nightmares

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Michael caminaba sin algún rumbo aparente, guiado solamente por la escasa luz de la luna, aquel parque parecía estar abandonado, tenía la extraña sensación de haber estado allí antes pero no estaba seguro, se abrazó a sí mismo en un intento de darse algo de calor pues estaba helando y su abrigo de lana no parecía ser de mucha ayuda, de pronto escuchó que alguien lo llamaba...

También a lo lejos veía la silueta de una mujer... Era ella definitivamente no había cambiado nada estaba igual que la última vez que la vio su largo cabello negro parecía descuidado y estaba enmarañado caminó con velocidad hacia su dirección pero ella parecía alejarse aún más de él.

Empezó a correr pero tenía la sensación de no estar avanzando, pronto sintió que el aire le faltaba y por un momento todo parecía darle vueltas aquella calle que momentos antes le parecía tan familiar ahora resultaba muy extraña los pies dejaron de responderle y calló estrépitosamente al suelo que parecía estar cubierto de algo rojo y viscoso... Intento ponerse de pie pero no podía empezó a arrastrarse en el suelo y su entorno cambió el viento parecía soplar con más fuerza que antes y se encontraba rodeado de lápidas a pocos metros pudo verla de nuevo llorando frente a una tumba cubierta de hojas secas sollozaba desconsolada repitiendo el nombre de aquella bebé a la que le habían arrebatado la vida tan prematuramente.

Despertó cubierto en sudor, y le faltaba el aliento cubrió su rostro con ambas manos y se puso de pie encaminandose hacia la cocina para tomar un poco de agua, tenía la boca seca y necesitaba despejar su mente, definitivamente el fantasma de su pasado lo perseguiria por siempre.

Necesitaba hablar con alguien pero no tenía a nadie, eran momentos como este en los que entendía para que eran los amigos... Miró el reloj y se percató de que era casi media noche, se vistió tomó sus llaves y salió a la calle.

Entró a un café que abría las 24 horas y tomó asiento esperando a que algún mesero le atendiera, en realidad no le gustaba el café y tampoco tenía hambre pero necesitaba contacto humano urgentemente para olvidar esa terrible pesadilla.

— Michael... ¿Cierto? — al escuchar aquella aguda voz quiso volver sobre sus pasos hacia su casa, era aquella molesta chica del pasillo, desde el incidente del Jersey le había pillado mirándole varias ocasiones y a decir verdad le incomodaba aquella atención no solicitada de su parte
— ¿Te conozco?
— Compartimos salón en la universidad, siempre estás tan distraído... Cómo sea ¿Qué vas a ordenar? — Michael notó que su tono de voz había conseguido herir a la chica se reprendió a sí mismo internamente
— No ha sido mi intención ser grosero... Tuve un mal día y me estoy desquitando contigo... Sólo quiero un zumo de naranja. — una pequeña sonrisa apareció en los labios de la chica mientras anotaba en su pequeña libreta de notas, Michael siempre era grosero con todo mundo... Sin embargo a la única que le pedía disculpas era a ella...

runaway trainDonde viven las historias. Descúbrelo ahora