Otros Tiempos (AU MarvelxBNHA)

Insomnio

A diferencia de la era dorada de los héroes hace cuarenta o más años; no sabemos muy bien que tan malvadas son las intenciones de un villano.

Una vez conocí a un hombre, joven; estaba robando un banco, lo detuve, es mi trabajo. Luego en el interrogatorio comenzó a llorar y hablar.

El dinero era para su madre, la cual estaba enferma; no tenía los recursos para conseguir medicina y atención médica. Pero, claro, rompió la ley, así que tuvo que ir a prisión por un tiempo.

Tengo entendido que la mujer murió. ¿A quien culpar de esto, sino a mi y al sistema?

Pero esa es una de las verdades duras de ser un héroe.

Heroísmo en el presente, Keiko Takami.

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Izuku dejó el libro a un lado; pensaba en cada palabra.

Más que algo inspirador, el libro de Hawks era deprimente; probablemente dejaría de estar disponible en unos días, cuando algún editor vea de que trata el libro de verdad.

Después de las clases de historia con Logan y Franklin se preguntaba que tan superior era el sistema actual; sí el héroe número tres no era muy fan del sistema, ¿Eso que decía?

Quizá lo pensaba demasiado.

Había visto los resultados de los exámenes pro héroe, buscando los nombres de sus sensei. Habían pasado todos, y bastante bien; ¿Estarían más ocupados ahora?

Decidió salir un rato, dormir no iba a servir; ya eran las doce y aún no pegaba los párpados.

La noche era tranquila, pero su mente iba a toda velocidad. Desde que All Might destrozó sus sueños y Doom los reafirmó su mente ha sido un caos; y eso que no contaba su extraña relación con Kaachan.

Todo cambiaba muy rápido; hace unos meses creía que iba a terminar en una clase de estudios generales una vez saliera de la secundaria, pero ahora tenía una oportunidad bastante grande de llegar a estar en una clase heroica.

Escuchó varios ruidos que venían de un local, un arcade. Tenía algunas monedas para gastar y estaba aburrido, quizá seria una buena idea.

Se abrió paso entre las máquinas de pachinko y los Dance Dance Revolution E40 Plus Ultra. Todo estaba bastante tranquilo.

- Maldición, ¡Maldita cosa, deja de leer mis comandos!

Bueno, ahora no tan tranquilo.

Era un chico, parecía ser el único en el arcade, estaba jugando algún juego de pelea que Izuku no conocía. Se veía algo desgastado y enojado.

- Eh, ¿Estás bien?

El chico volteó a mirarlo sorprendido.

- ¿Que mierda haces a esta hora aquí, niño?

Era pálido, sus ojos eran carmesí y sus labios secos; llevaba una sudadera azul oscura y unos jeans, su cabello era blanco y despeinado.

- Vine a jugar un poco y oí tu rabieta.

Eso pareció enojarlo y levantó la mano hacia él, pero comenzó a murmurar y sonrió.

- ¿Crees que lo puedas hacer mejor?

- No lo sé; pero puedo intentar.

- Entonces intenta.

Izuku empezó con el juego, y el chico tenía razón, el sistema y los otros luchadores leían los comandos, haciendo el juego casi imposible de ganar.