Yang Jeongin no era la típica definición estereotipada del omega perfecto: no era sumiso ni dócil; era tenaz, terco, grosero y difícil a los ojos de los alfas, alfas quienes no eran la prioridad de Jeongin.
Luego está Hwang Hyunjin, todos decían que...
La alarma resonó por toda la habitación despertando a aquel omega pelirosa de su profundo y plácido sueño. El omega soltó algunos torpes balbuceos mientras se aferraba más a su cómoda almohada negándose a levantarse, realmente no le apetecía estando tan cómodo y tranquilo.
Pero esa tranquilidad fue efímera.
-¡Despierta! -Alguien abrió bruscamente la puerta del omega haciendo que este frunciera el ceño sin abrir los ojos-. ¡Es hora de levantarse!
El que recién acababa de adentrarse al cuarto empezó a hacer ruidos golpeado un sartén con un cucharón arruinando por completo el estado de sosiego en el que el pelirosa se encontraba.
El omega en la cama obviamente sabía de quien se trataba... lamentablemente veía la cara de ese molesto alfa a diario.
Era su hermanastro mayor, no tenía opción.
-Cinco minutos más... -dio una vuelta en su cama quedando a espaldas.
-Llegarás tarde a tu primer día en la universidad, ¿acaso quieres eso, Yang Jeongin?
El alfa, al ser ignorando por su hermanito, frunció el ceño y se acercó hasta el menor para cargarlo como si se tratara de un costal lleno con aire y obligarlo a despertar por completo dejándolo de pie mientras el omega se tambaleaba.
-Con esa actitud nunca conseguirás a un buen alfa que se haga cargo de ti.
-¿Perdón? -contestó ofendido haciendo que su hermano revirara los ojos sabiendo que vendría el mismo discurso que siempre-. ¿Quién dijo que yo necesito o quiero a un alfa? Si todos van a ser igual de idiotas que tú prefiero morirme solo.
-Necesitas a alguien que te cuide y proteja. Jeongin, eres un omega, si alguien más fuerte que tú viene y te ataca no podrás hacer mucho para defenderte.
-Pero para eso tengo a mi hermanito mayor, ¿no? Nadie se atrevería a meterse con el hermano menor de Lee Minho. -Sonrió orgulloso para luego abrazar al alfa y seguido dirigirse al baño.
-Eres un omega difícil, Jeonginnie... ¡Recuerda usar los supresores para ocultar tu aroma! -recordó el mayor antes de escuchar la puerta del baño cerrarse con fuerza.
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-No es justo mamá, ¿por qué yo tengo que usar supresores y Minho no? -preguntó Jeongin mientras él y su hermano iban en el auto.
La alfa suspiró cansada de la misma conversación de siempre mientras solo se dedicaba a seguir manejando.
-Por que tú eres un omega, bebé, si tu olor provoca a algún alfa no pondrás defenderte por tu desventaja física. Además, tu celo se acerca y si se adelanta estarías es peligro. Solo son precauciones...
-Pero me dan dolor de estómago. -Reprochó con un puchero-. No es mi culpa que esos alfas no puedan controlarse.
-Nuestros instintos impulsivos no son algo fácil de controlar, sin embargo, muchos alfas no andamos por ahí acosando a omegas. No solo es cosa de dejarnos llevar por los instintos, si no también tenemos moral. Pero a la hora del celo realmente es imposible de contenernos, es imposible no dejar salir nuestros instintos a la luz sin importar cuanto intentemos retenermos -explicó Minho con la mirada en su celular-. Pero bueno, eres omega, no podrías entenderlo.
Jeongin frunció el ceño formando un puchero en sus labios por lo que su hermano dijo, todo mientras le hacía una burla mental:
"Iris omigi, ni pidríis intindirli".
-Solo no me parece justo que tengamos que aguantar el abuso de muchos alfas y que dependamos a otros alfas para poder defendernos solo por nuestra naturaleza débil y sumisa.
-Nada es justo en esta vida -agregó Minho haciendo que el menor le sacara la lengua, acción que el repitió.
-Listo, llegamos -avisó la madre de ambos chicos llamando su atención-. Tomen sus cosas y bajen con cuidado. Minho, vigila a Jeongin.
Ambos chicos después de despedirse de su madre, tomaron sus cosas y bajaron del auto para adentrarse al campus de la universidad.
-Sé que te gusta tu libertad -dijo el alfa mientras caminaba al lado de su hermano-Así que a partir de aquí estás solo.
Lee revolvió los cabellos de Jeongin para luego darle una "ligera" palmada en la espalda que lo hizo sacar un quejido y una mueca de dolor. Después, Minho se alejó con una sonrisa dejando a su hermano atrás.
¿No que los alfas eran posesivos?, pues Jeongin pensaba que su castaño y alto hermano a veces era un poco idiota.
-¿Y ahora qué? -se autopreguntó dudoso.
Cuando fue inscrito le asignaron sus horarios y su número de locker, también le dieron un pequeño recorrido, pero al ver el inmenso tamaño de la universidad dudó en si llegaría a sus clases a tiempo sin perderse.
Se tensó cuando sintió a alguien olfatear su cuello con descaro, así que, como reacción, tomó con nervios la libreta que llevaba en sus brazos y en una rápida vuelta la estampó en forma de bofetada contra la cara de quién sea que haya hundido la nariz en su cuello.
-¡Ay!, ¡soy yo, soy yo! -se quejó un beta pelimorado mientras tallaba la zona golpeada.
Ah, cierto, Jeongin se había olvidado por un pequeño momento que su mejor amigo estudiaba en esa universidad.
-Creí que eras un alfa, Seungmin -se excusó Jeongin mirando divertido a su amigo.
-Solo quería asegurarme de que traías tus supresores -dijo el beta con un puchero mientras seguía tocando la bofetada proporcionada por su amigo.
Kim Seungmin, un beta a penas un poco más alto que Jeongin y un año mayor que este, cabello morado mejor amigo de Jeongin desde su infancia.
-Eso te pasa por no saludar.
-Te llevaré a tu facultad Jeongin, no querrás llegar tarde en tu primer día.
