“¿Porqué demonios vienes ahora? ¡Vete! ¡Regresa a tu compañía! ¡Ahí esta tu verdadera familia de todos modos!” Gritó, sin preocupase de dónde está o con quién está.
“¡Kong!” Una de sus hermanas, P’Suda, le reprendió.
“¡No, Phi! ¡Él no debería de estar aquí! ¡Ya no importa! ¡Ya es demasiado tarde!” Se frotó los ojos, los cuales derramaron lágrimas severamente.
“Kongpop…” su padre lo miró, rogándole con sus ojos.
“No, papá… siempre te tuve respeto, pero esto…. Solo por esto… no se sí algún día te perdonaré” Diciendo eso, se fue. No podia estar en la misma habitación que su padre, ya no. Tuvo suficiente.
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Nunca fue el mismo desde que su madre murió. La escuela ya no fue de su interés. Desperdiciaba su tiempo jugando en el game center, saltándose las clases. Sus amigos trataban de animarlo, yendo a tomar todas las noches. No volvió a casa. Su otra hermana, P’Rochana, le dio su ropa y sus libros a sus amigos, pero no lo obligó a regresar a casa.Un día, un Phi se acerco a él después de escuchar que la madre de Kongpop había muerto. Le pidió que se bebiera sus problemas, a lo cual Kongpop estuvo de acuerdo. Este Phi igual le enseñó a fumar. Fue el inicio donde el se metería en las peleas de su Phi.
Este Phi, P’Aroon, fue donde Kongpop encontró refugio. P’Aroon igual perdió a su madre hace unos años. Su padre es un alcohólico, un imbécil que no pudo proteger a su propio hijo. Por eso, para pagar su deuda, siempre que P’Aroon estaba en problemas, no dudaría en ayudarlo.
También dejo de usar redes sociales, era una pérdida de tiempo. Más incluso cuando le publicaban basura sobre la compañía de su padre y como el padre de familia, el pobre hombre, pasaba el luto de su esposa.
No bromeen.
Así que se fue de fiestas, bastantes. No rechazaba a las chicas que lo querían solo por su compañía, tenía un cálido cuerpo todas las noches para calmar su corazón. Y si no se quedaba en la casa de la chica, dormiría con cualquiera de sus amigos. Sus amigos nunca se quejaron, lo cual era una bendición para él. Algunos lo regañaban, pero eso no lo detuvo.
Seis meses después de la muerte de su madre, al final de su décimo año, empezó a tener dolores de cabeza. Primero pensó que era solo una sosa palpitación, la cuál sólo ignoro, pero empezó a empeorar. Se quejo con uno de sus amigos y como era de esperarse, al día siguiente P’Rochana estaba enfrente de la casa de su amigo, lista para llevarlo al hospital.
… No había nada malo con el, todo estaba normal, pero su cabeza ahora le palpitaba a cada hora. El doctor estaba desconcertado y lo único que pudo recetarle era analgésicos.
Y los recuerdos empezaron.
Al principio duraban unos segundos y, luego se convirtieron en minutos, y al final de onceavo año, a veces esos recuerdos, los cuales no le pertenecen, podrían durar 10 minutos.
Solo eran cosas comunes, como cuando se preparó para la fiesta de cumpleaños de su amigo, la boda de su hermana, o incluso en su tiempo libre.
La única razón por la cual no podía decir que esos recuerdos eran de él es porque su madre aparecía en ellos, riendo y sonriendo, se divertían, su padre estaba orgulloso de él y eran muy cercanos.
Sus hermanas también eran felices, siempre con una gran sonrisa y agarradas de la mano de su respectivo esposo. Era la imagen perfecta de una familia feliz.
Lo cual su familia no es.
Incluso nunca obtuvo una medalla o ganó algún campeonato. Parecían sus recuerdos, pero no eran de él. Era tan perfecto que estaba celoso de eso.
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El sueño que te envió a mí
FanficArthit está perdido. Kongpop trata que todo tenga sentido otra vez. Son un desastre. Quieren estar juntos otra vez. Y esta vez. Esta vez, prometen ser más valientes. . . . Esta historia es una traducción de la original que está en inglés, tengo el p...