mi encanto...

La voz de su hermana paso un segundo plano al mirar por la puerta a la mano derecha de su marido con la misma expresión seria que le veía desde hace días —Jeon —hablo interrumpiendo a su hermana. Sin importarle un poco quien le haya hablado siguió su camino. Se disculpó con su hermana para ir tras Jungkook. —Jungkook estoy hablándote.

Le siguió los pasos por los pasillos del palacio hasta los establos para que por fin se dignara a escucharlo. —Jeon ¿No te has dado cuenta que eh estado hablándote desde hace un rato? —una vez más ignorado— ¿!Eh¡?

  —¿Necesita algo su magestad? —respondió con otra pregunta haciendo una reverencia.

  —Deja eso Jungkook —dijo exasperado por su comportamiento— llevas días ignorandome.

  —No puedo hablar de mi vida personal en mi tiempo de trabajo —exclamo alejándose de nuevo.

  —Ya basta Jungkook, no te comportes así conmigo.

  —Pues que esperabas Jimin —dijo enojado— ¿que actuara como si nada al verte tener relaciones con tú marido?

  —Ya te pedí perdón unas mil veces —se excusó— Solo quería darte algo de celos.

Río con ironía dejando de lado a su caballo al cuál estaba atendiendo —¿Crees que solo me dices perdón y voy a dejarlo pasar como si nada? —dijo enojado— No Jimin, no. Apenas soporto verte todos los días con él, pero eres tan atrevido como siempre y no, me obligas a verte con él, en la cama.

  —Tu la besaste Jungkook —los ojos vidriosos del rubio fue lo único que vio cuando termino de hablar. Estaba apunto de llorar, se arrepentía en serio de haber hecho que Jungkook los viera, pero el se sentía impotente al verlo con alguien más—. Estaban tan juntos y felices, le sonríes como lo haces conmigo, Jungkook incluso la tratas como si fuera yo. —El menor solo bajo la cabeza y se dio la vuelta para irse.

Una mano cálida tomo la suya —Odio amarte tanto —le dio media vuelta a su cuerpo plantando un beso en sus labios.

Con rapidez y fervor el castaño correspondió el beso abrasando a su amante por el cuello. —Perdoname —dijo entre lagrimas— Te amo, te amo.

El beso se salo por las lagrimas del castaño, ninguno quería soltarse; Jimin jalaba los cabellos negros de su nuca sin fuerza aferrándose a su hombre, al mismo tiempo que el contrario apretaba su cintura deseando poder marcar su piel.

  —Vamonos —dijo Jungkook dejando que ambos tomarán aire juntando su frente con la de su amado— necesito unos días contigo mi sol, tenerte para mí, en verdad lo necesito.

  —Pero Taehyung —dijo acariciando sus mejillas— ¿cómo voy a decirle que me iré?

Jeon volvió a juntar sus labios para darle seguridad, acarició el dorso de sus manos sobre su cara y apretó los ojos —Distraelo, inventa una excusa no sé, pero necesito un tiempo contigo. Por favor —rogó.

  —Pensare en algo —lo beso una vez más— te veo dónde siempre.

Antes de que se fuera volvio a darle un gran beso en los labios, feliz de poder tenerlo una vez más en sus brazos. Porque por más enojado que pudiera estar no podía vivir sin él.

Jimin caminaba a pasos largos por el palacio entusiasmado, paso por su habitación, el salón del trono, saludo a sus cuñados que caminaban alegres por ahí, y por suerte esquivo a la madre de Taehyung.

  —¿Estás ocupada? —hablo el rubio asomado en la puerta de la habitación de su hermana.

  —Pasa Jimin —dijo Jennie sonriendo— realmente no puedo hacer mucho, no se qué hacer aquí.

El rubio rio ante su comentario —te acostumbras —tomo asiento en la cama— igual no vas a quedarte mucho —dijo al viento.

La castaña carraspeo queriendo ignorar el comentario de su hermano menor —¿Y... qué necesitas?

  —Cierto —dijo borrando su sonrisa— primero quiero disculparme por irme mientras aún estabas hablando —menciono con una expresión apenada— y en segunda quiero pedirte un favor.

  —Claro hermano —dijo despeinado sus cabellos— para eso es la familia.

  —Entonces es un si —dijo sin dejar su linda sonrisa.

  —¿Qué ocupas?

Espero unos momentos para decirle, su hermana ya había aceptado —Necesito que... seduzcas a Taehyung. Distraerlo lo suficiente para que no note que voy a irme.

  —¡¿Qué?! ¿¡Quieres que me acueste con tu marido!?

  —¡Jennie! —exclamo alterado en un susurro tapándole la boca— baja la voz.

  —¿Por qué rayos quieres que haga eso?

Suspiro, en definitiva tendría que contarle. —Yo... tengo un amante, y voy a irme con él unos días.

  —Jimin estás jugando con fuego.

  —Lo sé Jennie, pero estoy enamorado de él —exclamo con un suspiro— Solo hazme el favor, me iré por la noche —avisó— y esto te va a favorecer también, Tae es muy lindo y a decir verdad es bueno en la cama, seguro después te dará regalos y  respeto.

  —Estas loco Jimin —rio para acariciar la cabellera de su hermano menor- pero quiero saber quién es —pidió con una gran sonrisa— ¿Quién pudo haber robado es corazón tuyo?

Las sonrisa de Jimin se expandió entrecerrando los ojos —No me lo vas a creer —exclamo entre suspiros enamorados— pero es Jungkook, ay Jennie ¿Quién iba a pensar que terminaría enamorado del hijo de los Jeon?

—Je...Jeon Jungkook —dijo tartamudeando con cara de espanto.

—No hagas esa cara —rio para su hermana— sus padres nunca supieron y mi marido tampoco tiene que enterarse. Pero, amo tanto a Jungkook.

Dos horas después de la ajetreada tarea de arreglar a la chica y crear un perfecto plan para seducir a su esposo estaban listos; con el cabello chino, los labios rojos, la bata de seda favorita del egregio y una gran actitud, aunque algo que había enamorado al emperador era su timidez había terminado por caer a los pies del menor cuando conoció ese lado tan atrevido, creyendo que siempre sería el único en conocerlo.

  —A Tae le gusta algunas veces estar abajo por lo que podrías intentar —enlistaba repasando el plan— cuidado con los pies, no tuvimos tiempo de arreglarlos y no le gusta la sensación cuando se rozan con su piel. No intentes besarlo...

  —¿Te molesta? —cuestiono Jennie dándose unos últimos arreglos.

  —No, pero no quiero que vaya a hacerte sentir mal si te rechaza —se quedó callado un momento pensando en más cosas importantes— casi lo olvido, si no funciona y pregunta por mi dile que salí y no sabes a qué, o a dónde. Yo pensaré en una cuartada cuando vuelva.

  —¿Cuento contigo?

  —Para eso está la familia.

Ares Donde viven las historias. Descúbrelo ahora