Dolor ajeno

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Aviso importante: Este capítulo describe escenas grotescas en relación al maltrato de animales y violación. No es recomendable leer si es muy sensible a esos temas...

Desde que Tsukishima Kei tenía conciencia de sí mismo y de su alrededor tuvo un gusto particular en visitar un lago que quedaba a unos pocos minutos de viaje en automóvil de su ciudad natal a las afueras. Le encantaba este lugar porque habían demasiados animales allí, sus favoritos eran las tortugas de tierra, eran demasiado lentas y no podían correr lejos del joven Tsukishima cuando intentaba agarrarlas para sostenerlas cuidadosamente en el aire. Inclusive su propia madre lo hacía posar para la cámara sosteniendo a una de estas pequeñas tortugas enfocando a su pequeño Tsukki esbozando una gran sonrisa.

Viajar hasta este lugar simulaba un paraíso para Kei, mientras que sus padres y su hermano sacaban las cosas para preparar la parrilla junto al lago, él podía desaparecer unos minutos sin alarmar a nadie. Sólo cuando estaba lo suficientemente lejos de los demás y asegurándose de que nadie lo hubiera seguido hasta ese punto, tomaba la delgada y larga cuerda que había escondido dentro de su chamarra, y que empezaba a enrollar hábilmente en una pequeña tortuga sin que éste pudiera zafarse de los movimientos del rubio, una vez que la cuerda ataba fuertemente el cuello de éste pobre animal, la asfixiaba colgándola de un árbol. Y ahí, frente a la agonizante tortuga estaba parado, sonriendo y disfrutando, como si de un juego inocente se tratara, estaba Tsukishima, mientras que el cadáver de la tortuga se balanceaba sutilmente en forma de péndulo, aquel niño de rizos rubios no procesaba la empatía hacia ningún ser vivo, él disfrutaba del dolor ajeno.

Era realmente placentero escuchar y ver la desesperación de un ser indefenso para el joven Tsukishima. En su vecindario solía tomar a las mascotas de los vecinos cuando nadie lo estaba viendo sólo para realizar lo mismo que hacía en el lago con las tortugas. Cuando ataba perros y gatos el placer era igual de estimulante para Kei el hecho de escuchar sus incesantes gemidos de dolor. El hecho de perseguirlos, amarrarlos y colgarlos hasta la muerte había definido el mórbido deseo de Tsukishima para siempre.

Cuando llego a la pubertad conoció el termino bondage y "shibari" entonces supo cómo quería ejercer su sexualidad. Le gustaba como a aquellas mujeres indefensas las ataban sin que pudieran hacer ningún movimiento y como parecían llorar de verdad debido a la desesperación, la sumisión en su pareja era esencial para Tsukishima...

Cuando conoció a Kuroo Tetsuro, éste era ya un tipo influenciable debido a que la relación de Kuroo con su familia estaba rota desde que su madre murió cuando éste era un niño, el joven Tetsuro se había vuelto retraído y su padre no ayudaba mucho ya que usualmente le solía decir a su propio hijo que era un estorbo y que no era bueno para nada, esto afecto bastante en la autoestima de Kuroo, se veía tal y como su padre lo describía.

Teniendo a un sujeto tan voluble como Tetsuro, como si se tratara de un "proyecto" comenzó a instruir a Kuroo para que fuera todavía más fácil de manipular, al principio lo trataba bien, como si fuera especial, lo elevaba casi como si de verdad sintiera aprecio por él, cuando comenzaron a ser novios lo besaba como si tuvieran una relación de confianza mutua y llena de amor. Sin embargo, eso se fue transformando poco a poco en comentarios descarados hacia su personalidad y lo comenzó a alejar de las personas que podrían ayudar a Tetsuro a salir de esa relación, lo distancio aún más de su familia y de sus otros amigos. Llego a tal punto que el pelinegro sólo tenía confianza en las palabras de Kei, como si éste fuera la única persona que lo entendía y lo quería de verdad.

Pero no era así, Tsukishima solo mantenía su relación con Kuroo porque era un juguete para él. Un sujeto de pruebas para sus deseos retorcidos, ya que en el cuerpo de Kuroo solía practicar los nudos bondage que aprendía mirando por internet. Era tan salvaje que constantemente dejaba heridas punzantes en el cuerpo del pelinegro.

El secreto amor de Tadashi (Pausado)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora