Capítulo 4: Discusión

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Conan

—Bueno, probablemente deberíamos irnos... —comentó Mitsuhiko, luego de acompañarme unos minutos más.

—Sí, Conan está bien ahora. —le siguió Genta.

—¡Si algo malo sucede, vendré enseguida! —antes que me diera cuenta Ayumi ya me había tomado de la mano.

—S-sí, gracias... —le respondí algo incómodo con las miradas que estaba recibiendo de parte de Genta y Mitsuhiko.

Créanme, este no es el mejor momento para mí para caer hospitalizado... —pensé preocupado mirando a Shiho, quien seguía en la misma posición que hace rato.

—¡Ciertamente eres popular con las niñas, galán! —oí a Kogoro en un tono picarón.

Él de verdad no tiene ni idea cómo interpretar a la gente. —pensé desganado luego de reír falsamente.

—¡Buenos, nos vamos! —se despidió Ayumi-chan. —¿Ai-chan, no vienes con nosotros? —preguntó antes de cerrar la puerta.

—No, me quedaré con el profesor. —les respondió amablemente despidiéndose.

Shiho...

—Adiós.

—Nos vemos, Conan. —escuché a los niños antes de irse.

—¡¿Dónde puede estar Kudo-kun en un momento tan importante?! —preguntó el Inspector a la deriva.

Agasa enseguida me miró, yo solo pude sonreírle no podía decirle que aquí estaba, miré a Ai y mantenía la mirada baja... ¡ella no puede seguir así!

Justo con ese pensamiento mi teléfono sonó, debe ser el criminal. —pensé tomando el celular.

—Escucha, Conan-kun, si es el terrorista, yo trataré con él. —me dijo el tío, yo solo pude asentir antes de contestar, efectivamente era el malhechor.

—Estoy impresionado de que encontrarás la bomba, bien hecho. —escuché esa extraña voz, miré al tío haciendo un gesto para que supiera que era el delincuente. —Pero el momento de los niños terminó, ¡pon a Kudo al teléfono!

Vi al tío tomar el teléfono y ponerlo en altavoz antes de ponerlo al lado mío.

—¡Sí, ahora es el turno de los adultos! —dijo seriamente el tío.

—¡¿Quién es?! ¡¿Dónde está Kudo?! —se volvió a escuchar esa voz desde el teléfono.

Sentí cómo algo se movió al lado mío, al voltear Shiho se sentaba al lado mío viendo fijamente el móvil, desde que desperté no se atrevía a verme a los ojos, ¡debo terminar esto rápido!

—¡Kudo no está aquí! ¡Ahora está tratando conmigo! —habló Kogoro en un porte elegante. —¿Yo soy el gran detective, Kogoro Mouri! —volvió a hablar orgulloso ajustándose la corbata.

—¡Bien! —dijo riéndose cínicamente el hombre del teléfono. —¡Ahora escucha atentamente, ya que solo lo diré una vez! ¡He colocado cinco bombas en la Línea Circular de Toto! —exclamó casi ahogando al tío que por el shock se sujetó muy fuerte la corbata.

¡¿Qué mierda dijo?!

—Si cualquier tren va a menos de 60km/h después de las 16:00, las bombas explotarán. —dijo tranquilo. —También están programadas para explotar si no han sido desactivadas al atardecer, les daré solo una pista. —de inmediato todos se acercaron al teléfono para escuchar con atención. —Las bombas están puestas "X los X" en la línea Circular de Toto, en cada X va una palabra. Bueno. Buena suerte, gran detective Mouri. —dijo antes de colgar dejando un silencio sepulcral en la habitación a excepción del timbre del teléfono al cortar la llamada.

Peligro en el rascacielosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora