Amanecer inesperado de una noche olvidada. (TERMINADO)

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Jimin, Park Jimin, envidia de donceles y ansiado por hombres, incluso las mujeres no podían dejar de babear por él.

En joven alegre, dulce, sexy, risueño y hermoso, a sus 22 años sentía que su vida no podianir mas perfecta. Su trabajo le llenaba el alma, auxiliar de asistente social, y en lo personal, un noviazgo de 3 años que mantenía su corazoncito tibio cada día. Estaba enamorado de Minho.

Habían trabajado y ahorrado mucho para el viaje de sus vidas, un tour por USA, siempre quiso conocer el país de su abuela paterna, y esta era la ocasión.

Además...tenía algo planeado, ¡pedirle matrimonio al amor de su vida!
Las Vegas sería el lugar, un poco alocadamente cliché, pero romántico.
Al tener la doble ciudadanía por su padre y abuela, el matrimonio sería legal.

4 de septiembre 2020.

New York, Washington, Tulsa, Texas, San Diego y Los Ángeles ya habían sido visitadas, sólo quedaba el broche final.

Gracias a sus mejores amigos, Jin y Tae, había podido organizar todo sin que su amado intuyese algo, y hasta pudo controlar sus nervios y no irse de boca.

Se había comprafo un traje blanco, hecho a medida, hizo un cambio en su pelo cambiando a un rubio que lo hacía ver mas dulce de lo que ya era.

En la primera tarde recorrieron un poco la ciudad, algún que otro shopping y las comprar de rutina que uno hace a modo turista.

Mientras Minho se duchaba, Jimin sí ya sentía nervios y en su barriguita, en unas horas, como lo había ideado, estaría casado y haciendo el amor por primera vez.
Porque sí, Jimin era virgen y casto, como lo habian educado, ¡nada antes del matrimonio! Era tan afortunado de haber encontrado a alguien que lo había respetado y cuidado tanto.

Mirándose al espejo, mientras esperaba que sus amigos atendieran la llamada, vigilaba que estuviera todo en su lugar, hasta el último pelo.

Durante la conversación, casi susurrando, no podía ocultar su emoción.

—Sí Tae, tengo todo listo para la sorpresa, le pediré matrimonio a Minho esta noche.

—¡Estoy tan feliz por ti Jimin, Jin ya se ha puesto a llorar de la emoción!

—Aunque, estoy nervioso con lo otro...

—Tranquilo Mochi, todo irá bien, Minho te ama y te cuidará mucho.

—Lo sé, lo sé, uy... Mier...coles...

—¿Qué pasó?, ¿qué ha sido ese ruido?

—Acabo de tirar su móvil al suelo y ha sonado muy feo. Te dejo, luego hablamos...me va a matar...

El rubio se desesperó un poco, bastante, ese teléfono era la vida de su novio, trabajaba con él y lo cuidaba como oro. Jimin se mordió el labio y lo miraba en el suelo con miedo a tocarlo y terminar de "aniquilarlo" del todo.

Se agachó despacito mirando de reojo la puerta del baño, con temor y manos temblorosas lo agarró. Fue mirándolo por toda la carcaza, algo rota en partes, arrugó su naricita. Esi no iba bien.

Notó que se habia desbloqueado aunque la pantalla se veía rara...decididamente su novio lo iba a matar, ¿podría ocultarle algo así hasta después de la boda?

Comenzó a toquetear a ver si la pantalla funcionaba bien. Sin ninguna segunda intención entró a la app de mensajería, incluso a una ventana...

Minho terminó su larga duche, podía estar ahí horas, amaba un buen baño.
Se secó pelo y cuerpo y envolviendo su parte baja von una toalla salió.
No pudo abanzar más de la puerta que comunicaba del baño a la habitación. Un Jimin con su cara bañada en lágrimas lo recibía sentado a orillas de la cama.

Lo miró durante varios segundos hasta que descubrió que tenía en sus manos: su teléfono.

Jimin levantó su vista, encontrándose con los ojos de su novio, aquella mirada del rubio lo decía todo.
Minho tragó con fuerza...y así comenzó una pelea de horas.

Hubo llantos y confesiones, gritos y muchas cosas que se echaron en cara.

Dos años, Jimin llevaba unos cuernos de aquí a la Antártida, de dos años y lo "mejor", con una mujer...

Lloró, lloró como jamás lo había hecho en su vida. Y en vez de llamar a sus amigos oara desahogarse, decidió hacerlo con el minibar de la habitación. Para cuando se había bebido todo, sintió que no era suficiente, y con su trajecito blanco, el corazón roto y un poco borracho, bajó al bar del hotel....