Manos vacías

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Tuve que pedirle un poco de tiempo prestado a mí ocupado bolígrafo cuando dos noches antes de la primavera triste de abril una mujer me ofrecía el corazón en un solo movimiento

Yo tenía los bolsillos vacíos, algo secos los sueños y el corazón un poco cansado, sin embargo, era una oportunidad estrecha, una aguja en un pajar, era fuego néctar y ambrosía al alcance de un mortal

Yo no tenía más que un par de voluntades inconclusas, los ases bajo la manga se me habían acabado, y los cielos ya hartos de mi no querían ni hacerme favores ni fiarme los milagros

Tenía suficiente noche, unas cuantas hojas en blanco, tinta y un cuadro de su rostro pegado en mi memoria que volvía involuntaria mi mano, que volvía fuente mi cabeza

Sin pretender retomar el vicio de la ilusión y los sueños, o las películas de romance que pasan por detrás de la mirada solo pude dedicarle una escritura y una promesa a cambio de su mano

La promesa es que cuidaría de sus latidos hasta que ella me los pidiera de vuelta, la escritura no hay necesidad de mencionarla, ya la has leído, es de esta manera en la que termina...

Poemas escritos por la noche y el vinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora