『 two ghosts ; larry 』

Capítulo 11.

Se detuvo frente a la puerta, y suspiró.

"Bueno. No es del todo mentira. Es la verdad, sólo voy a omitir algo." Pensó, y tocó la puerta.

Harry apareció con el mismo jersey gris que tenía puesto cuando se fue, una bandana negra, el pelo desordenado, un short de pijama y frotándose los ojos.

"Mi avión de papel." Fue lo que dijo, adormilado, después de un largo silencio. "no he dormido una mierda." Se acercó para quitárselo. Louis suspiró en su cuello casi sin querer cuando se lo estaba quitando.

"Hablemos, Harry." Dijo, y Harry le dio la espalda para entrar en el departamento. Lo siguió.

"No hay nada de qué hablar, Louis." Murmuró, yendo a la cocina. Tomó la taza de café humeante que se acababa de preparar. "Todo está claro."

"No, Harry, no lo entiendes."

"¿Qué no lo entiendo? ¿Dices que no lo entiendo?" dijo, incrédulo, soltando una risa seca. "Me lo dijiste. Me dijiste que ibas a decirme lo que sentías por mí antes de que fuera tarde. Tú sabías que iba a enterarme, y preferiste que me enterara por mis propios medios que por ti."

"No estoy con ella, Harry. Es mi mejor amiga, tenemos un par de fotos así, pero son todas bromeando o borrachos. Lo hace para molestarme, ella sabe que soy gay." Explicó, sentándose del otro lado de la barra, frente a él.

"¿Sí?" él asintió. "A ver Louis, dime, ¿Yo podría subir una foto como esas? ¿Podría salir contigo de la mano? ¿Podría besarte delante de todos?" Louis hizo silencio. No tenía el valor de responderle. "¿Lo ves? Te aseguro que si fuera un niño de mami y de papi que se graduó en una escuela cara ni siquiera lo dudarías." Su voz se rompió, y Louis casi no respiraba del nudo que tenía en la garganta. Sus ojos empezaban a cristalizarse y bajó la mirada. Él tenía razón. "Pero supongo que yo no soy uno de esos, ¿no?"

"Harry, estoy seguro de que podemos resolverlo, estoy seguro de que podemos salir de ésta." Dijo, con la voz en un hilo. Él negó con la cabeza, y dejó la taza nuevamente sobre el mesón.

"No, Louis. No va a funcionar. No vamos a encajar."

"¿Sí? Yo creo que ya lo hicimos." Louis se levantó.

"Louis, no vamos a lograrlo."

"¿Quién lo dice?" dijo, caminando hasta él. "Si no encajamos, dime por qué estás hablando conmigo, dime por qué dejaste que entrara. Dime por qué estás tratando de convencerte a ti mismo de que no va a funcionar, y me iré."

"Porque te quiero." Soltó, dejándolo helado. Suspiró, y sintió cómo los ojos se le llenaban de lágrimas. "Y no me importa si soy un idiota que se enamora solo, o si soy frágil. Soy real, soy honesto y soy vulnerable. Dejé mi guardia baja, y no me importa estar completamente indefenso ahora, porque eso me hace humano, eso me da inspiración, me da historias, me da vida. No me importa si termino solo, con el corazón roto llorando en el piso de mi baño, si voy a tener ganas de vivir antes de eso." Su voz flaqueó, y lo señaló. "Si tú vas a dármelas." Se limpió los ojos para verlo, y antes de que pudiese decir algo, continuó. "Y no me importa si es sano o no, quiero tenerlas de ti y sólo de ti."

"Entonces resolvámoslo." Dijo él, de pie viéndolo.

"Mírame a los ojos y dime que no la amas, Louis."

"No la amo, Harry." Louis no dudó, no le mentía. "Al menos no en ese sentido. Te quiero a ti, y a tus libros y tu romanticismo y todo eso. Te quiero a ti y sólo a ti." Le dijo, acercándose a él. Harry lo miraba a los ojos.

"¿No me mientes?" dijo, una vez que lo tenía lo suficientemente cerca para oler su perfume.

"No te miento, Harry. No la querría en ochenta años como a ti en un día." Respondió, sonriéndole.