St. Milburn

93 50 64
                                    

Mi padre y yo, vivimos en la casa de mi tía Daysi. Nuestra estancia aquí es temporal. Al menos, eso dice mi papá. Su nombre es Andrew Dorian.

Él y Daysi, su hermana menor, son parecidos, físicamente hablando. Ambos tienen el cabello castaño y ojos marrones.
Daysi solía decir que de niños eran muy unidos, hasta que mi padre creció y fue al Internado St. Milburn.

Papá acaba de encontrar un trabajo nuevo, así que aún no tenemos dinero para alquilar otro lugar. A Daysi no parecía importarle de todas maneras, siempre dice que no es ninguna molestia para ella. Que la familia siempre tiene que estar unida en las buenas y en las malas, como un matrimonio.

-¡Marceline! Cariño, ¿Puedo pasar?

- ¡Pasa!- respondí , mientras me quito los audífonos. Recostando mi espalda a la cabecera de la cama lo vi entrar, su cabello salpicado con unas pocas canas. Es como si hubiera envejecido en estos últimos meses. Pero la expresión de sus ojos era lo que me preocupaba.

Algo importante iba a ocurrir. Lo sabía por su cara seria. Sus ojos marrones se ven cansados y su espalda esta en una mala postura cuando toma asiento en mi cama.
-¿Estas bien? Luces terriblemente mal.

Pone los ojos en blanco.

-Tú luces peor que yo- dice pellizcando una de mis mejillas.

Lo agarro con una mano. Y toda diversión desapareció de su rostro.
Aclara su garganta.

-Marcie ¿Recuerdas a la señora Hosgowall de la Escuela St. Milburn?

Recuerdo que mis padres y yo fuimos al funeral de su esposo, hace unos tres años. Muchas personas llegaban cada treinta minutos. Supongo que eran conocidos por ser los directores de un Internado tan caro.

-Claro, su esposo falleció hace tres años.

Asintió.

-Resulta que hoy tuve una reunión con ella.

-Vale.

-Y...

-¿Y?

-Quiere darte un beca.

-¿Qué?

De pronto, sólo soy capaz de responder en monosílabos. 

-¿Cómo?-pregunto incrédula.

La Escuela St. Milburn, es conocido porque solo ingresa gente de Élite o líneas familiares muy exclusivas.

Pero, obviamente, hay becados. Que rinden un examen para poder ingresar. Terminar los estudios secundarios ahí, te garantiza un pase directo a las más reconocidas universidades a Nivel Mundial.

-Bueno, tengo una hija brillante y quizás, alardeé un poco...mucho sobre ti- dice con una sonrisa de oreja a oreja- Y, no tendrás que dar la prueba de entrada. No es necesario para ti. Te faltan dos años para terminar la escuela y sé que te vas a incorporar muy bien....

Apenas era capaz de escucharlo. Mi emoción es más grande. Y cuando terminó de hablar nos abrazamos fuerte.

Ser alumna de la Escuela St. Milburn.

Mis padres se conocieron ahí.
Mi madre era becada, venía de un pueblo de norte de la ciudad. Mi padre entró al instituto por sus contactos familiares. Y bueno el amor surgió.

Tal vez esto sea bueno, tal vez sea una forma del destino de acercarme a mi madre.

Al menos a su pasado.

Alguien Tiene Que MorirDonde viven las historias. Descúbrelo ahora