veinte

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Justin observaba sentado desde una esquina de la habitación como Joanne dormía junto a Bella en la gran cama

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Justin observaba sentado desde una esquina de la habitación como Joanne dormía junto a Bella en la gran cama. Si bien había un hechizo protector sobre ellos y todos estaban alerta cuidando a la niña, no podía dejar de estar preocupado pensando que algo podía pasarle a su hija. Por eso no había podido pegar un ojo en toda la noche, estaba atento a cualquier ruido o movimiento sospechoso que escuchara en el exterior. 

Sabía muy bien que la reina era capaz de hacer cualquier cosa con tal de lastimarlo a él o a cualquiera que amara. Y más si una de las cosas que él más amaba era una pequeña bebé extremadamente poderosa.

—¿Qué haces despierto? —preguntó Joanne con voz adormilada sacándolo de sus pensamientos.

—No puedo dormir —respondió mientras se acercaba a ella. Se sentó a su lado y besó su frente—. Vuelve a dormir nena. 

—¿Sucedió algo?

—No, no te preocupes —le sonrió. 

Joanne asintió y acarició su mejilla con cariño. Justin besó la palma de su mano. 

—Sé que estas preocupado por Bella, pero ella está bien y no le sucederá nada mientras estemos aquí —aseguró para dejarlo tranquilo—. Ven a acostarte. 

—No estoy preocupado por la reina.

—Justin —elevó una ceja mientras reía. 

Justin rió sabiendo que Joanne era la persona que más lo conocía. No podía ocultarle nada a ella.

—Bien, bien, si estoy preocupado por eso. Estoy atento a que nada pase —admitió.

—No sucederá nada espectro, ven a dormir. 

Justin suspiró al notar que Joanne no se rendiría. Se levantó y rodeó la cama para acostarse al lado de Bella. La tomó luego de besar su frente y la colocó sobre su pecho, de esa manera se sentía un poco más seguro. Joanne se pegó a su costado mientras acariciaba su corto cabello. 

—No pasará nada —besó su mejilla.

Justin sonrió más tranquilo y se estiró a besar sus labios. De alguna forma Joanne siempre lograba calmarlo.

—Vuelve a dormir linda —dijo.

—Tú también cielo.

—Lo intentaré —rió.

Joanne se acomodó mejor contra su cuerpo y cerró sus ojos intentando conciliar el sueño nuevamente.

—Te amo —susurró una vez que notó como caía dormida—. Y a ti también pequeña princesa —besó la cabeza de Bella.

Pero por más que lo intentó, no logró conciliar el sueño. Su mente seguía divagando en las posibilidades que había de que la reina se acercara. A pesar de ser el espectro, sentía miedo de que les pasara algo a la criatura que tenía en brazos y a su esposa. Ellas eran su tesoro más preciado y sabía muy bien que no podría sobrevivir por nada en el mundo sin ellas.

Specter ➵ j.bDonde viven las historias. Descúbrelo ahora