Epílogo: El Sueño y Una Sorpresa

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“Kong”. Alguien gimió con dolor su nombre. Su voz era tan baja que era casi inaudible. Abrió sus ojos y su cuerpo tembló inmediatamente.

Está dentro de la habitación de un hospital. Conoce este lugar tan bien, mientras más pasaba el tiempo aquí. Enfrente de él hay una cama de hospital en medio de la habitación, donde está una mujer acostada débilmente.

“Mamá…” Susurró con horror. Alzó su delgada mano, tratando de alcanzarlo, llamándolo para que la agarrara.

Dio un paso, aun con su cuerpo temblando de estar aquí. Su demacrado rostro opaca a su hermosa cara que usualmente posee. Su madre ha estado enferma por un largo tiempo, sin ninguna oportunidad de recuperarse.

“Kong…” su madre suspiro, una sonrisa menguada adornó sus labios cuando finalmente cuando finalmente sostuvo su cuerpo frágil y se paró al lado de ella.

“Mamá…” Kongpop puede sentir como sus ojos se llenan de lágrimas. Era de tarde, cuando el sol se oculta lentamente, pintando la la parte derecha de la habitación de un brillo amarillo-anaranjado. No se encontraban ni P’Rochana o P’Suda. Y por supuesto no había ninguna señal de su padre. Solo eran ellos dos. Ella quería su compañía, mientras esté despierta y no dispuesta a dormir.

“Estoy feliz de que puedas pasar tiempo conmigo” Ella dijo.

“Por supuesto estaré aquí mamá. ¿Qué tipo de hijo deja a su madre sola en el hospital?” Dijo con indignación.

Se ganó una débil risa con eso. “Gracias na, hijo… eres un gran hijo. Estoy orgullosa de ti”

Quería rodar los ojos, pero entonces su madre tosió tan fuerte que lo aterro.

“Doctor…” su madre dijo sin aliento. Inmediatamente presionó el botón por ayuda. Y después agarro la mano de su madre más fuerte que nunca.

“¡Resiste, mamá! ¡El doctor ya vienen!” Chilló.

Por favor…

“Cariño…” Su mamá dijo débilmente, podía ver como sus ojos se desenfocaban. Su ya pálida cara se volvió aún más pálida.

“¡Llamaré a todos!” Prometió inmediatamente cuando los doctores y las enfermeras entraron inmediatamente a ayudar a su madre. Uno de los enfermeros lo llevó a otra habitación, no le importó. Llamó a sus hermanas, la cuales dejaron todo para ir inmediatamente ahí. Pero su padre… ¿¡cómo puede tener el teléfono apagado en estos tiempos!?

“¡Mierda!” Quiere lanzar el teléfono contra la pared, pero aún no se rinde. Llamo a la secretaría de su padre y le pidió que le avisara a este sobre la situación. Estos son malos tiempos, e incluso su padre está en China, arreglando algo importante. Entonces… ¡Mamá!

Su mente no se podía enfocar. Caminó de un lado a otro por la habitación. P’Suda fue la primera en llegar y buscar inmediatamente información sobre la situación. Los doctores seguían ocupados en la habitación, todo era un caos. Pero se concentró en algo más, en calmar a P’ Suda.

Cuando llegó P’Rochana se oyó un pitido en la habitación y la situación se volvió más caótica. La cara de las enfermeras que salían y entraban a la habitación eran desalentadoras. Sus hermanas se aferrarnon a él por apoyo. P’Suda empezó a llorar y las manos de P’Rochana al toque estaban frías y temblaban ligeramente. ¿Él?... Estaba paralizado. Se sentía tan irreal.

¿… dónde está su padre cuando lo  necesita?

¿Cuándo lo último que ella pronunció fue a él llamándolo de forma cariñosa?
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Sus ojos están rojos e hinchados. Lloró toda la noche en su habitación mientras tras sus hermanas estaban ocupadas con la preparación del funeral. Su padre…. No había regresado.

El sueño que te envió a míDonde viven las historias. Descúbrelo ahora