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—Ven, yo te llevaré en mi auto Hinata-san— Ofreció Itachi mientras abría la puerta de del copiloto para ella, Hinata sonrió y se acercó pero una mano en su muñeca la detuvo, confundida miró a su jefe

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—Ven, yo te llevaré en mi auto Hinata-san— Ofreció Itachi mientras abría la puerta de del copiloto para ella, Hinata sonrió y se acercó pero una mano en su muñeca la detuvo, confundida miró a su jefe.

—Mi empleada, yo la llevo— Habló el Uchiha menor llevándola para su auto. El mayor sonrió y cerró su auto subiéndose al auto de Sasuke luego de que Hinata se subiera en la parte de atrás y él tomó el asiento del copiloto. —Vete en tu auto—

—Quiero hablar con Hinata-san ¿Acaso impedirás que tu empleada hable con los demás también?— Chasqueó la lengua y arrancó el auto.

—Tenemos que ir al supermercado del centro... Sé que está algo lejos pero ahí es donde tienen todo lo que necesitamos— Explicó Hinata.

—Hinata-san... ¿Sales con alguien?— Sasuke casi frenó de golpe al escuchar la pregunta de su hermano mayor e hizo que la mencionada se sobre-saltara y ruborizara.

—Estoy muy ocupada para pensar en cosas como el amor Itachi-san— Contestó la mujer. Ambos se miraron entre sí y el mayor continuó.

—Una mujer tan bella como tú sin pareja me sorprende, pero seguramente debes tener a varios enamorados de ti— Dijo sin pelos en la lengua mirándola por el retrovisor.

—Itachi-san no diga eso— Murmuró, recordó a su primer amor y suspiró. —Es aquí.

Cada Uchiha se puso al lado de ella, Sasuke con cara de pocos amigos e Itachi con una pequeña sonrisa, mientras Hinata tarareaba una melodía empujando el carrito que había agarrado.

—Sasuke ve y saca un número en la parte de carnicería, por favor. Hinata y yo iremos a la parte de verduras— Habló Itachi dejándolo atrás con Hinata que se iban a otro pasillo. El mencionado chasqueó la lengua e hizo lo que le pidió.

Mientras tanto Itachi miraba y miraba las frutas que había, era época de sandías, melones, uvas y fresas. Recordó que a su madre le encantaban las frutas.

—¿Qué sucede?— Preguntó Hinata dejando dos kilos de tomates frescos junto a la variedad de verduras y frutas que había puesto anteriormente, recordó que a Sasuke le encantaban éstos y pensó divertida si alcanzaría.

—No sé qué sandía elegir—

—Um... Pues, lo que ha-hacía mi madre era guiarse por su color, peso y cuando la g-golpeas saber si valen la pena o no... Como ésta— Hinata cargó una gran sandía y la golpeó, se fijó en las marcas amarillentas que contenía y sonrió. —Ésta es la indicada Itachi-san.

—Gracias Hina— Agradeció, eligió racimos de uvas y un kilo de fresas, se las dió al empleado para que le pusiera el precio Hinata hizo lo mismo con otra sandía y algunas fresas, la puso en el carrito al finalizar. Itachi tomó la sandía en sus manos y ambos siguieron caminando encontrándose con Sasuke.

Éste le extendió el número a Hinata. —Más de 20 personas adelante— Afirmó. Hinata asintió y guardó el ticket en su bolsillo yendo a la parte de artículos de limpieza. Miró la lista y sacó lo que necesitaba en cantidades grandes. Itachi comenzó a cargar el carrito que comenzaba a estar lleno.

—Iré a buscar otro carrito... Los artículos de comida no se deben mezclar con los de limpieza— Habló al haber visto que las verduras estaban muy cerca de los otros.

Hinata caminó rápidamente a la entrada y puso una moneda para sacar otro carrito.

—¿Hinata?—Se sobresaltó y miró a quien dijo su nombre abriendo los ojos sorprendida.

—Gaara-kun... ¿Qué...?— No pudo formular palabra al ser aprisionada en un abrazo por parte del hombre.

—Lo siento, me emocioné— Se separó de ella. —Sigues igual de hermosa como lo recordaba.

—G-gracias... ¿Cuando volviste?— Cuestionó, que gracioso que cuando el hermano de su jefe le había preguntado sobre su vida amorosa apareciera su primer amor.

—Hace unos días, fui a tu casa pero Hanabi dijo que te fuiste del país—

—¿Qué?— Suspiró y anotó mentalmente regañar a Hanabi. —Yo no- ¿Por qué fuiste a buscarme?

—Hinata... ¿Recuerdas lo que te dije antes de irme?— La Hyūga arrugó la ceja confundida, unos segundos después abrió la boca sin decir nada. —Ya lo recordaste.

—Tú volverías para... Casarnos— Susurró para sí misma aunque el pelirrojo escuchó y asintió.

—Hinata cásate conmigo... Aún te amo— Le tomó la mano delicadamente, su textura ya no era tan suave como recordaba en ese entonces pero no le importó.

—Yo... Gaara-kun...—

—

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Creo que es una de las primeras veces que actualizo en el día (?)
Siempre actualizo en la noche, je

Mucama SasuhinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora