🔧CAP. 1: Distancia de Seguridad🔧

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- Madre mía

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- Madre mía. - suspiró Armando. Era lo único que pudo decir al encontrarse a la EMS atendiendo a uno de sus clientes que se hallaba inconsciente en la entrada del taller.

Ya ni se sorprendía.

Volvió a suspirar pesadamente mientras se masajeaba el puente de su nariz. Esto era lamentable, solo había estado diez minutos fuera del taller. Diez minutos.

"Necesito unas vacaciones", volvió ese deseo que se le repetía internamente todos los días al entrar de servicio.

Aparcó la grúa como pudo a un lado de la entrada, cerca de la catástrofe, y, acto seguido, se bajó del vehículo de un salto.

- Vamos a ver ... ¿Se puede saber qué cojones ha pasado? - gruñó agotado al recibirlo. - A ver, Tonet, habla.

Tonet, quién acompañaba al herido y a la EMS, corrió hacia el recién llegado.

- BOSS! ¿A qué no sabes lo que ha hecho el chino? ¡Le ha metido un putaso al tío ese y lo ha dejao' moñeco! - exclamó, jadeante y sin poder dominar el timbre de su voz.

- ¡¿Cómo?! - miró alrededor buscando al presunto agresor. - ¿Dónde está el chino? ¿Ha venido la policía?

Tonet miró a su alrededor y, una vez que se aseguró que ningún transeúnte les prestaba atención, susurró:

- No, le hemos dicho a la EMS que se ha tropezao' con una llave de tubo y se ha dao' en la cabesa. - se giró fingiendo inspeccionar los alrededores del taller. - El asqueroso se ha escondido en la oficina como una ratilla y me ha dejao' a mí el marrón.

- Ay dios, no puedo salir ni un rato sin que la lie. - se lamentó. - Tú vuelve a lo tuyo. Si viene la policía, me avisas.

Tonet asintió.

El taller, a pesar del incidente, seguía funcionando con normalidad. El resto de sus empleados ni se habían inmutado. Ellos seguían con su rutina, reparando los vehículos, controlando la cola, rogando paciencia a los clientes, ... Eso era buena señal, puesto que no había sido tan grave como para reclamar la presencia urgente de la policía.

"Verás en cuanto lo pille. Se le va a caer el pelo", entró directo en el edificio sin devolver el saludo a ninguno de sus mecánicos.

Yun tenía que dejar las tonterías, por lo menos durante un tiempo. No podía seguir llamando la atención de esa forma, la policía les estaba pisando los talones y lo último que necesitaban ahora era más presencia policial. Estaban al borde de una redada debido a los constantes incidentes de sus empleados tanto fuera como dentro del taller.

"¿No se da cuenta que nos está poniendo en peligro a todos?". ¿Por qué no podía simplemente comportarse como una persona normal sin llamar la atención?

Abrió la puerta de la oficina encontrándose a Yun Kalahari frente al ordenador imprimiendo unos contratos de compraventa.

- Chino. - se acercó al susodicho dispuesto a echarle la bronca.

PACIENCIA | #YunandoAU 🔧Donde viven las historias. Descúbrelo ahora