Cuarentena: Sobreviviendo Estilo Couffaine (Fanfic Lukloé)

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Luego de una tarde tranquila, la rubia se encontraba explicando inglés a sus hijas, quienes intentaban captar la información que está le incorporaba, o al menos eso se veía reflejado en Claudine ya que Charlotte se encontraba haciendo garabatos en su hoja.

—¿Entonces sí les quedó claro que el presente simple lo usamos para rutinas y decir que algo que siempre o casi siempre o nunca hacemos? O también para gustos, por ejemplo: I don't like pizza, ¿que eso quiere decir?

—¿Qué te calles?

— Al parecer ALGUIEN no puso atención.– expuso con petulancia.—Es obvio que significa "no me gusta la pizza"– intervino la menor de las gemelas, muy enojada.

—¡Muy bien Claudine!, si sigues así tal vez papá Noel te traiga una gran recompensa en navidad –felicitó con dulzura a la menor, para luego ver a su otra hija dando un largo suspiro— Charlotte, no sé cuántas veces lo he estado diciendo pero... no es correcto y no queda para nada bien que contestes así a tus padres ni a un adulto–regañó viéndola seria—además aún debes una disculpa a tu padre y...

—¿Ya se acabó el sermoneo?–preguntó levantándose de su asiento—yo me voy, adiós nerds–se largó dejando a la rubia mayor con cara de enojada y boquiabierta.

—¡CHARLOTTE COUFFAINE! ¡VEN AHORA MISMO O TE QUITARÉ LOS APARATOS ELECTRÓNICOS!

— Si te hace sentir mejor mami, si te entendí...–susurró la única hija que aún tenía sentada a su lado, decepcionada por el monstruo en el que se estaba convirtiendo su hermanita.

—Lo sé pequeña... si necesitas ayuda me dices ¿vale? Iré por agua...–avisó mientras veía con una sonrisa como asentía la niña, yendo a la cocina y sirviéndose agua del dispencer.

—Acabé la tarea mientras explicabas. ¿Puedo subir a mi habitación?– preguntó en voz alta.

—¡Sí querida!–respondió su madre mientras bebía.

Subió los escalones que la llevaban a la planta alta de la casa, no sin antes voltear hacia ambos lados del pasillo para proceder a entrar imponente a su recámara, lista para enfrentar a su hermana que estaba sentada en su cama.

— ¡Tú!– exclamó enojada.

—¿Yo?–preguntó mirándola fijamente.

— ¡Si, tú! ¡Mamá y Papá están haciendo todo por nosotras!– volvió a gritar plantándose determinada frente a ella.— ¡Y no te voy a perdonar que hayas insultado a papá!

—¿Insultado cómo? Dije lo que pensaba y sentía, mocosa –contestó sin tomarle importancia recostandose mirando el techo—además, no es tu problema, métete en tus asuntos ¿quieres? Debo pensar en cómo hablarle a Louis.

La paciencia y dulzura de Claudine se fueron por el inodoro al escuchar el cinismo de aquella oración, demostrándolo en cuanto tomó el cuello de su camisa rosa.—¡¿Sabes que papá lloró por tu culpa, malcriada?! ¡A mi hazme llorar y dime lo que quieras, pero a mis papás no!

—¡A mí no me digas malcriada, estúpida de cuarta!–se zafó de ella agarrándola de la muñeca y comenzando a doblarsela— ¡No te metas conmigo, Claudine! ¡Esto no es asunto tuyo, ni lo era ni nunca lo será! –le gritó dándole una bofetada violenta.

La niña estaba tan enojada que comenzó a ponerse roja y no sintió el ardor de su mejilla. Le dio un empujón lo suficientemente fuerte para que perdiera un poco el equilibrio.

— ¡Claro que es asunto mío! ¡Yo quiero mucho a papá!, ¡Y que bueno que te esté ignorando, mocosa inútil!

—¡Nunca en tu patética vida me digas inútil!–se puso en posición de lucha, dándole una patada en su boca lo suficientemente fuerte para que se lastimara.