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Esa noche decidí salir de fiesta.

Razón número uno: era viernes.

Razón número dos: esa misma tarde había hecho la audición más importante de mi vida hasta el momento y no sabría si me han cogido o no hasta el lunes. Así que por la victoria o la derrota había que festejar.

Estaba en el baño arreglándome cuando apareció Rose.

-¡Hola, amiga! - os presento a Rose, es mi mejor amiga, estudia conmigo en la academia y a diferencia de mí es rubia, alta y con los ojos marrones. Toda una monada.

-Ya me estoy arrepintiendo de haberte dado una llave de mi casa.- dije mientras me aplicaba el rimmel desde el baño.

-¿Estás lista? - preguntó desde el salón.

-¡Un segundo! - quería mirarme al espejo por última vez. La verdad es que esa noche me sentía bonita.

-Bueno, vámonos.- dijo mi amiga nada más verme entrar al salón.

-De verdad que no hay nada peor que tu impaciencia ...- dije mientras salíamos.

-Así me quieres.-dijo ella sonriendo de manera burlona.

...

Estábamos en la cola de una discoteca del centro, un amigo de Rose hacía de Dj esa noche y nos había invitado. Aunque estuviéramos en la lista teníamos que hacer cola.

Yo estaba situada en el lado que daba a la calle, mientras hablaba con Rose la audición.

-¿Y no se te ocurrió preguntar para quién vas a trabajar?.

-La verdad es que no.- no me había dado cuenta hasta ese momento.- Víctor solo me dijo que era para un grupo de música.- dije y de repente sentí como alguien me empujaba con su cuerpo por el lateral.-¡Hey ! Podrías tener un poco de cuidado ...- dije y cuando me gire hacia el chico me encontré con unos ojos marrones y una tez muy pálida, vestido de negro de pies a cabeza.

-Haber, cuidado tú de no estar en medio de la calle.-dijo mirándome de arriba a abajo.

-¿Perdona? Estoy en la cola.-dije seria.

-Como sea.-dijo con poco interés. Simplemente se giró y se fué con un grupo de chicos que simplemente contemplaron la escena en silencio.

-Vaya tío más estúpido.-dije mirando a Rose.

-A mí me suena de algo, no sé decirte de qué, pero me suena.-dijo pensativa.

Poco después entramos a la discoteca. Nos hallábamos dentro bailando, cantando, en general: pasándolo bien.

-Oye, ¿podrías ir a por algo de beber? Me he acabado la copa.-dijo Rose prácticamente gritando.

-Sí,  yo también me la he acabado.-dije en el mismo tono.

Me dirigí hacia la barra. De camino, un chico me pregunto si podía bailar conmigo a lo que le contesté que estaba ocupada. Si me gusta bailar con chico pero esta noche no me apetecía.

Una vez en la barra le pedí al camarero una cerveza y un gin tonic. Y vi aparecer a uno de los chicos que estaba con el que anteriormente me había empujado en la cola. Su pelo era rubio, alto y bastante delgado.

Me quedé mirándole y me devolvió la mirada después de pedirle algo al camarero.

-¿Sabes? Tu amigo es un poco imbécil.-le dije y me miró con cara de sorpresa.

-Vaya, que directa.-dijo sonriendo.-La verdad es que sí que se comportó un poco mal antes, contigo.

-Alguien debería enseñarle modales.-dije seca.

-Por cierto mi nombre es Corbyn, ¿vienes mucho por aquí? .- dijo curioso.

-Sam.-me presenté.- Sí ¿tú?

-No, me mudé a LA hace un par de años pero no estoy mucho por la ciudad, debido a mi trabajo viajo mucho.

-Suena interesante.-dije y llegó el camarero con mis bebidas.- Bueno, me tengo que ir.

-Un placer Sam, a ver si nos encontramos más por aquí.-dijo mientras me guiñaba un ojo.

Podría parecer que ligaba conmigo, pero, en su gesto lo único que se pudo apreciar era codrialidad y simpatía.

Llegué hasta donde estaba Rose y seguimos pasando la noche de la misma manera.

A ratos tenía la sensación de que alguien me miraba pero, pensé que era normal ya que la discoteca estaba llena de gente.

...

Estaba durmiendo plácidamente con Rose a mi lado hasta que el timbre comenzó a sonar.

-Alguien debería que ir a abrir la puerta y no voy a ser yo ...- dijo Rose con los ojos aún cerrados.

El timbre volvió a sonar.

-! Ya voy¡-dije incorporándome.

-No grites mujer.

Solté un suspiró y me encaminé hacia la puerta. Un segundo antes de abrir,  mis neuronas produjeron electricidad entre ellas para hacerme recordar quién estaba detrás de ella.

-! Hola¡-dijo mi rubio favorito.

-Mierda Aaron, se me había olvidado por completo.

-Bueno, por lo menos me has abierto.-dijo sonriendo mientras yo me hacía a un lado para que pudiera pasar.-Traigo el desayuno.

-Eres el mejor.-dije mientras cogía uno de los cafés de forma abrupta.

-Joder Sam, ya podrías haber quedado con él más tarde.-dijo Rose apareciendo por el umbral de la puerta de la cocina.

-El caso es que se me olvidó.

-Bueno, al menos traes café.-dijo Rose mientras cogía su café.-¿Cómo estás Aaron?

-Bien, mejor cara que vosotras tengo.-dijo mientras se le escapaba una sonrisa.

-Salimos ayer, de ahí la cara. Y tengo algo que contarte.-dije mientras me liaba un cigarro.

-Soy todo oídos.-dijo mirándome  atentamente.

-Bueno. El caso es que Victor, ya sabes, mi profesor favorito me consiguió una audición para ser ayudante de un coreografo para un grupo de música.-dije mientras le pasaba el cigarro.

-! Eso es genial Sam¡-dijo y me dió un abrazo.- ¿Y qué grupo es?

-Aquí, la estúpida de nuestra amiga no se le ocurrió preguntar para quién va a trabajar.

-Ya lo sé, es no tengo remedio. Estaba tan nerviosa que se me olvidó.

-¿Y cuando sabrás si te han cogido?

-El lunes. La verdad es que hay una parte de mí a la que no le dolería tanto que no me cogieran porque seguramente tendrá que dejar de dar las clases y sabéis que es algo que me encanta.-dije pensativa.- Pero otra parte de mí sabe que puede ser la oportunidad más importante de mi vida y esa parte, amigos míos, está que se sube por las paredes.

That's my ladyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora