Jaspe.

Los Cullen.

—¿Y qué tal esto? —preguntó al tiempo en que le enseñaba un vestido liso.

—¿No te dará frio?

—Puedo usar mallas, se verían lindas, ¿no?

—Supongo que eso lo arregla. —se encogió de hombros, volviendo la vista a la ventana.

—¿Supones? ¡No es momento para suponer Bella!

La mencionada rio, bastante divertida por la situación de su hermana. Adara se talló el rostro con las palmas de las manos dejándose caer en la cama, pensando en cuanto tiempo tendría para regresar a Phoenix antes de que Jasper se enterara y la buscara.

No mucho, imaginó. Además, cuando diera con ella tendría que darle una explicación.

Se levantó de la cama, con la vista clavada en el bosque, cuando estuvo frente a la ventana trató de calmarse, recordando la razón por la que había accedido a la propuesta de Jasper... porque lo quería, porque realmente le gustaba, porque, aunque era técnicamente imposible, estaba segura que los ojos le habían brillado más de lo usual cuando ella aceptó.

Desenfocó un poco la vista, logrando así ver su reflejo en el vidrio. El dije rojo resaltó, provocándole una sonrisita.

—El vestido no. Seguiré buscando.

Después de 5 minutos buscando entre la ropa de su closet, encontró uno de sus suéteres favoritos: era tres tallas mas grande, de un color café claro.

—Con unos jeans y botas se vería bien, ¿no crees?

Bella solo levantó su pulgar en señal de aprobación, provocando saltitos de emoción en Adara. Rápidamente encontró unos jeans negros, tomó la ropa necesaria y corrió al baño a darse una ducha.

[***]

—Tranquila, solo irás a su casa, ni que fueran a comerte. —dijo burlonamente, recordando lo que Adara le había dicho cuando sus papeles estaban invertidos.

—Vete al diablo, Bella. Yo no sabia lo irónico de mi comentario.

—¿Por qué mandas a tu hermana al diablo? —preguntó Charlie, entrando al comedor.

—Está nerviosa, es todo. —Charlie hizo un extraño gesto que ambas interpretaron como "cuéntame más". —Adara irá a casa de Jasper.

—Cosa que ya había dicho y no era necesario repetir. —canturreó nerviosa.

—¿Jasper... Cullen? —ambas asintieron, Adara no creía oportuno corregir a su padre sobre el apellido de Jasper. —¿No hay más chicos en el pueblo? Otro Cullen... genial. —lo último lo susurró mientras caminaba al refrigerador.

No pudieron evitar sonreír por las muecas de su padre. 

Pasados unos minutos los tres escucharon como llamaban a la puerta. Charlie se levantó apresuradamente, haciéndole una seña a Adara para que se quedara sentada, obedeció soltando un suspiro exagerado.

Poco después Charlie regresó a con sus hijas haciendo un ademan aprobatorio, Adara se levantó rápidamente de la silla, besó la mejilla de su padre y se despidió de ambos.

—¿Por qué ambas decidieron tener novio al mismo tiempo? —Bella sonrió apretando los labios mientras le daba una palmadita en la espalda a su padre.

Ninguno de los dos dijo nada al verse, Jasper sonreía de esa forma dulce y educada que tanto le encantaba a Adara, quien no pudo evitar sonrojarse ante la atenta mirada del vampiro.

El camino a la casa de los Cullen fue tortuoso para la humana, quien no podía mantenerse en calma. Jasper, en cambio, se sintió bastante entretenido, solo manejar era bastante aburrido, sin embargo, si le agregabas influenciar las emociones de la chica para que pudiera relajarse, la actividad era más estimulante.